Fabra amaga con la tijera

Alberto Fabra, al contrario que Mariano Rajoy, dio ayer la cara para anunciar el tijeretazo que va a sufrir la Generalitat. Pero se escondi¨® en otro burladero para no concretar c¨®mo ni d¨®nde lo va a aplicar y evitarse la incomodidad de cargar en sus espaldas con las v¨ªctimas de la zona de impacto. En cualquier caso, el que avisa no es traidor. De lo que no cabe duda es que Fabra, una vez Rajoy ha ense?ado la patita (seguimos a remolque), entrar¨¢ a saco en la Administraci¨®n que ha erigido su propio partido en los ¨²ltimos 16 a?os y que no es precisamente ni "austera" ni "ejemplar" ni "centrada en lo que de verdad importa a los ciudadanos", como anoche reclam¨® en su discurso de A?o Nuevo. Porque, m¨¢s all¨¢ de la socorrida "insuficiente financiaci¨®n", es ese modelo, cuya caja de resonancia est¨¢ en los juzgados, en los basureros financieros o en la desesperaci¨®n de los proveedores, el que intensifica esa tenebrosa perspectiva que tan religiosamente designa "per¨ªodo de renuncias".