"Mi hijo no sabe, y no tiene por qu¨¦ saber, que soy un maltratador"
Una terapia a 410 agresores confirma que los cursos de rehabilitaci¨®n reducen el riesgo de reincidencia - Un hombre en tratamiento cuenta sus avances
Sergio, nombre ficticio, acude desde hace un a?o y medio, todos los viernes, a terapia. Es parte de la pena que un juez le impuso por haber maltratado a su expareja. Cada semana le reciben dos psic¨®logos, Jorge Freudenthal y Teresa Pe?a, y otros nueve agresores, con los que comparte la sesi¨®n de hora y media. "Entr¨¦ aqu¨ª en plan rebelde. Pensando que hab¨ªa sido acusado injustamente, pero luego te das cuenta...", relata este hombre de 51 a?os, con un hijo de 12, y dos matrimonios a sus espaldas. Sergio sostiene que nunca agredi¨® f¨ªsicamente a una de sus exparejas -hechos por los que fue condenado-, pero reconoce episodios de "violencia verbal".
Los programas de reeducaci¨®n de maltratadores se han convertido en una herramienta a disposici¨®n de los ¨®rganos judiciales ante los casos en los que la condena no supera los dos a?os de c¨¢rcel y no existen antecedentes. Tambi¨¦n para la reinserci¨®n de aquellos que cumplen condena en prisi¨®n -los juzgados dictan unas 20.000 sentencias penales condenatorias al a?o- por la lacra de la violencia machista que en lo que va de 2011 ha segado 59 vidas, la ¨²ltima ayer, en Roquetas de Mar (Almer¨ªa). Pero, a pesar de su paulatina consolidaci¨®n, uno de los principales retos a los que se enfrentan es la valoraci¨®n de la efectividad de los mismos.
Entre el 40% y el 60% de las mujeres vive con su agresor tras ser condenado
"Un rehabilitado es una v¨ªctima menos", dice la consejera vasca de Justicia
Los jueces recurren a estos cursos en condenas de menos de dos a?os de c¨¢rcel
Un hombre asesina en Almer¨ªa a su pareja y luego se suicida
"Me sent¨ªa por encima de ella. Igual le dec¨ªa, no vales m¨¢s que para limpiar", recuerda este instalador de ascensores, en una sala sin ventanas en un primer piso de un edificio del Casco Viejo de Bilbao. Sergio, de complexi¨®n fuerte, vestido con vaqueros, camisa de cuadros rojos diminutos y cazadora de cuero, afirma rotundo que ya no cree estar "por encima de nadie", ni de su excompa?era, ni de ninguna otra mujer. "El hecho de venir aqu¨ª te ayuda a que no pierdas ese camino. Si resumimos que yo me puedo sentir superior a las mujeres y por eso las trato verbalmente mal, estas terapias me ayudan a ver que no es as¨ª".
El paso dado por Sergio constituye para Enrique Echebur¨²a, catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco (UPV), un requisito imprescindible para el correcto desarrollo de este tipo de programas. El profesor impuls¨® hace 16 a?os el que se considera el primer proyecto de reeducaci¨®n de maltratadores en Espa?a, con la colaboraci¨®n de la Diputaci¨®n de Bizkaia y de ?lava, y por el que han pasado hasta la fecha unos 850 hombres.
Echebur¨²a decidi¨® emprender este camino despu¨¦s de comprobar que entre el 40 y el 60% de las mujeres v¨ªctimas de malos tratos que atend¨ªa segu¨ªan conviviendo con su agresor. "Incluso en aquellos casos en los que se produc¨ªa una separaci¨®n, constatamos que algunos hombres ten¨ªan un riesgo muy alto de volver a cometer esas conductas en futuras relaciones", explica Echebur¨²a.
"Igual me ha hecho un favor, f¨ªjate. Estoy aqu¨ª ahora", aclara Sergio, despu¨¦s de insistir en que nunca agredi¨® f¨ªsicamente a su expareja. El agresor no encuentra otra explicaci¨®n a su conducta que la educaci¨®n recibida, el modelo de comportamiento que vio en su padre y en su abuelo. "El hombre piensa que la mujer es para la casa, para la plancha, la ropa... Se siente superior porque su padre le dijo que es superior, y a su vez el padre de mi padre".
Los programas de reeducaci¨®n han generado pol¨¦mica en determinados colectivos de mujeres bajo el argumento de por qu¨¦ destinar dinero a los agresores y no a la protecci¨®n, cuidado y atenci¨®n de las v¨ªctimas. Echebur¨²a censura de entrada el planteamiento. "La reinserci¨®n es una medida m¨¢s en la lucha contra la violencia sexista", apunta. "Un maltratador rehabilitado es una v¨ªctima menos. Es un instrumento de protecci¨®n m¨¢s a las v¨ªctimas", ahonda la consejera de Justicia vasca, Idoia Mendia, cuyo Departamento coordina un programa piloto de reinserci¨®n de maltratadores, desarrollado en 2010 en Andaluc¨ªa, Arag¨®n, Catalu?a, Valencia, la propia Euskadi, Extremadura y Navarra.
