Abdul se libra por tercera vez del desahucio en Parla
El obrero en paro logra una nueva pr¨®rroga gracias al apoyo solidario
Un bote de k¨¦tchup, otro de mostaza, dos triciclos infantiles de pl¨¢stico y varias notificaciones de Correos. Estas eran las pocas pertenencias de Abdul Rahim y su familia que quedaban en la ma?ana de ayer en su piso, en la humilde calle de Jeric¨®, en el municipio madrile?o de Parla. Un piso de tres habitaciones bastante viejo que el banco, al concederle la hipoteca, tas¨® en 230.000 euros y cuya hipoteca Rahim dej¨® de pagar hace dos a?os, cuando este obrero de la construcci¨®n se qued¨® en el paro.
Rahim hab¨ªa ayer sacado sus cosas del piso porque estaba convencido de que, esta vez, iba a efectuarse su desahucio. Pero no ha sido as¨ª. La presencia de periodistas y de simpatizantes (menos que otras veces, sumaban una veintena, de los que cinco hab¨ªan pasado la noche en la vivienda ante la posibilidad de que la polic¨ªa acordonara preventivamente la calle muy temprano) ahuyent¨® al representante del banco, que dio media vuelta y se march¨® al verse enfocado por c¨¢maras de medios de comunicaci¨®n. La comisi¨®n judicial, que ayer acud¨ªa por tercera vez ante la casa de este inmigrante de Guinea-Conakry de 50 a?os, negoci¨® con el abogado de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, Rafael Mayoral, una pr¨®rroga de un mes.
Cuando los miembros de la comisi¨®n se fueron, Rahim dio las gracias a todo el mundo. Recibi¨® y dio apretones de mano, aunque la preocupaci¨®n no se le hab¨ªa ido del rostro. El mes de gracia aplaza pero no soluciona sus problemas. Rahim -que ingresa 287 euros de renta de inserci¨®n- no tiene un plan B, un sitio al que poder acudir con los suyos -la mujer y tres hijos- cuando les echen del piso. Eso, a pesar de que cuenta con una ayuda que, tras mucho insistir, le han concedido en servicios sociales: 300 euros en principio mensuales, aunque solo los ha cobrado una vez. "Llamo a todos los tel¨¦fonos que veo en locutorios, pero nada", se duele. "Encontr¨¦ una habitaci¨®n en casa de una ecuatoriana, pero no nos dejaba usar la cocina y luego nos ech¨®, as¨ª que tuvimos que volver aqu¨ª. Llamo y llamo pero nadie quiere. Me piden el contrato, que no tengo, y cuando digo que somos cinco personas no quieren. No es f¨¢cil... Necesitamos ayuda".
Hoy en Torrej¨®n, otro inmigrante venido de lejos espera tambi¨¦n su desahucio. Se trata de Luis Mendes, de Guinea-Bissau, padre de ocho hijos que viven en su pa¨ªs. El 24 de noviembre logr¨® frenar su desalojo gracias al apoyo popular. Hoy volver¨¢n para intentar ayudarle voluntarios de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca y simpatizantes con su causa procedentes de la asamblea 15-M de Torrej¨®n.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.