"La lista de espera para un ri?¨®n es una loter¨ªa"
Mar¨ªa Jos¨¦ Gonz¨¢lez recibi¨® su segundo trasplante hace tres meses - Estuvo cuatro a?os yendo a di¨¢lisis
Mar¨ªa Jos¨¦ Gonz¨¢lez derrocha vitalidad cuando habla. Esta extreme?a de 29 a?os (naci¨® en Zorita porque la ambulancia no lleg¨® a tiempo a C¨¢ceres, ahora vive en Madrid) lleva desde los 17 a?os pendiente de sus ri?ones. Una poliquistosis los tiene inutilizados. "Empec¨¦ la di¨¢lisis con 17 a?os", recuerda. Pero entonces tuvo suerte. "Solo estuve seis meses, y apareci¨® un ri?¨®n". Aquel ¨®rgano le funcion¨® durante ocho a?os, hasta que hace cuatro "un ataque de gota" provoc¨® el rechazo. Aquello fue un mazazo. De hacer una vida normal, pas¨® a tener que volver a di¨¢lisis. "Tres d¨ªas por semana, lunes, mi¨¦rcoles y viernes, durante cuatro horas", dice.
Cualquiera pensar¨ªa que va a desgranar una lista de calamidades, pero Gonz¨¢lez no es de esas. "Trabajaba como administrativa de Alcer [Asociaci¨®n Espa?ola de Lucha contra las Enfermedades de Ri?¨®n], y pude compaginarlo. Iba a la asociaci¨®n por la ma?ana, y me dializaba por la tarde". Claro que ella, precisamente por su trabajo en una ONG, sabe que no todos los casos son iguales. "Hay quien no puede compaginarlo, o quien lleva muy mal los efectos de la di¨¢lisis", cuenta. "Algunos llegan a pedir una incapacidad absoluta, ante la imposibilidad de superarlo", relata.
El 81% del total de los que aguardan un trasplante es por problemas renales
Es la posibilidad de recibir tratamiento la que estimula la demanda
Por fin, en octubre pasado, Mar¨ªa Jos¨¦ recibi¨® un segundo trasplante. "De momento todo va bien. A ver si dura", dice esperanzada.
Gonz¨¢lez tiene un inter¨¦s especial en que todo vaya bien. La joven tiene novio desde hace seis a?os, vive con ¨¦l, y espera casarse el pr¨®ximo septiembre. ?l ha sido su apoyo. "Sabe todo de nefrolog¨ªa. Me conoci¨® con el otro ri?¨®n, cuando el rechazo, la di¨¢lisis y ahora con este", dice.
"Voy a llegar un poco justita con la recuperaci¨®n. Ahora estoy en la fase de ir cogiendo peso, pero a veces tengo fiebre y s¨¦ que esto puede estropearse en cualquier momento", afirma sin un ¨¢pice de dramatismo.
A pesar de su optimismo, reconoce que el periodo de la di¨¢lisis es muy duro. "Son muchos d¨ªas, y haces amigos. Yo ten¨ªa una que necesitaba un doble trasplante, de ri?¨®n y p¨¢ncreas. Cuando por fin la llamaron, me alegr¨¦ un mont¨®n por ella, pero no pude evitar sentir tambi¨¦n un poco de envidia. Te dices: hombre, ?por qu¨¦ le toca a ella y a m¨ª no? pero es una envidia sana, porque sabes que la lista de espera para un ri?¨®n es una loter¨ªa. Depende de que haya alg¨²n ¨®rgano compatible, as¨ª que a lo mejor t¨² llevas m¨¢s tiempo y no lo consigues, y hay otros que en unos meses dejan la di¨¢lisis. No sirve de nada que te angusties, es desperdiciar el tiempo. Yo estuve seis meses en la lista de espera la primera vez, luego he estado cuatro a?os, y hay quien lleva 20 de di¨¢lisis, pero si no aparece un ri?¨®n que sea compatible no se puede hacer nada", afirma.
Los datos de quienes est¨¢n en esta situaci¨®n son elocuentes. En Espa?a hab¨ªa a finales del a?o pasado 4.434 personas esperando un ri?¨®n. Son el 81% de las 5.484 personas que esperan un trasplante. La paradoja es que se trata del ¨®rgano que es m¨¢s f¨¢cil de trasplantar. Pero, precisamente por eso, hay m¨¢s gente en lista de espera. Como en otras partidas sanitarias, es la posibilidad de recibir tratamiento la que estimula la demanda. Por eso en esa lista escasean las personas que esperan un intestino (10) o un coraz¨®n (97): porque son m¨¢s dif¨ªciles de conseguir.
Mar¨ªa Jos¨¦ sabe que ha tenido suerte dos veces. De su ¨²ltimo donante solo ha visto en la historia cl¨ªnica que era un chico de 34 a?os. Conocedora del sistema, que basa parte de su ¨¦xito y de la confianza de los ciudadanos en el anonimato del proceso (con la l¨®gica excepci¨®n de los donantes de vivo, en los que se trata de familiares o allegados), ni se plantea la posibilidad de conocer a la familia que dio permiso para que ella dispusiera de otra oportunidad. "Me parecer¨ªa muy fuerte. Solo me servir¨ªa para darles las gracias. Pero basta pensar en la madre de ese muchacho que don¨® los ¨®rganos para entender que se merece el anonimato m¨¢s absoluto. ?De qu¨¦ les iba a servir que yo les diera la lata?".
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