El inicio del inicio ?de qu¨¦?

Si nos dijeran que todo el recorte en dependencia va a consistir en que los dependientes moderados vean retrasado un a?o el ejercicio de sus derechos, algunos hasta 2014, con ser muy grave el asunto, la verdad es que firmar¨ªamos ahora mismo. Firmar¨ªamos siempre y cuando el a?o 2012 se utilice para desbloquear la actual par¨¢lisis y para prestar la debida atenci¨®n a las m¨¢s de 300.000 personas en situaci¨®n de dependencia grave o severa que llevan meses o incluso a?os en las listas de espera de las administraciones auton¨®micas.

Si la moratoria persigue dar un respiro para que algunas comunidades que incumplen con indolencia esta ley se pongan al d¨ªa; si lo que se pretende es reorientar un sistema que deber¨ªa prestar servicios personales y no tanto ayudas econ¨®micas poco productivas; si lo que se busca es un tiempo para comprender y medir c¨®mo la inversi¨®n en servicios sociales supone activar un importante yacimiento de empleo y una fuente de retornos econ¨®micos; entonces, estamos de acuerdo.

Algunas jugosas l¨ªneas estrat¨¦gicas del ministerio se asomaban el pasado viernes en una nota de prensa aclaratoria del prop¨®sito de la reforma de la ley: cambio del modelo de financiaci¨®n para hacer sostenible el sistema; fomento de la promoci¨®n de la autonom¨ªa personal y la prevenci¨®n; garant¨ªa de equidad en el ejercicio de los derechos en todo el Estado... Compartimos los buenos deseos. Esperamos ser testigos de las realizaciones.

La Ley de Dependencia -cuyo texto mejor¨® y aprob¨® el PP en las Cortes- ha dado tumbos con cinco ministros en otros tantos a?os (Caldera, Cabrera, Jim¨¦nez, Paj¨ªn y, ahora, Mato). La gesti¨®n de la misma se ha caracterizado todo este tiempo por algo muy preocupante: la falta de visi¨®n de Estado y de rigor t¨¦cnico, convirti¨¦ndose en ocasiones en un est¨²pido escenario de confrontaci¨®n pol¨ªtica. Suponemos que ahora es tiempo de pensar en las personas y en sus familias y en los servicios que requieren.

Esperamos que las medidas adoptadas sean el inicio del inicio, s¨ª. El inicio de una buena gesti¨®n p¨²blica de la atenci¨®n a la dependencia. Confiemos en que no se trate del principio del fin de la protecci¨®n a las personas dependientes.

Luis Barriga es miembro de la Asociaci¨®n Estatal de Directoras y Gerentes de Servicios Sociales