Omnipresencia financiera
Este cambio de a?o nos deja la certeza de que el mundo funciona con una extra?a l¨®gica empresarial, que sigue las arbitrarias fluctuaciones estad¨ªsticas e intenta homogeneizar todo valor humano dentro de las leyes de las finanzas. Y as¨ª se ha intentado convencernos de que los recortes necesarios solo se pueden hacer de una manera: desmantelando el Estado de bienestar en vez de exigir a las grandes fortunas y de poner tasas a las transacciones financieras. La econom¨ªa domina, y naciones y autonom¨ªas se gestionan con criterios meramente cuantitativos.
Las universidades han pasado de enfatizar la transmisi¨®n de conocimiento a contarlo todo por cr¨¦ditos; en las ciudades, de la gesti¨®n llevada por pol¨ªticos y t¨¦cnicos se ha evolucionado hacia la rentabilidad del managerialismo, y de los modelos urbanos a las marcas. Una plaza pierde sus valores sociales y simb¨®licos, como espacio p¨²blico, y se convierte en una pista de hielo para deslizarse por el consumo, y una rambla termina como un amn¨¦sico paseo de obst¨¢culos hecho de tiendas de souvenirs horteras.
El mercado quiere ense?anza de excelencia para unas ¨¦lites y masificada para mano de obra barata
El sistema pretende que solo hay dos salidas: o nos integramos con docilidad (y en estos tiempos, con miedo) como trabajadores y consumidores o seremos expulsados como residuos y convertidos en marginados. Pero hay otras alternativas a esta falsa l¨®gica empresarial que ser¨¢ fatal. En el caso de Catalu?a se est¨¢ hundiendo lo que funcionaba: la sanidad y la educaci¨®n p¨²blica. Y se est¨¢ desaprovechando la formaci¨®n y el entusiasmo de los j¨®venes que se est¨¢n viendo obligados a emigrar: a Europa (Reino Unido, Francia, Alemania) o a Am¨¦rica (Estados Unidos, Argentina, Brasil).
Descaradamente, los objetivos son los de debilitar la sanidad y la ense?anza p¨²blicas en favor de las privadas. En el caso de la Universidad, se quieren detener sus avances para que la crisis no golpee tan fuertemente a las privadas. Ya en 2005, en el F¨®rum Social por la Educaci¨®n en Catalu?a celebrado en Barcelona y titulado Otra educaci¨®n es posible, el sindicalista belga Nico Hirtt denunciaba que en un futuro inmediato, de una Europa fuertemente dualizada, se iban a necesitar solo un 25% de lugares de trabajo muy cualificados y el 75% restante interesaba que fueran poco cualificados, con una formaci¨®n temporal recibida r¨¢pidamente en los mismos lugares de trabajo, para una mano de obra flexible y deslocalizable, subalterna del falsamente opulento mundo de las TIC y de la fluctuante industria tur¨ªstica. El mercado quiere ense?anza de excelencia para unas ¨¦lites y masificada para mano de obra barata. De ah¨ª esta ca¨ªda de las inversiones en la Universidad p¨²blica, que est¨¢ intentando mantener la calidad con el voluntarismo de una parte de profesorado y estudiantes.
En este contexto, el rectorado de la Universidad Polit¨¦cnica de Catalu?a quiere aprobar un plan de viabilidad que se basa, a grandes rasgos, en aumentar las horas de trabajo, colocar m¨¢s estudiantes por grupo, reducir la plantilla no renovando a los asociados e interinos, y reducir los beneficios sociales a profesores, investigadores y personal de administraci¨®n. Con todo ello la aplicaci¨®n de los objetivos del Espacio Europeo de Educaci¨®n Superior no se va a poder cumplir. Y es que la Universidad no se puede gestionar como una empresa, ya que ni produce bienes materiales, ni los que la dirigen son un consejo de administraci¨®n, sino profesores elegidos por votaci¨®n, y sus objetivos tienen que ver con la investigaci¨®n, el saber y la mejora de la sociedad antes que con la inmediata instrumentalidad. No solo es injusto, sino que es err¨®neo hacer pagar a los estamentos m¨¢s d¨¦biles de la Universidad, generalmente los miembros m¨¢s j¨®venes, estos ajustes, ya que se est¨¢ truncando un vital y laborioso relevo generacional.
Hay mucho que hacer para demostrar que hay otras opciones adem¨¢s de este horizonte impuesto de recortes. Se ha de superar esta visi¨®n monetarista y a corto plazo, promoviendo una labor de debate en cada ¨¢mbito, protagonizada por los trabajadores, que son quienes conocen bien las realidades, consensuando los criterios para la necesaria racionalizaci¨®n econ¨®mica y plante¨¢ndolos con relaci¨®n a las expectativas estrat¨¦gicas para el futuro de cada sector.
Josep Maria Montaner es arquitecto y catedr¨¢tico de la ETSAB-UPC.
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