Se cumpli¨® la hoja de ruta
Acudi¨® a las elecciones marcado por la sospecha de que no acabar¨ªa el mandato. Las gan¨® por mayor¨ªa absoluta. La llamada de Rajoy se produjo, el alcalde se convirti¨® en ministro y la concejal, en alcaldesa
En las elecciones municipales del 22 de mayo 756.952 madrile?os votan a la candidatura del Partido Popular, encabezada por Alberto Ruiz-Gallard¨®n y Ana Botella. Gallard¨®n se convierte en alcalde y el 13 de octubre entra como n¨²mero cuatro en las listas del PP por Madrid al Congreso de los Diputados. Rajoy gana las generales del 20-N. El 21 de diciembre el alcalde diputado deja Cibeles para convertirse en ministro de Justicia. Y el d¨ªa 27 Ana Botella se convierte en la primera alcaldesa de Madrid.
Se va un regidor que ha renovado notablemente la capital, a costa, eso s¨ª, de vaciar sus arcas. Y Madrid se queda con una alcaldesa sobrevenida. Los votantes no eligieron a Botella para ese puesto, pero nadie podr¨¢ dudar de la legitimidad de su designaci¨®n: la exconcejal de Medio Ambiente y Movilidad iba en el n¨²mero dos de la lista del PP por Madrid y la ley contempla que, en caso de renuncia del alcalde, encabeza la lista en que este figuraba el siguiente de la misma. Esta era una posibilidad que cualquier votante informado tuvo oportunidad de valorar antes de depositar su voto en las municipales. Los medios lo advirtieron, la oposici¨®n lo utiliz¨® en la campa?a. Y el candidato Gallard¨®n, que nadie se equivoque, nunca se comprometi¨® a terminar su mandato. Experto en el manejo de las palabras, las frases con que Gallard¨®n respond¨ªa a la pregunta de rigor son lapidarias. Ejemplos: "No creo que hubiese ning¨²n puesto en el Gobierno de Espa?a que me produjese m¨¢s satisfacci¨®n que este"; "no tengo prevista cosa distinta que terminar mi mandato como alcalde de Madrid". Creer. Tener previsto. H¨¢biles palabras para eludir el compromiso.
Botella entraba en las listas municipales del PP de Madrid en 2003. Lleg¨® como una cuota y desde entonces le ha servido a Gallard¨®n de escudo ante los recelos de los sectores m¨¢s reaccionarios del partido. Licenciada en Derecho y funcionaria en excedencia, aterriz¨® en el Ayuntamiento sin m¨¢s experiencia pol¨ªtica que la de ser esposa del expresidente Aznar.
Botella y Gallard¨®n han formado un extra?o t¨¢ndem. Representan, respectivamente, el ala m¨¢s dura y la m¨¢s moderada del PP. Los ocho a?os de Botella en el Ayuntamiento se recordar¨¢n sobre todo por sus salidas de tono (peras, manzanas...) y por su postura algo negacionista en el grave problema de la contaminaci¨®n ("m¨¢s asfixia el paro"). A Botella le toca gobernar con las manos atadas por la cr¨ªtica situaci¨®n de las cuentas municipales. Y sin Juan Bravo, la persona que mejor conoc¨ªa esos n¨²meros, que se va al ministerio con el exalcalde a culminar la hoja de ruta.
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