Bases para un pacto de Estado sanitario
El sistema de salud espa?ol es el servicio m¨¢s valorado y tiene buenos indicadores objetivos de calidad, equidad y eficiencia. Esta crisis es una oportunidad para afianzarlo o una excusa para desmantelarlo
Desde la aprobaci¨®n de la Ley General de Sanidad en 1986, que opt¨® por un Sistema Nacional de Salud de acceso universal, financiado por impuestos generales, fuera de la Seguridad Social y descentralizado en las comunidades aut¨®nomas, se ha intentado en varias ocasiones llegar a pactos de Estado a modo del acordado para las pensiones en el Pacto de Toledo. Existen m¨²ltiples informes -Abril Martorell, Miquel Vilardell, comisiones parlamentarias, conferencia monogr¨¢fica de presidentes (2005) y recomendaciones de variados agentes-, pero siempre han quedado aparcados.
Ya dije en el 2005 que necesit¨¢bamos un pacto sanitario, porque los cambios demogr¨¢ficos, el envejecimiento de la poblaci¨®n, la inmigraci¨®n y la innovaci¨®n tecnol¨®gica hac¨ªan dif¨ªcil su sostenibilidad, incluso en momentos de gran crecimiento econ¨®mico. Deb¨ªamos y pudimos, pero no lo hicimos. Llego a la conclusi¨®n de que los cambios se producen durante las crisis, no cuando todo aparenta ir bien, del mismo modo que la burbuja inmobiliaria se rompi¨® sola por no haber sabido gestionarla a tiempo. Ahora considero que el pacto es una urgencia, una "obligaci¨®n moral" si no queremos que el sistema sanitario, con indicadores de resultados entre los 10 mejores del mundo, naufrague.
Deber¨ªamos llegar a un acuerdo pol¨ªtico, profesional y ciudadano para los pr¨®ximos 10 a?os
La revisi¨®n fiscal que plantee Rajoy puede ayudar o empeorar el sistema sanitario
La situaci¨®n econ¨®mica actual con una tasa de paro muy elevada, un aumento de la pobreza y de la precariedad social, es un factor que conlleva mayores desigualdades en la salud. La ca¨ªda de los ingresos, junto a imposiciones europeas de reducci¨®n y control de la deuda, est¨¢n abocando a recortes que est¨¢n generando serias dificultades al sistema sanitario espa?ol, que adem¨¢s arrastraba un d¨¦ficit acumulado hist¨®rico de unos 15.000- 20.000 millones de euros.
El Partido Popular (PP) en el Gobierno de Espa?a y en la mayor¨ªa de CC AA deber¨¢ definir su pol¨ªtica sanitaria. Los sistemas sanitarios cambian de modelo por modificaciones legislativas -cambios que creo poco probables en este momento, ya que el debate p¨²blico lo impedir¨ªa a pesar de la mayor¨ªa absoluta del PP- o por refugio de clases medias altas y profesionales en el sector privado, al perder calidad el sector p¨²blico.
Ahora m¨¢s que nunca creo que deber¨ªamos llegar a un gran acuerdo pol¨ªtico, profesional y ciudadano para blindar el sistema sanitario p¨²blico durante los a?os de crisis y cerrar un marco de estabilidad para, como m¨ªnimo, los pr¨®ximos 10 a?os. Hace falta liderazgo para pactar las reformas, los ajustes y la austeridad, para salvar la calidad y equidad garantizando la sostenibilidad. Los temas substantivos a los que debemos hacer frente son la forma de gobierno, el modelo, la financiaci¨®n y el papel de los profesionales y de los ciudadanos.
El Ministerio de Sanidad y Pol¨ªtica Social debe tener autoridad pol¨ªtica para un modelo de Gobierno cooperativo con las CC AA, a trav¨¦s de un reforzado Consejo Interterritorial. La recentralizaci¨®n de las competencias ser¨ªa un error; los mejores sistemas del mundo son altamente descentralizados, como los de Suecia, Noruega, Canad¨¢, Australia o Nueva Zelanda. Sin embargo, es preciso un Gobierno real, compartido entre el Estado y las CC AA, en los temas estrat¨¦gicos.
Por ello, es necesario concretar la cartera b¨¢sica de prestaciones, revisada por una Agencia de Evaluaci¨®n federativa, modelo ingl¨¦s-NICE, saber su coste real y garantizar su financiaci¨®n. La financiaci¨®n sanitaria es auton¨®mica no finalista desde el 2001, a?o de traspasos generalizados, pero esto no excluye la responsabilidad pol¨ªtica compartida. El sistema sanitario p¨²blico espa?ol se financia v¨ªa impuestos y, adem¨¢s, la cartera es com¨²n y la pol¨ªtica de medicamentos -admisi¨®n a pago p¨²blico y precios- es estatal. Este va a ser el verdadero n¨²cleo del debate.
