Reyes regresa al cascar¨®n

La estaci¨®n de Santa Justa de Sevilla vivi¨® la expectaci¨®n de los d¨ªas importantes. Tras una negociaci¨®n eterna y tras perdonar un mill¨®n de euros al Atl¨¦tico, Jos¨¦ Antonio Reyes es jugador del Sevilla. Por la ma?ana se entren¨® con su exequipo, luego firm¨® la rescisi¨®n de su contrato en los despachos y lleg¨® en AVE a la capital andaluza a las 17.30. All¨ª lo recibieron su padre, Jes¨²s; el vicepresidente del Sevilla, Jos¨¦ Castro, y el secretario t¨¦cnico, V¨ªctor Orta, adem¨¢s de un enjambre de aficionados y c¨¢maras. Hoy, d¨ªa de Reyes, ser¨¢ presentado con el dorsal 21.

Se plasm¨® la vuelta del hijo pr¨®digo justo ocho a?os despu¨¦s de su marcha al Arsenal. Entonces, en enero de 2004, la venta del joven extremo, de 21 a?os, a cambio de 30 millones, salv¨® al club de las deudas. Ahora regresa tras el pago de 3,5 millones al Atl¨¦tico m¨¢s un m¨¢ximo de 500.000 euros por variables. El Reyes que llega al Sevilla, con 28 a?os, sigue siendo una inc¨®gnita, no por su calidad futbol¨ªstica, sino por sus ganas de volver a ser un futbolista importante. "Al ¨²nico futbolista que le he visto hacer lo que hace Messi es a Reyes. Se me escapa por qu¨¦ no ha seguido con esa progresi¨®n que ten¨ªa en el Sevilla conmigo", dice Joaqu¨ªn Caparr¨®s, el t¨¦cnico que le dio la titularidad en Primera; "solo en el Sevilla puede volver a ser grande".

Del Atl¨¦tico campe¨®n de la Liga Europa se han marchado ya 19 futbolistas

Javier Aguirre ya hab¨ªa resuelto que la figura del Atl¨¦tico era un caso perdido: "Reyes es uno de los mejores jugadores espa?oles de su generaci¨®n, por t¨¦cnica y f¨ªsico. Pero es un enigma. Si no reacciona, acabar¨¢ jugando en el P¨¢jaras Playas". Reyes ten¨ªa entonces 26 a?os. Su clase era comparable a la de Iniesta, golpeaba el bal¨®n como Villa y era un futbolista resistente. Era uno de los m¨¢s capacitados y, sin embargo, no form¨® parte del grupo de jugadores que levantaron la Eurocopa y la Copa del Mundo. Cuando le preguntaron si no sent¨ªa que deb¨ªa estar en ese equipo destinado a inscribir la p¨¢gina m¨¢s gloriosa del f¨²tbol espa?ol, respondi¨® con una sonrisa: "Ellos tambi¨¦n son buenos".

Reyes fue un pionero. Fue, con 16 a?os, el m¨¢s joven en debutar con el Sevilla. Traspasado al Arsenal en 2004, ocup¨® un lugar relevante en el equipo que conquist¨® la Premier y estableci¨® una nueva marca hist¨®rica: fue el primer espa?ol en ganar la Liga inglesa. Desde entonces, solo Piqu¨¦, suplente del United, la ha logrado.

Hasta 2008 ning¨²n futbolista espa?ol hab¨ªa movido m¨¢s dinero en traspasos. Reyes estimul¨® al Arsenal, al Madrid y al Atl¨¦tico a pagar m¨¢s de 40 millones entre 2004 y 2007. Reyes fue el primer espa?ol en transitar la compleja industria del f¨²tbol contempor¨¢neo. Con la particularidad de que a ¨¦l la industria le import¨® un bledo. Despreci¨® las exigencias del profesionalismo, los imperativos disciplinarios y la etiqueta de las relaciones de poder.

A Reyes lo ¨²nico que le ha gustado de su carrera ha sido el f¨²tbol y el dinero que le han pagado para que jugara. Los dem¨¢s formalismos le han atormentado. Aguirre no logr¨® comprenderlo. Ni Capello. Ni Mijatovic. Ni Abel Resino. Ni Gregorio Manzano. Ni, en general, todos aquellos ejecutivos que entienden que el f¨²tbol es un negocio. Un sistema en el que es preciso trabajar, producir, y, muchas veces, transigir.

Reyes firm¨® su primer contrato profesional con 14 a?os y lo primero que hizo fue comprarle un chalet a sus padres en Utrera y construir una gran piscina en el jard¨ªn. En el fondo del vaso mand¨® estampar un escudo azulejado del Sevilla. Era otro. Ahora parece m¨¢s harto que nunca de las exigencias de la industria. Solo su tierra, su gente, y la pelota, parecen motivarle.

Con la salida de Reyes, el Atl¨¦tico acaba de descomponer el equipo del doblete europeo de 2010. De la plantilla campeona de la Liga Europa han desaparecido ya 19 futbolistas. Solo cinco de los jugadores actuales (Dom¨ªnguez, Perea, Tiago, Assun?ao y Antonio L¨®pez) estuvieron en los dos ¨¦xitos del equipo de Quique Flores.