Rajoy gana tiempo y logra el entusiasmo del PP con la parte ¨¦pica de su discurso
Las medidas m¨¢s duras quedan para m¨¢s adelante, tal vez tras las andaluzas
A Mariano Rajoy no le van las prisas. ?l, seg¨²n le definen los suyos, es un motor de combusti¨®n di¨¦sel. Esto es, va poco a poco para llegar lejos. Ni siquiera con 185 diputados a su disposici¨®n, la oposici¨®n hundida y el pa¨ªs preparado psicol¨®gicamente para sus medidas, seg¨²n las encuestas, est¨¢ dispuesto Rajoy a dejar de ser fiel a s¨ª mismo. A ¨¦l le gustan las cosas por partes. Y ayer demostr¨® que su entrada en el poder va a ser paulatina. Sobre todo en lo que se refiere a las medidas m¨¢s impopulares. El futuro presidente anunci¨® una catarata de reformas sin detallar demasiado. Tambi¨¦n desgran¨® medidas concretas en cumplimiento de su programa electoral, con el que fue coherente. Sobre todo bajadas de impuestos. Pero no plante¨® apenas medidas impopulares. El detalle de los recortes queda as¨ª para m¨¢s adelante.
El futuro presidente incluso asegur¨® que mejorar¨¢ la dependencia
"Yo no he atentado contra el derecho de ning¨²n trabajador", le respondi¨® a ICV
Casi toda la bancada popular estaba entusiasmada por el tono ¨¦pico y patri¨®tico de una parte del discurso, al principio y al final. "A la salida de la crisis no habitaremos el mismo planeta que hemos conocido", "diremos siempre la verdad aunque duela", "se equivocan quienes piensan que Espa?a no ser¨¢ capaz de salir", "no estoy dispuesto a aceptar que en Espa?a haya una generaci¨®n perdida", "para mi Gobierno no habr¨¢ espa?oles buenos y malos, habr¨¢ espa?oles", fueron algunas de las frases m¨¢s celebradas. Pero algunos diputados explicaban ayer en privado los motivos pol¨ªticos para retrasar a marzo, con los nuevos Presupuestos, los anuncios m¨¢s duros. Casi todos repet¨ªan tres.
Primero, y no menor, las elecciones andaluzas. Est¨¢n previstas para mediados de marzo. Y la ¨²nica baza posible del PSOE, que tiene todas las de perder, es la protesta social que provocar¨ªan los recortes de Rajoy. Javier Arenas, tal vez el dirigente m¨¢s influyente del PP, tiene especial inter¨¦s en que Espa?a no se incendie antes de las andaluzas. "Ellos, desde la Junta de Andaluc¨ªa, tambi¨¦n juegan con su Presupuesto, es l¨®gico que nosotros anunciemos que subimos las pensiones. Los jubilados se lo merecen pero adem¨¢s tenemos unas elecciones a la vista", admit¨ªa un veterano.
El futuro presidente, empe?ado en ofrecer su lado m¨¢s amable, incluso dijo que mejorar¨¢ la dependencia, aunque en campa?a la puso en cuesti¨®n, y evit¨® plantear absolutamente nada del sueldo de los funcionarios, que debe decidir el 30 de diciembre. En su entorno aseguran que lo congelar¨¢, pero no lo volver¨¢ a bajar.
Otros diputados pensaban que este, el de las andaluzas, no es siquiera el motivo principal. Hay otro, m¨¢s de fondo, insist¨ªan, para retrasar el asunto de las grandes decisiones de recortes. "Rajoy a¨²n tendr¨¢ que negociar su plan con Europa. Tendr¨¢ que ver los n¨²meros del d¨¦ficit y del crecimiento previsto, saber c¨®mo ha ido el ¨²ltimo trimestre de 2011, que todo el mundo dice que ha ido fatal", se?alaba otro. Este segundo argumento es el m¨¢s parecido a la explicaci¨®n oficial que dio Rajoy. Dijo que primero esperar¨¢ a que Bruselas determine en enero las previsiones de crecimiento para Espa?a. Despu¨¦s fijar¨¢ un techo de gasto. M¨¢s tarde llegar¨¢ el dato del d¨¦ficit de 2011, y solo entonces empezar¨¢n los c¨¢lculos de los recortes.
