A la luna de Pek¨ªn

Olvidada la guerra fr¨ªa y congelados los presupuestos de las dos superpotencias del siglo XX, empezaba a cundir la impresi¨®n

de que ya nadie volver¨ªa a viajar a la Luna.

Pero la gran potencia emergente no se va a conformar con menos de eso. Pek¨ªn acaba de anunciar su proyecto de llegar al sat¨¦lite con una nave automatizada, como paso previo a una futura misi¨®n tripulada que devolver¨ªa a la carrera espacial su pasado esplendor. El lunar es el cap¨ªtulo m¨¢s espectacular del programa espacial chino, que incluye objetivos tan ambiciosos como la exploraci¨®n de asteroides, la investigaci¨®n del Sol, experimentos en microgravedad y el montaje de una estaci¨®n permanente en ¨®rbita terrestre.

China no es una reci¨¦n llegada a la aventura espacial. Cuenta ya con una red de sat¨¦lites de observaci¨®n terrestre, ha puesto dos naves en ¨®rbita lunar y tiene en marcha dos misiones, junto a Rusia y Francia, para investigar los agujeros negros y las erupciones solares.

Ha logrado algunos hitos llamativos, como el primer paseo de un astronauta fuera de la nave y, hace apenas un mes, el acoplamiento de dos veh¨ªculos en ¨®rbita. Dej¨® pasmado al mundo en 2007, cuando demostr¨® que pod¨ªa destruir un sat¨¦lite

-de su propia flota, por fortuna- dispar¨¢ndole un misil desde tierra. Pek¨ªn tambi¨¦n acaba de poner en marcha el programa Br¨²jula, con el que har¨¢ la competencia al GPS, el sistema de posicionamiento por sat¨¦lite de Estados Unidos.

Durante la d¨¦cada pasada, el gasto chino en I+D ha crecido sostenidamente al 20% anual, que es el doble del ritmo al que crece su riqueza. Sus publicaciones cient¨ªficas se han multiplicado por siete hasta dar cuenta del 6% de todos los art¨ªculos t¨¦cnicos del planeta, solo por detr¨¢s de EE UU. Es el tercer pa¨ªs en formaci¨®n de doctores e investiga m¨¢s en tecnolog¨ªa espacial y en nanotecnolog¨ªa que en salud p¨²blica, calidad de las aguas, seguridad alimentaria y protecci¨®n medioambiental, que son posiblemente una urgencia m¨¢s acuciante.

Asistimos al amanecer de un mundo en que China, y tambi¨¦n India, compartir¨¢n el poder cient¨ªfico con Estados Unidos, Europa, Jap¨®n y Rusia. Aqu¨ª y en la Luna.