"No quiero ser el Nadal del ajedrez"
Paco Vallejo fue ni?o prodigio e iba para figura mundial, pero el tao¨ªsmo cambi¨® su vida
La vida de Paco Vallejo cambi¨® hace una d¨¦cada en la secci¨®n de libros de un duty free de aeropuerto. Entre las estanter¨ªas le llam¨® la atenci¨®n un libro titulado El tao de la salud, el sexo y la larga vida. Escrito por Daniel Reid, se publicita como "un enfoque pr¨¢ctico y moderno de una antigua sabidur¨ªa". La cr¨ªtica resalta que la obra aborda tres temas de inter¨¦s primordial para hombres y mujeres: ejercicios f¨ªsicos, alimentaci¨®n y secretos de alcoba. El manual caus¨® una honda impresi¨®n en un chico adolescente, campe¨®n del mundo juvenil de ajedrez, considerado desde los cinco a?os un ni?o prodigio, erudito en c¨¢lculos mentales, pero apenas iniciado en la vida cotidiana. Paco descubri¨®, a punto de coger un vuelo, un horizonte m¨¢s all¨¢ de las 64 casillas del tablero.
"En su mano estuvo haberle dado un empuj¨®n importante al ajedrez espa?ol", asegura Leontxo Garc¨ªa
El encuentro entre el joven ajedrecista y el libro de Reid supuso que el tao¨ªsmo ganase un adepto, pero cambi¨® en parte la mentalidad de un chico llamado a estar entre los diez mejores jugadores del mundo, en opini¨®n de los principales expertos y jugadores de este deporte. Sus prioridades cambiaron porque Paco cambi¨®. Y aqu¨ª est¨¢ a?os despu¨¦s Paco, a los 29, con el pelo enmara?ado, casi reci¨¦n levantado, sentado en la terraza de su bonito apartamento en Palma de Mallorca. "Desde que le¨ª ese libro pienso que hay que vivir la vida con cierta naturalidad. Excederse en cualquier cosa es malo. Tanto estudiar 12 horas ajedrez como tener 10 millones de euros en el banco. A m¨ª esos asuntos no me quitan el sue?o".
A trav¨¦s de la ventana de su apartamento se ve el yate de un magnate ruso anclado en el puerto. Vallejo va a un despacho que ha montado en una de las habitaciones de la casa y saca de un armario tres ¨¢lbumes de fotograf¨ªas que recorren pr¨¢cticamente toda su existencia. Paco con cinco a?os jugando con un se?or de pelo cano. Paco con una capa y una corona de rey sujetando un tablero entre las manos y alz¨¢ndolo al cielo. Paco, absorto, frente a un tablero a bordo de un velero. Junto a Kasp¨¢rov en una exhibici¨®n. Ya de ni?o era un superdotado del ajedrez. Su familia sostiene que aprendi¨® a jugar tan solo de ver a su padre, pero ¨¦l cree que se trata de una historieta agrandada. Fue un ni?o modelo en las islas. El ejemplo de un vencedor precoz. A los 18 se proclam¨® campe¨®n del mundo juvenil, s¨ªmbolo de que le esperaba un futuro brillante por delante. Vallejo, hoy en d¨ªa, es el mejor ajedrecista espa?ol, a una partida se codea con los mejores maestros del mundo, es el n¨²mero 27 del ranking, lleva una vida holgada, viaja por todo el mundo, su apartamento tiene unas magn¨ªficas vistas, pero es imposible encontrar a una sola persona que lo conozca que no est¨¦ segura de que puede dar m¨¢s de s¨ª. De que podr¨ªa estar al nivel de los grandes. Ser un n¨²mero uno.
Leontxo Garc¨ªa, experto, periodista deportivo y colaborador de El PA?S, suele contar una an¨¦cdota sobre Paco Vallejo. Acababa de terminar el campeonato del mundo sub-18 y Leontxo se le acerc¨® para preguntarle si estaba dispuesto a trabajar duro para estar entre los cinco o diez mejores del mundo. Vallejo, sencillamente, dijo que no. "Respeto su decisi¨®n, pero si uno tiene un talento especial, tiene una cierta obligaci¨®n moral de desarrollar ese talento. En su mano estuvo poder haber dado un empuj¨®n al ajedrez espa?ol", intercede el escritor.
A pesar del aspecto met¨®dico que envuelve al ajedrez, Vallejo es m¨¢s un bohemio que un cient¨ªfico. "Es dif¨ªcil organizarse y llevar un orden. Me cuesta horrores coger rutinas. Dicen que necesitas 21 d¨ªas seguidos para llevar una y yo raramente paso en casa tres semanas", reconoce. En este sentido opina su actual entrenador, Ernesto Fern¨¢ndez, malague?o de 28 a?os: "Paco, en contra de lo que muchos dicen, es muy trabajador. Lleva en esto desde que era un ni?o. Su problema es que no es met¨®dico. Si pasamos un mes juntos, trabajamos siete u ocho horas diarias sin descanso. Despu¨¦s no es tan constante, y si pierde un torneo, se desanima". El talento se le presupone a Vallejo, muy original en las aperturas de las partidas, agresivo en el juego.
Esos rasgos le han llevado a trabajar como asesor en los grandes torneos de campeones como el indio Viswanathan Anand y Veselin Topalov. El segundo asegura que debe a Vallejo varias victorias muy importantes. "Me ayud¨® durante varios eventos entre 2006 y 2009, incluido un match para el t¨ªtulo mundial", escribe Topalov por correo electr¨®nico. Su debilidad concreta, en su opini¨®n, es que es poco pr¨¢ctico y se apura mucho de tiempo. "Se lo he dicho m¨¢s de una vez", contin¨²a, "si resuelve ese problema, ello supondr¨ªa una subida de entre 30 y 50 puntos de su ranking, lo que le situar¨ªa entre los diez primeros o muy cerca. Ahora mismo est¨¢ en una edad muy madura y muchos de los que est¨¢n por delante de ¨¦l (incluido yo) mostraron sus mejores resultados a partir de los 30". El maestro est¨¢ convencido de que en los pr¨®ximos a?os habr¨¢ un relevo generacional, y si Paco juega m¨¢s centrado y con m¨¢s confianza, podr¨¢ auparse a primera l¨ªnea. "Depende de ¨¦l".
Tantas expectativas parecen cansar a Vallejo. Ha escuchado muchas veces la misma cantinela. "Mi progresi¨®n no ha sido la de estar entre los cinco mejores, pero es que no tiene por qu¨¦ haberlo hecho. No me ha ido mal, pero si consideramos que triunfar es ser un Rafa Nadal del ajedrez, no. Si esa es la vara de medir, te digo que no he triunfado", sostiene con un punto de orgullo. Se define como un tipo pr¨¢ctico, y queda demostrado cuando sale a la luz que se ha echado una novia que trabaja debajo de casa.
En Palma, hablar de Vallejo remite a otro balear, Arturo Pomar (1931), otro ni?o prodigio del ajedrez. Arturito logr¨® tablas a los 13 a?os con el campe¨®n mundial Alexander Alekhine. Franco lo recibi¨® en el palacio del Pardo. Despu¨¦s se olvidaron de ¨¦l. Nadie promocion¨® su carrera. Vallejo s¨ª ha tenido esas ayudas. Recibe una subvenci¨®n anual del Gobierno balear por tratarse de un deportista de ¨¦lite y saca un buen dinero disputando la Liga Alemana con el Baden-Baden, el mejor equipo del mundo. "No vivo con grandes lujos. No soy caprichoso", repite en ocasiones Vallejo, como quit¨¢ndose de encima el peso de las expectativas.
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