Las cifras que pueden bailar cuestionan todo el plan de Rajoy. Primero dijo que recortar¨¢ 16.500 millones en 2012. Pero despu¨¦s aclar¨®: "Un punto m¨¢s de d¨¦ficit en 2011 [muchos en el PP lo dan por seguro] supondr¨ªa 10.000 millones m¨¢s de recorte".
La tercera explicaci¨®n para esa decisi¨®n de Rajoy de dejar las malas noticias, o las peores, para m¨¢s adelante, tiene que ver con su propio estilo pol¨ªtico, seg¨²n el an¨¢lisis de varios diputados. Rajoy es muy distinto a Zapatero en algunas cuestiones. Siempre trata de aprender de los errores de sus rivales. Es un especialista en aprovechar en su beneficio los fallos del oponente. Y de Zapatero ha aprendido una cosa muy clara: hacer un Gobierno en el que el presidente asume todo el coste pol¨ªtico de las medidas con su hiperpresencia en todas las decisiones, sobre todo a la hora de explicarlas, es demoledor en una crisis econ¨®mica porque machaca la imagen del jefe del Gobierno a toda velocidad. Rajoy es consciente de que corre un riesgo enorme de quemarse muy r¨¢pidamente. Y quiere minimizarlo dejando que sean otros los polic¨ªas malos del Gobierno. Para eso tendr¨¢ un ministro de Hacienda, que ser¨¢ quien anuncie los recortes. "Para qu¨¦ se va a poner Rajoy ahora a asumir los costes de explicar una reforma laboral y enfrentarse a los sindicatos, para eso ya tendr¨¢ un ministro de Trabajo. ?l se va a quedar para los grandes discursos, y los ministros, que se quemen, que para eso est¨¢n, a ellos se los puede cambiar y al presidente no, ese fue un error clave de Zapatero", analizaba un diputado popular.
Adem¨¢s, el futuro presidente quiere repartir en lo posible esos costes pol¨ªticos tambi¨¦n fuera de su partido. Por eso pide y ofrece acuerdos a todos, tiene buenas palabras incluso para IU -qui¨¦n podr¨ªa pensar que el hemiciclo escuchar¨ªa a Rajoy decir que hay cosas en las que est¨¢ de acuerdo con Cayo Lara-, busca al menos la abstenci¨®n de CiU, PNV y Coalici¨®n Canaria, acepta todas las ofertas de pactos del PSOE, y se enfada cuando le acusan de recortar derechos. "Yo no he atentado contra el derecho de ning¨²n trabajador. No he anunciado nada en ese sentido", le contest¨® airado a Joan Coscubiela (ICV) al hablar de la reforma laboral.
Rajoy lleg¨® al Congreso con la intenci¨®n de ofrecer su lado m¨¢s amable, y con su gran experiencia parlamentaria y sobre todo su enorme capacidad para no mojarse -se lo reproch¨® varias veces Josep Antoni Duran, de CiU- evit¨® todos los charcos en los que trataban de meterle los dirigentes de la oposici¨®n.
Todos quer¨ªan sacar lo que Rajoy debe tener ya en la cabeza, esto es las decisiones m¨¢s impopulares. Pero su capacidad de resistencia es infinita. Y solo Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, el que m¨¢s insisti¨® con sus preguntas, logr¨® arrancarle que no va a cambiar la ley que llev¨® la edad de jubilaci¨®n a los 67 a?os. El PP vot¨® en contra en julio, pero el futuro presidente argument¨® ayer que va a mantener la edad de jubilaci¨®n en 67 a?os porque se ve obligado a cumplir los compromisos internacionales que adquiri¨® "el reino de Espa?a". Esto es, porque este asunto lo pact¨® el anterior Gobierno con Bruselas. Rajoy no tiene intenciones de deshacer las decisiones m¨¢s impopulares del PSOE que tanto critic¨®. Pero s¨ª parece que va a esperar un poco m¨¢s para anunciar las suyas. Cuanto m¨¢s tiempo tarde en empezar a quemarse, mejor. Al menos eso pensaban ayer algunos de los suyos.
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