Interrogante 2012
Ser¨¢ dif¨ªcil superar a 2011, pero 2012 va a intentarlo. Est¨¢n tendidos los rieles para los grandes acontecimientos, pero sabemos que el m¨¢ximo asombro no surge de los guiones. Estaba en el guion de este a?o la larga agon¨ªa europea y lo va a estar en el pr¨®ximo. Lo mismo suced¨ªa con las negociaciones de paz en Oriente Pr¨®ximo, inexistentes este a?o y sin previsible reanudaci¨®n en el pr¨®ximo. Pero no estaban, en cambio, Fukushima, los tiranos ¨¢rabes ca¨ªdos, Bin Laden, Dominique Strauss-Kahn, el asesino noruego Breivik Anders Behring o Berlusconi y su sucesor, Mario Monti. Lo que se sale del guion es lo que da el tono.
Las previsiones para el pr¨®ximo a?o bastan para las sensaciones trepidantes. Empezando por lo m¨¢s pr¨®ximo, nos acecha la recesi¨®n, la reca¨ªda, cuyo alcance incluso mundial inquieta en todo el planeta. Esa Europa que elude el protagonismo puede ser un dolor de cabeza del mundo por el efecto arrastre de la crisis de deuda y su indecisi¨®n en resolverla. No sabemos si funcionar¨¢ esa Uni¨®n Fiscal forzada por Merkel y Sarkozy, primero ante los omnipotentes mercados; y luego ante los Parlamentos y opiniones p¨²blicas de los pa¨ªses que deber¨¢n ratificarla. En la agenda est¨¢ anotada la fecha de marzo y ah¨ª tendremos la primera referencia sobre el cumplimiento de los buenos prop¨®sitos. Est¨¢ en juego el euro, que algunos quieren dar por muerto justo cuando cumple 10 a?os.
Vamos a saber qu¨¦ es el islamismo pol¨ªtico en el Gobierno de al menos cuatro pa¨ªses ¨¢rabes
No menos trepidantes son las sensaciones que pueden producir los acontecimientos en el norte de ?frica. Vamos a saber qu¨¦ es el islamismo pol¨ªtico en el Gobierno de, al menos, de cuatro pa¨ªses: Marruecos, T¨²nez, Libia y Egipto. Sus dirigentes deber¨¢n enfrentarse a problemas que hasta ahora desconoc¨ªan, empezando por los arcanos de la econom¨ªa. Pero donde se les observar¨¢ con atenci¨®n ser¨¢ en las reformas pol¨ªticas y constitucionales que afectan a los derechos individuales y a la igualdad entre los ciudadanos, sobre todo en cuestiones como las libertades de expresi¨®n y conciencia.
Habr¨¢ que ver el rumbo que siguen las revoluciones ¨¢rabes, as¨ª como sus consecuencias geoestrat¨¦gicas. En el a?o entrante cabe la ca¨ªda de Bachar el Asad y el establecimiento de un r¨¦gimen de la mayor¨ªa sun¨ª en Siria. Si esto sucede, todo se mover¨¢ en la zona, empezando por L¨ªbano, donde el extremismo chi¨ª de Hezbol¨¢ perder¨¢ su contrafuerte en Damasco. Irak gira en sentido contrario, en favor del chiismo: los sun¨ªes se hallan en la puerta de salida de la f¨®rmula de gobierno tutelada por Washington, que apenas cuenta con palancas pol¨ªticas una vez abandonadas las militares. Ir¨¢n mueve los hilos en la regi¨®n para sacar provecho de los movimientos, pero la inc¨®gnita es el programa nuclear, es decir, saber si ser¨¢ interrumpido por un bombardeo de Israel con apoyo o autorizaci¨®n de Estados Unidos.
Ninguna monarqu¨ªa ¨¢rabe ha salido tocada de la oleada de 2011. Las f¨®rmulas son variadas: moverse a tiempo como el soberano marroqu¨ª, pedir auxilio a la superpotencia vecina como el de Bahr¨¦in, palo y zanahoria en grandes cantidades como el saud¨ª o una imaginativa diplomacia exterior como el de Catar. Veremos c¨®mo les va. Hasta ahora solo han ca¨ªdo presidentes de rep¨²blicas con vocaci¨®n din¨¢stica; la noticia ser¨ªa que en 2012 cayera alguno de los monarcas.
Tambi¨¦n lo ser¨ªa una primavera eslava. Vlad¨ªmir Putin aparece como una funci¨®n fija: debe ser presidente de nuevo e instalarse en el Kremlin hasta 2018, despu¨¦s del enroque organizado con Medv¨¦dev, que le ha calentado el trono durante un mandato. Pero alrededor del Kremlin viven millones de j¨®venes rusos, suficientemente preparados para exigir algo m¨¢s que unas elecciones trucadas y un relevo organizado desde la vertical del poder. Quieren dar la batalla y seguro que su ejemplo cundir¨¢ en los pa¨ªses vecinos donde perdura todav¨ªa el esquema autocr¨¢tico: en Ucrania o Bielorrusia, por no hablar de las rep¨²blicas centroasi¨¢ticas. Ah¨ª se parar¨¢. En China todo est¨¢ previsto: llega la quinta generaci¨®n al poder y ser¨¢ en oto?o, nada de primaveras.
La campa?a electoral en Estados Unidos ocupar¨¢ casi todo el a?o. En Iowa empieza la carrera de sacos entre los candidatos republicanos. Si siguen as¨ª, el Obama de la gran decepci¨®n puede ganar de calle las presidenciales en noviembre. En Francia, Sarkozy ir¨¢ a la reelecci¨®n en primavera colgado m¨¢s que pendiente del euro y vigilado por ambos flancos, el populismo antieuropeo y xen¨®fobo de Marine le Pen, a la derecha, y el socialismo gris de Fran?ois Hollande, a la izquierda.
Las cifras del nuevo a?o empiezan y terminan con el guarismo del n¨²mero dos, que es el que m¨¢s se acerca al signo de interrogaci¨®n. Las previsiones de la agenda nos se?alan las sensaciones fuertes que nos depara. Fuera de guion y de nuestra imaginaci¨®n llegar¨¢n sorpresas que nadie es capaz de atisbar aunque se est¨¦n cociendo a fuego lento, como sucedi¨® ahora hace un a?o con las revoluciones ¨¢rabes.
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