Stella logra que se olvide su apellido

Stella McCartney no es una hija de al uso. Pese a llevar uno de los apellidos con m¨¢s peso de la cultura pop del siglo XX, la hija del beatle Paul McCartney y la fot¨®grafa Linda Eastman es una rara avis que, a pesar de ser la descendiente directa de una pareja famosa y multimillonaria, ha conseguido ser respetada por su trabajo y su talento, al margen del peso de sus influyentes genes. Frente a personajes como Paris Hilton, que lleg¨® a ocupar durante a?os las portadas de las revistas gracias a la explotaci¨®n de la dudosa fama que le dio un v¨ªdeo porno unido al apellido de su abuelo, el magnate de los hoteles Hilton, McCartney se ha construido una s¨®lida carrera como dise?adora y todos los que cuentan en el mundo de la moda as¨ª lo reconocen. Si no, alguien como la picajosa y exquisita Anna Wintour, poderosa directora de la edici¨®n estadounidense de la revista Vogue, o Stephano Tonchi, director de la revista W, no habr¨ªan aparecido esta semana en la inauguraci¨®n de la nueva y flamante tienda del barrio neoyorquino del Soho, adonde la dise?adora ha decidido mudarse, dejando atr¨¢s aquel espacio pionero que ocupaba en el Meatpacking District.

Esta semana ha abierto tienda en el soho neoyorquino rodeada de estrellas

Amiga ¨ªntima de Madonna, arremete contra las famosas que usan pieles

La inauguraci¨®n fue una excusa para que muchos famosos que visten con su ropa se dejaran ver, desde Liv Tyler a Naomi Watts, pero sobre todo fue una abierta declaraci¨®n de amor hacia esta creadora que adem¨¢s acaba de anunciar que ser¨¢ la encargada para Adidas del dise?o de la ropa y el logo del equipo ol¨ªmpico de Reino Unido para los Juegos de este a?o. "Es un reto fascinante, una oportunidad ¨²nica", declaraba entusiasmada esta misma semana.

Pero los retos son algo a lo que esta mujer de 40 a?os est¨¢ m¨¢s que acostumbrada. Se educ¨® en la c¨¦lebre Central St. Martins College of Art and Design, de donde tambi¨¦n bebieron Alexander McQueen o John Galliano. Y, al igual que ellos, siendo a¨²n muy joven y con solo dos colecciones propias bajo el brazo, McCartney dio el salto como directora creativa, en su caso para la firma parisiense Chlo¨¦, para la que trabaj¨® entre 1997 y 2001. Sustitu¨ªa a Karl Lagerfeld, un dise?ador que en un principio dud¨® mucho de la capacidad de McCartney para enfrentarse al reto, llegando a afirmar: "Deber¨ªan haber escogido a un gran nombre. Y lo han hecho, pero de la m¨²sica, no de la moda. Ojal¨¢ tenga tanto talento como su padre". Pese al escepticismo inicial, y las acusaciones contra Chlo¨¦ de haberla elegido por su apellido y por la publicidad gratuita que eso le dar¨ªa a la marca, tras su trabajo inaugural, Vogue proclam¨®: "Su primera colecci¨®n ha eliminado cualquier duda sobre su talento".

En el a?o 2002 su propia firma, Stella McCartney, se asoci¨® con el grupo Gucci, y desde entonces la dise?adora va por libre, acumulando premios y alimentando un emporio empresarial que ya cuenta con 17 tiendas propias y 600 puntos de venta en 50 pa¨ªses que no dejan de generar beneficios.

Educada por sus padres en el vegetarianismo (su madre, fallecida en 1998, fue una de las pioneras entre las famosas que optaron por renunciar a la carne), Stella tambi¨¦n aplica su respeto por los animales a la moda, evitando la utilizaci¨®n de cuero y pieles en sus dise?os y arremetiendo sin pudor contra aquellas famosas que se atreven con las pieles, incluida su ¨ªntima amiga Madonna, a la que lleva a?os "tratando de educar" sin mucho ¨¦xito mientras la viste y dise?a los trajes de sus giras.

Entre sus allegados se la conoce como una mujer de principios, que mantuvo las distancias cuando su padre decidi¨® casarse con Heather Mills, apenas tres a?os mayor que ella y a la que nunca acept¨® como alguien de la familia. En cambio, s¨ª se ha entregado por completo a la tercera mujer de Paul, la neoyorquina Nancy Shevell, para la que incluso organiz¨® la boda y dise?¨® el vestido de novia.