La conciliaci¨®n entre austeridad y pol¨ªticas de est¨ªmulo econ¨®mico
La ¨²ltima Cumbre Europea (9-10 de diciembre) ha dejado varias inc¨®gnitas sin despejar. Desde la falta de medidas para evitar la recesi¨®n en Europa, la forma y la cuant¨ªa de dinero necesario para proteger a Italia y a Espa?a de los incrementos en la prima de riesgo, hasta el aislamiento del Reino Unido y sus implicaciones. Falta tambi¨¦n por aclarar el plazo necesario para que el sector financiero atienda las demandas de cr¨¦dito de los agentes econ¨®micos y para que las medidas presentadas en la Cumbre sean formalmente aprobadas por los Estados que las han aprobado. A estas dudas habr¨ªa que a?adir las referentes al papel del Banco Central Europeo (BCE). ?Podr¨¢ por fin el BCE dulcificar las condiciones derivadas de la promesa de consolidaci¨®n fiscal? De momento no parece ser este el caso.
Si las pol¨ªticas expansivas de demanda fracasan ?habr¨ªa esperanza con las de oferta?
Todas estas inc¨®gnitas son importantes aunque la que m¨¢s preocupa en el corto plazo es la que se refiere a las medidas de austeridad causantes de que la zona euro sufra una fase recesiva que podr¨ªa haber sido evitada. Para ello los acuerdos de la Cumbre deber¨ªan contemplarse como algo necesario a medio y largo plazo para la estabilidad del euro y no como algo que hay que imponer independientemente de la coyuntura. Dicho en otras palabras, aceptar que la disciplina fiscal es necesaria para solventar la crisis de la deuda soberana no entra en contradicci¨®n con afirmar que las medidas de est¨ªmulo son, en las circunstancias actuales, primordiales. Y esto es as¨ª porque si se consiguiera dejar cerrada la existencia de una voluntad de los pa¨ªses europeos por avanzar hacia un contexto econ¨®mico m¨¢s integrado, con reglas de funcionamiento fiscal cre¨ªbles, la emisi¨®n de eurobonos (o alguna de sus variantes) deber¨ªa ser una alternativa real y la consolidaci¨®n fiscal podr¨ªa hacerse de forma menos precipitada y da?ina.
Las opiniones sobre esta cuesti¨®n dominan el debate acerca del euro. Pero se puede aportar otra perspectiva haciendo uso de aspectos concretos relacionados con la disminuci¨®n que est¨¢n experimentando la demanda de consumo y de inversi¨®n. El descenso ha venido provocado por un c¨²mulo de circunstancias adversas. Mencionar¨¦ tres.
En primer lugar, la falta de liquidez del sistema financiero que impide que el dinero fluya hacia proyectos de inversi¨®n y de sostenimiento de la actividad econ¨®mica. En segundo, la falta de margen para llevar a cabo una pol¨ªtica fiscal expansiva y en tercer lugar, una situaci¨®n en la que la pol¨ªtica monetaria del BCE de disminuci¨®n del tipo de inter¨¦s de referencia est¨¢ iniciando el tramo final de su recorrido.
El primer inconveniente requiere que las instituciones financieras logren disponer de liquidez suficiente para analizar las demandas de cr¨¦dito con otros criterios m¨¢s propicios al desarrollo y sostenimiento de la actividad econ¨®mica. Y para lograrlo queda tarea de saneamiento por abordar.
En cuanto al segundo me limitar¨¦ a a?adir que todos los esfuerzos por modernizar la administraci¨®n y las empresas, disminuir gasto corriente, luchar contra el fraude y recaudar atendiendo a los incentivos ayudaran a alejarnos de las malas cifras micro y macroecon¨®micas. El tercero es el que me lleva a analizar las pol¨ªticas de oferta en contextos como los actuales de tipos de inter¨¦s nominales oficiales bajos. En estas circunstancias, contrariamente a lo que pueda parecer, las pol¨ªticas de oferta se pueden convertir en un complemento eficaz para luchar contra la disminuci¨®n de la demanda agregada en el corto plazo.
El fracaso de Jap¨®n a la hora de estabilizar su econom¨ªa utilizando una pol¨ªtica de tipo de inter¨¦s cercano a cero anim¨® el debate econ¨®mico en torno a los l¨ªmites de las pol¨ªticas monetarias y fiscales expansivas; la discusi¨®n acerca del l¨ªmite inferior del tipo de inter¨¦s, ZLB en sus siglas en ingl¨¦s, ha sido intensa. Resumo el debate, sin af¨¢n de precisi¨®n, en un p¨¢rrafo.
Si las pol¨ªticas expansivas de demanda experimentan dificultades o no es posible ponerlas en pr¨¢ctica ?ser¨¢ posible encontrar algo de esperanza en las pol¨ªticas de oferta (reformas estructurales)? El objetivo de estas ¨²ltimas ha sido y es lograr incrementos permanentes en la producci¨®n (PIB) potencial, de una econom¨ªa; de ah¨ª que se consideren pol¨ªticas con efectos en el medio y largo plazo, lo que constituye un inconveniente cuando lo que se precisan son resultados inmediatos. Tienen, adem¨¢s, caracter¨ªsticas que las hacen antip¨¢ticas para algunos que las consideran "neoliberales". Lo relevante, sin embargo, es recordar que con ellas tambi¨¦n es posible conseguir, y a corto plazo, aumentos en el nivel de producci¨®n y renta lo que a su vez anima el consumo y la inversi¨®n.
Siendo este el caso ?Por qu¨¦ no centrar nuestra atenci¨®n en el dise?o de medidas que aumenten la eficacia, la competencia, la informaci¨®n, la investigaci¨®n e innovaci¨®n y consigan mejoras de la regulaci¨®n? Si se acierta, algo factible al no ser necesarias muchas medidas sino pocas y acertadas, la confianza en el inmediato futuro se recuperar¨ªa sirviendo de impulso a la debilitada demanda agregada y propiciando as¨ª el crecimiento del PIB y del empleo. Es una alternativa para suavizar las exigentes medidas de austeridad que se avecinan y podr¨ªa ayudar a salir de este pesimismo generalizado y abrumador.
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