Mohamed VI echa un pulso al islamismo

Treinta y cinco d¨ªas despu¨¦s de las elecciones legislativas que se saldaron con una victoria del islamismo pol¨ªtico, un mes despu¨¦s de la designaci¨®n por el rey Mohamed VI del islamista Abdelil¨¢ Benkiran como primer ministro, Marruecos sigue sin Gobierno. El anterior Ejecutivo celebr¨® incluso una reuni¨®n el pasado mi¨¦rcoles. La raz¨®n de la tardanza es el primer pulso entre el palacio real y el Partido de la Justicia y el Desarrollo (PJD, islamista moderado).

Benkiran, de 57 a?os, entreg¨® el s¨¢bado pasado la lista de los 24 miembros de su Gobierno en el palacio real porque, con la nueva Constituci¨®n (art¨ªculo 47), el monarca debe nombrar a los ministros a propuesta del jefe de Gobierno. El soberano elige por su cuenta, sin consultarle, a los titulares de Asuntos Religiosos, Defensa y al secretario general del Ejecutivo, con rango de ministro.

35 d¨ªas despu¨¦s de las elecciones, el rey no ha dado luz verde al Ejecutivo

Ramid, que aspira a Justicia, es muy cr¨ªtico con la monarqu¨ªa alau¨ª

Benkiran lleg¨® incluso a anunciar que el lunes se conocer¨ªa la composici¨®n de su Gabinete, que algunos peri¨®dicos ya anticipaban. El PJD dirigir¨ªa varios de los ministerios importantes, como Hacienda, Exteriores, Fomento y Justicia. Pero hasta ahora, Benkiran no ha recibido el visto bueno del palacio real y, ante la prensa, guarda un silencio nada habitual en ¨¦l.

Desde c¨ªrculos afines al rey s¨ª se ha dado una explicaci¨®n: algunos de los ministros propuestos, sobre todo el de la cartera de Justicia, no gustan al jefe del Estado por su escasa competencia o por otras razones. "El nombramiento de [Mustaf¨¢] Ramid rechazado: primera crisis entre el palacio y Benkiran", titulaba en portada el diario independiente Akhbar al Youm.

Mustaf¨¢ Ramid, un abogado de 52 a?os, es el dirigente del PJD m¨¢s cr¨ªtico con el sistema mon¨¢rquico marroqu¨ª. En 2004 public¨®, por ejemplo, un art¨ªculo en el que arremet¨ªa contra la figura del Comendador de los Creyentes, que convierte al rey en jefe espiritual de los musulmanes marroqu¨ªes. Ped¨ªa una monarqu¨ªa parlamentaria. El a?o pasado dimiti¨® de su puesto de presidente del grupo islamista en la C¨¢mara baja del Parlamento para protestar por la "marginaci¨®n" de la instituci¨®n.

"No le puedo comentar nada", respondi¨® Ramid cuando este corresponsal le llam¨® ayer para preguntarle si hab¨ªa un veto real a su nombramiento. Record¨®, eso s¨ª, que su designaci¨®n para el cargo hab¨ªa sido sometida, como la de los dem¨¢s ministros del PJD, a la aprobaci¨®n interna del partido y que fue ¨¦l el que obtuvo la votaci¨®n m¨¢s favorable. "Gan¨¦ muy holgadamente", coment¨® satisfecho. Ese apoyo del partido reduce al margen de maniobra de Benkiran.

Ramid no es el ¨²nico ministro en ciernes mal visto. Hay otros aspirantes, de otros partidos, que no gozan del necesario benepl¨¢cito. Es el caso de Gajmula Ebbi, diputada saharaui del Partido del Progreso y el Socialismo (excomunista), a la que se iba a atribuir la cartera de Emigraci¨®n.

Tras el desmantelamiento por la fuerza, en noviembre de 2010, del campamento saharaui de Agdaym Izik, en las afueras de El Aai¨²n, la diputada no dud¨® en afirmar que el Ministerio del Interior hab¨ªa enga?ado a los j¨®venes que encabezaban la protesta. El titular de Interior, Taieb Cherkaui, les tach¨® de "terroristas", y ella se pregunt¨®: "?C¨®mo es posible entonces que el ministro les recibiera y cenase con ellos?".

Con sus 107 diputados, Benkiran no obtuvo la mayor¨ªa absoluta en la C¨¢mara baja. Para gobernar ha formado una coalici¨®n heterog¨¦nea que incluye el Istiqlal (derecha nacionalista), el Movimiento Popular (partido bereber) y los excomunistas.

En los d¨ªas posteriores a la victoria islamista, Mohamed VI ha reforzado su equipo con dos nuevos consejeros reales de mucho peso -en 2011 duplic¨® el n¨²mero de sus consejeros-, Omar Azziman, exembajador en Espa?a, y Fuad Ali el Himma, amigo del rey desde la adolescencia. "Es como si quisiera hacer contrapeso al Gobierno", se?ala un diplom¨¢tico. El PJD siempre ha sostenido que Fuad el Himma ejerc¨ªa una mala influencia sobre el soberano.