Los especialistas recuerdan que el hecho de que cada vez se detecten, se denuncien y se condenen malos tratos en edades m¨¢s tempranas supone, por l¨®gica, m¨¢s posibilidades de que se retomen nuevas relaciones. "Por as¨ª decirlo, est¨¢n en edad de merecer", recuerda Echebur¨²a.
El profesor adem¨¢s expone que los mecanismos propios de este tipo de agresiones fomentan el recurso a las mismas. "El maltrato no sale gratuito. Con el maltrato se obtiene una serie de beneficios y es que el hombre consigue salirse con la suya, doblegar a la v¨ªctima y como son conductas sobreaprendidas existe una alta posibilidad de que se repitan cuando se establece una nueva relaci¨®n".
Sergio dice que ha confesado a varias parejas que va cada viernes a Bilbao, tambi¨¦n a la madre de su hijo, pero no a ¨¦l. "Te pongo un ejemplo", ilustra, "a un t¨ªo que roba en una tienda se le llama ladr¨®n, a uno que ha tenido un delito de violencia dom¨¦stica, se le llama maltratador. No quiero que mi entorno me vea como un maltratador. Mi hijo no lo sabe y no tiene por qu¨¦ saberlo".
El programa piloto, impulsado por el Ministerio de Interior y la antigua cartera de Igualdad, atendi¨® el a?o pasado a 410 personas entre todas las comunidades implicadas. Mendia no oculta la dificultad de medir la efectividad de estos programas. "El ¨¦xito solo se puede valorar en la medida en que no vuelvan a reincidir. No tenemos a ning¨²n agresor que haya repetido el programa, lo cual no quiere decir que no hayan vuelto a cometer otro delito. No sabemos a cu¨¢ntos rehabilitamos, pero con que solo sea uno...", insiste.
A pesar de las dificultades en la medici¨®n del ¨¦xito, el Centro de Estudios Sobre la Identidad Colectiva de la UPV, el encargado de desarrollar el informe de evaluaci¨®n del proyecto piloto, ofrece algunos datos.
De los 410 agresores que participaron en la experiencia, el 9,9% presentaba antes del desarrollo de la misma un "riesgo alto de ejercer violencia contra su pareja". La cifra, una vez concluido el programa, descendi¨® hasta el 3,4%. Los porcentajes tambi¨¦n disminuyeron entre aquellas personas con un "riesgo moderado", pasando del 26,6% al 19,8, mientras que el n¨²mero de agresores que presentaba "un riesgo bajo", aument¨® del 63,5% al 76,9%.
Una de las claves para la evaluaci¨®n de estos proyectos es poder contar con una perspectiva temporal. A lo largo de sus 16 a?os de experiencia, Echebur¨²a se ha encontrado con una importante tasa de abandonos. El 50% de los 850 expedientes tramitados por su equipo ni siquiera comienzan el tratamiento. Y de los 425 hombres que contin¨²an con la terapia, el 40% la abandona. Ante lo que se pueden considerar unos datos apocal¨ªpticos, Echebur¨²a r¨¦plica que el 85% de los hombres que siguen el programa completo se rehabilitan. "Los consideramos un ¨¦xito", sentencia. Para ello se tiene que cumplir una serie de requisitos: "Que la violencia f¨ªsica haya desaparecido por completo y la mayor parte de la psicol¨®gica, y lo contrastamos con su pareja o expareja, le preguntamos a la mujer si realmente no est¨¢ habiendo violencia".
"Sin que sea la panacea podemos ser razonablemente optimistas", contin¨²a Echebur¨²a. "Estamos teniendo un ¨¦xito razonable en personas que llevan un ejercicio del maltrato muy prolongado, tratados con un programa corto, de unos seis meses y en r¨¦gimen ambulatorio".
En cifras
- El Pa¨ªs Vasco, Andaluc¨ªa, Arag¨®n, Catalu?a, Valencia, Extremadura y Navarra han participado en un programa piloto de reeducaci¨®n por el que en 2010 pasaron 410 hombres.
- El informe de evaluaci¨®n ha determinado que la cifra de agresores con "un riesgo alto de ejercer violencia contra su pareja" era de un 9,9% antes de iniciar el programa, y de un 3,4% una vez finalizado.
- El porcentaje de agresores con "un riesgo moderado" descendi¨® de un 26,6% a un 19,8, mientras que la cifra de las personas que presentaban "un riesgo bajo" aument¨® de un 63,5% a un 76,9.
- El equipo del catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa Cl¨ªnica de la UPV Enrique Echebur¨²a, el primero en desarrollar hace 16 a?os el primer programa de rehabilitaci¨®n de maltratadores en Espa?a, ha atendido hasta la fecha a 850 hombres con un ¨¦xito relativo. El 40% lo abandon¨® en las primeras sesiones. Pero Echebur¨²a habla de un 85% de ¨¦xito en los hombres que completan el programa.
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