Comuneros contra pron¨®stico
Un documental repasa los avatares de los vecinos del monte de Salcedo
Atardece en Salcedo mientras un grupo de vecinos charla animadamente. Son los mayores del lugar, toda la vida anclados en un enclave que fue su sustento. "?Para arriba todos, liscando r¨¢pidamente!", sostiene que le espet¨® a unos militares apostados de madrugada ante su puerta Manuela Pazos, en una de las m¨²ltiples an¨¦cdotas que relatan los paisanos de esta parroquia pontevedresa sobre los conflictos con el personal de la Brigada de Infanter¨ªa Ligera Aerotransportable (Brilat) en su momento ¨¢lgido de 2008.
La conversaci¨®n no es casual, pues forma parte del material filmado por la Sociedade Antropol¨®xica Galega para un documental rematado este oto?o. Comuneiros. Cen anos de vida e loita polo monte de Salcedo no se detiene solo en los ¨²ltimos a?os de rifirrafe entre lugare?os y militares, sino que recorre las an¨¦cdotas de la vida rural del ¨²ltimo siglo en este territorio, encrucijada entre Vilaboa, Mar¨ªn y Pontevedra. "Es una semblanza de c¨®mo era la vida, con un car¨¢cter eminentemente antropol¨®gico", describe Rafael Quint¨ªa, director de la cinta y presidente de la joven sociedad, que apuesta por la recuperaci¨®n y valorizaci¨®n del patrimonio cultural y etnogr¨¢fico del pa¨ªs.
La cinta destaca el valor del patrimonio arqueol¨®gico de la zona
El cuartel militar se utiliz¨® como prisi¨®n durante la Guerra Civil
Con la asistencia de Jo?o Bieites en la realizaci¨®n y la colaboraci¨®n de la comunidad de montes, Quint¨ªa recogi¨® los testimonios que recuerdan la vida ardua de los vecinos de principios de siglo XX, en el testimonio de sus hijos. Se trabajaba de sol a sol, o m¨¢s all¨¢, y se aprovechaba todo cuanto produc¨ªa el monte, porque en ello iba el comer. Y todo en un r¨¦gimen de propiedad com¨²n que pr¨¢cticamente al margen de instituciones modernas funcionaba con relativa precisi¨®n. Un ejemplo estaba en el uso del agua para el regad¨ªo, que segu¨ªa un calendario estricto para no desperdiciar ni una gota de los manantiales que brotaban monte arriba.
Este deslome continuado breg¨® a las generaciones de Salcedo, que nunca fueron muy favorables a la presencia militar. El primer cuartel se estableci¨® en 1905 tras una cesi¨®n municipal que una sentencia declar¨® nula el pasado septiembre, junto a todas las ampliaciones que paulatinamente se fueron realizando durante el siglo XX. "Cuando vino el CIR
[Centro de Instrucci¨®n de Reclutas, en 1966] era la dictadura militar, y ten¨ªamos que tragar. Pero la Brilat ya vino en democracia. Dec¨ªan que todo era de color de rosa pero nos quisieron meter un gol. Pero no cederemos ni hoy, ni ma?ana, ni nunca", se?ala Emilio Veiga, vecino de la zona. Luis Est¨¦vez recuerda a su vez la ¨¦poca en que el cuartel sirvi¨® de c¨¢rcel durante la Guerra Civil. "Los presos, pobres, pasaban mucha hambre". Obligados a recoger las patatas para sus captores, escond¨ªan algunas para los vecinos. Tambi¨¦n recuerda la fuga de uno de los cautivos, que acuchill¨® a su carcelero con una navaja que consiguieron pasarle desde el exterior.
En los sesenta, los militares no fueron los ¨²nicos que plantearon problemas a los comuneros. A principios de la d¨¦cada, las replantaciones madereras con eucaliptales perjudicaron el uso de los pastos y los ¨¢nimos se enardecieron con los intentos por vallar los terrenos. Los vecinos se movilizaron e invadieron las parcelas usurpadas. "Despu¨¦s vino un funcionario casa por casa poniendo multas de 500 a 4.000 pesetas. Entonces yo ganaba 150", recuerda Veiga. El terreno se recuper¨® en parte, pero pronto llegaron los militares con la ampliaci¨®n del cuartel.
Aparte del relato de la batalla continuada por preservar los usos, el filme hace un repaso por la mitos propios de la zona, entre los que destaca el de la moura una serpiente en cuerpo de mujer o una joven maldita, seg¨²n las varias versiones que los participantes en el documental van aportando, aderezadas profusamente con top¨®nimos con los que a¨²n se designa a los variados accidentes del terreno.
Quint¨ªa tambi¨¦n figura ante la c¨¢mara en su condici¨®n de antrop¨®logo para exponer los vestigios arqueol¨®gicos que alberga la zona. Entre todos destaca un castro con alg¨²n muro apreciable a simple vista y que todav¨ªa est¨¢ por excavar. El director resume tambi¨¦n una de las conclusiones fundamentales del documental, la de que el monte "no solo es una riqueza cultural, sino que puesto en valor, puede ser una fuente de recursos econ¨®micos".
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