M¨¦xico, democracia contra el 'narco'
- La crisis en EE UU y el crimen organizado marcan las presidenciales de julio - El PRI prev¨¦ recuperar el poder que ostent¨® durante 71 a?os y perdi¨® en 2000
M¨¦xico se prepara para unas elecciones presidenciales cruciales el pr¨®ximo 1 de julio en las que est¨¢n en juego la oportunidad de llevar a cabo reformas pol¨ªticas y econ¨®micas que devuelvan al pa¨ªs su liderazgo regional o seis a?os m¨¢s de estancamiento institucional y crecimiento mediocre. Mucho depender¨¢ para ello de la correlaci¨®n de fuerzas que se establezca en el nuevo Congreso -evitando la par¨¢lisis de los ¨²ltimos a?os- y de que los partidos sean capaces de consensuar las grandes pol¨ªticas de Estado.
La crisis en EE UU, que pende como una espada de Damocles sobre la econom¨ªa mexicana, y la violencia del crimen organizado -el presidente Felipe Calder¨®n entregar¨¢ el poder con un balance de m¨¢s de 50.000 muertos- ser¨¢n dos factores decisivos en el voto. El bienestar de millones de ciudadanos depende de la recuperaci¨®n econ¨®mica del gigante del norte y la inseguridad que azota al pa¨ªs ha desatado el temor a que los carteles de la droga influyan en el resultado electoral, bien mediante amenazas y compra de candidatos, bien porque los partidos pacten en secreto con el narco.
Parte como favorito el PRI (Partido Revolucionario Institucional), que aspira a volver al poder despu¨¦s de 12 a?os. Presenta a un candidato joven y teleg¨¦nico, Enrique Pe?a Nieto, exgobernador del Estado de M¨¦xico, que trata de ofrecer una imagen renovada del antiguo partido hegem¨®nico y no parece atado por viejos tab¨²es -se ha pronunciado a favor de la apertura a la inversi¨®n privada del monopolio estatal petrolero, Pemex-.
Sin embargo, una serie de traspi¨¦s en las ¨²ltimas semanas, como confundir autores y t¨ªtulos de libros y desconocer la cuant¨ªa del salario m¨ªnimo, amplificados por las redes sociales, que sin duda van a jugar un importante papel en las elecciones, ha abierto un debate sobre su idoneidad para ser presidente.
El PRI aventaja a sus rivales en organizaci¨®n, log¨ªstica electoral y poder territorial. Gobierna en la mayor¨ªa de unos Estados que desde el fin de la llamada "presidencia imperial" se han convertido en virreinatos y cuya deuda p¨²blica se ha disparado.
El Partido Acci¨®n Nacional (PAN), cat¨®lico, de centro-derecha y en el poder primero con el presidente Vicente Fox (2000- 2006) y luego con Calder¨®n, no decidir¨¢ su candidato hasta febrero. A la espera de a qui¨¦n dar¨¢ su apoyo el presidente, la mejor situada, seg¨²n los sondeos, es Josefina V¨¢zquez Mota, exsecretaria (ministra) de Educaci¨®n. Se ven como sus puntos fuertes su cercan¨ªa a la gente y su condici¨®n de mujer. La visita del Papa en marzo y la cumbre del G-20 en junio jugar¨¢n a favor del panista elegido.
La izquierda repite candidato con Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador (AMLO). El PRD (Partido de la Revoluci¨®n Democr¨¢tica) opt¨® a partir de unas encuestas por el viejo caudillo radical frente a Marcelo Ebrard, el popular alcalde de Ciudad de M¨¦xico, representante de un centro-izquierda de corte europeo. AMLO, que nunca acept¨® su derrota por escaso margen ante Calder¨®n en 2006, ha moderado su mensaje con llamamientos a la reconciliaci¨®n nacional y a la renovaci¨®n moral de la sociedad.
Otro factor a tener en cuenta ser¨¢ el papel del Instituto Federal Electoral (IFE), ¨¢rbitro de los comicios, cuyo prestigio se ha devaluado en los ¨²ltimos a?os por la lucha partidista.
Gane quien gane, el vencedor se encontrar¨¢ con una econom¨ªa plagada de disfunciones y unas reformas -energ¨¦tica, fiscal y laboral- inaplazables. Pese a que M¨¦xico se ha mantenido a salvo de la crisis financiera global, las inversiones extranjeras siguen fluyendo y ha crecido en los dos ¨²ltimos a?os, no ha logrado reducir la pobreza en este periodo ni aumentar la competencia, y la econom¨ªa informal emplea a m¨¢s del 60% de la poblaci¨®n. En el ¨¢mbito pol¨ªtico, el reto ser¨¢ consolidar el Estado de derecho poniendo coto a la impunidad y la corrupci¨®n. A siete meses de las elecciones, ninguno de los candidatos ha logrado ofrecer una visi¨®n del pa¨ªs que derrote al escepticismo de la opini¨®n p¨²blica.
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