La revisi¨®n fiscal que plantee el presidente Rajoy puede ayudar o empeorar el sistema sanitario; m¨¢s o menos impuestos, impuestos finalistas -tabaco, alcohol u otros-, el IVA aumentado o reducido para los servicios sanitarios, y, si acaso, cambios en las aportaciones de los usuarios, lo que deber¨ªa garantizar la equidad, no malograrla.
El gasto sanitario espa?ol est¨¢ todav¨ªa un punto por debajo de la media europea -seg¨²n el informe OCDE Health 2010, el gasto sanitario en porcentaje del PIB fue el siguiente: Global: UE-15, 9,4; Espa?a, 8,8, y Catalu?a, 8,2. P¨²blico: UE-15, 7,3; Espa?a, 6,5, y Catalu?a, 5,6. Privado: UE-15, 2,1; Espa?a, 2,3, y Catalu?a, 2,6- y la decisi¨®n de qu¨¦ queremos financiar y c¨®mo ser¨¢ la clave para crear un sistema sostenible, sin cambiar de modelo y sin perder la universalidad.
Tambi¨¦n habr¨¢ que concretar el papel de los seguros privados, obligatorios por nivel de renta -que descapitalizar¨ªa r¨¢pidamente el sistema p¨²blico y segregar¨ªa a las clases populares del resto de la poblaci¨®n-, o voluntarios para el acceso a una cartera amplia o a aquello no incluido en el cat¨¢logo p¨²blico. La poblaci¨®n que opta en Espa?a por una cobertura tambi¨¦n de seguro privado, es muy dispar seg¨²n las CC AA; en Catalu?a alcanza el 25%. Asimismo har¨¢ falta revisar el papel de las mutualidades laborales y de funcionarios.
La definici¨®n del modelo deber¨ªa priorizar la salud p¨²blica y un modelo sociosanitario de atenci¨®n a las personas con problemas de salud cr¨®nicos -un 34% seg¨²n la encuesta de Salud de 2010 en Catalu?a-. La revisi¨®n de un modelo sanitario y de atenci¨®n a la dependencia humanizada y posible es uno de los retos m¨¢s importantes.
El pacto deber¨ªa incluir consensos b¨¢sicos en la provisi¨®n de la red de responsabilidad p¨²blica -que debemos dejar en manos de las CC AA- y sobre todo en la priorizaci¨®n de la participaci¨®n activa de los profesionales en la gesti¨®n de los centros y en un nuevo modelo retributivo basado en el profesionalismo. Asimismo, el ciudadano debe tener un papel clave en el autocuidado de su salud y en el buen uso del sistema.
Finalmente, la mirada del sector salud no puede ser solo de gasto, sino de motor de la econom¨ªa productiva. Este crea, retiene, capta, exporta, importa talento; genera conocimiento y servicios de valor a?adido, con una fuerte inversi¨®n en investigaci¨®n e innovaci¨®n. Espa?a forma parte del G-10 en investigaci¨®n biom¨¦dica y en algunas ¨¢reas, del G-4 -medicina regenerativa, c¨¢ncer, cardiolog¨ªa, salud p¨²blica, malaria, sida-. El sector salud crea riqueza -alrededor del 5%-, empleo calificado y diversificado -m¨¢s de 1,2 millones de empleos- y arrastra al sector agroalimentario -dieta mediterr¨¢nea-, a sectores industriales-farmac¨¦uticos, tecnolog¨ªas m¨¦dicas, qu¨ªmica, de construcci¨®n y materiales y a sectores terciarios con alto valor a?adido -sociosanitarios, formativos, TIC, turismo o consultor¨ªas-.
En Catalu?a a los recortes indiscriminados del Gobierno de CiU y la ausencia de un di¨¢logo para el acuerdo est¨¢n fracturando un pacto t¨¢cito que ha perdurado durante 30 a?os, gobernara quien gobernara.
Las bases para el Pacto de Estado Sanitario existen; ahora es tiempo de decisi¨®n pol¨ªtica y de responsabilidad colectiva. El sistema sanitario es el servicio m¨¢s valorado y con buenos indicadores objetivos de calidad, equidad y eficiencia. La crisis es una oportunidad para afianzarlo o una excusa para desmantelarlo.
Marina Geli es diputada del PSC en el Parlamento de Catalu?a y exconsellera de Salud de la Generalitat de Catalu?a.
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