Escenarios abiertos en la transici¨®n
La muerte de Kim Jong-il abre un periodo de transici¨®n potencialmente peligroso no solo para la pen¨ªnsula coreana, sino para toda la regi¨®n del noreste de Asia y sus delicados equilibrios de seguridad. Las razones son bien conocidas. En primer lugar, las ambiciones nucleares de Corea del Norte, que, de mantenerse, pueden generar proliferaci¨®n en la zona, adem¨¢s del riesgo, siempre presente, de accidentes en instalaciones vetustas. En segundo t¨¦rmino, el comportamiento agresivo del r¨¦gimen de Pyongyang, como se vio el a?o pasado, con el hundimiento de la corbeta Cheonan (46 muertos) y el bombardeo de la isla de Yeongpyeong (4 muertos).
La desaparici¨®n del Querido L¨ªder en 2011 no es comparable a la de Kim Il-sung en 1994. El pa¨ªs es m¨¢s pobre y m¨¢s inestable. El sucesor de entonces ten¨ªa 53 a?os y llevaba 14 prepar¨¢ndose para tomar las riendas del pa¨ªs. El de ahora, de 29 a?os, fue nombrado sucesor en septiembre de 2010 y no tiene ninguna experiencia pol¨ªtica o militar.
Parece que se est¨¢n cumpliendo los planes de sucesi¨®n previstos por Kim Jong-il, esto es, que Kim Jong-un, el "gran sucesor", se est¨¢ haciendo aparentemente con el poder, sustentado en el Ej¨¦rcito, el Partido y el Gobierno. Quiz¨¢ contar¨¢ con el apoyo inicial, hasta que se sienta m¨¢s seguro, de un liderazgo colectivo en la sombra. Ese liderazgo podr¨ªa tener como protagonistas a la hermana menor de Kim Jong-il y por tanto t¨ªa del sucesor, Kim Kyong-hui, actualmente ministra de la Industria Ligera, y a su marido, Jang Song-taek, vicepresidente de la Comisi¨®n Nacional de Defensa. Un primer escenario es, por tanto, el del statu quo de los ¨²ltimos a?os (excluido 2010, que fue particularmente agresivo): ret¨®rica amenazante, negativa a volver a las conversaciones a seis bandas, alguna prueba de misil o incluso nuclear, etc¨¦tera.
Pero no sabemos hasta qu¨¦ punto est¨¢ consolidado el poder real de Kim Jong-un en el Ej¨¦rcito y en el Partido, m¨¢s all¨¢ de la ret¨®rica oficial de adhesi¨®n inquebrantable de esas instituciones. Podr¨ªa darse el caso de que, para poner de manifiesto su valent¨ªa, el inexperto nuevo l¨ªder optase por alg¨²n tipo de demostraci¨®n de fuerza, como las ocurridas en 2010, lo que elevar¨ªa mucho la tensi¨®n en la zona y podr¨ªa conducir a un escenario extremadamente peligroso.
Tampoco conocemos si Kim Jong-un ser¨ªa partidario, lo que parece m¨¢s improbable, de una reforma y apertura econ¨®micas al estilo chino, quiz¨¢ acompa?adas de una distensi¨®n con Corea del Sur y Estados Unidos. Es de esperar que Kim Jong-un tenga la inteligencia necesaria para imprimir un cambio de rumbo. Confiemos en que ¨¦l y sus asesores hayan visto que Kim Jong-il estaba llevando a Corea del Norte al abismo.
As¨ª las cosas, el primer escenario (mantenimiento del statu quo) parece en estos momentos el m¨¢s probable. El segundo (demostraci¨®n de fuerza) no es descartable, pero ser¨ªa muy grave. El tercero (reforma y distensi¨®n) es el m¨¢s deseable, pero, desgraciadamente, parece improbable.
Pablo Bustelo es investigador principal (Asia-Pac¨ªfico) del Real Instituto Elcano.
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