Hablar no siempre es comunicar
Asist¨ª a la convenci¨®n de una importante multinacional. En una ma?ana nos despacharon un seguido de cinco intervenciones con tan solo una pausa para el caf¨¦. Al final de la densa ma?ana pudimos hacer balance del acto: ninguno de los ponentes respet¨® el tiempo asignado, con lo que fuimos acumulando un considerable retraso al final de la ma?ana, que se resolvi¨® eliminando el esperado espacio de tiempo libre antes de la comida. Cada intervenci¨®n conten¨ªa un sinf¨ªn de desordenadas ideas que eran imposibles de retener. El primer ponente, a¨²n sin pretenderlo, son¨® a bronca: su tono de voz resultaba agresivo y exageradamente vehemente. El segundo ponente nos hizo desear el caf¨¦ con desmesura: su mon¨®tona dicci¨®n y una presentaci¨®n plagada de tecnicismos nos sumieron en un profundo sopor. El tercero no lleg¨® a presentar ni la mitad de sus diapositivas: se fue por las ramas desde el primer minuto, desconcert¨¢ndonos a todos. Los dos ¨²ltimos fueron medianamente correctos. Pero ahora, rememorando la convenci¨®n, no sabr¨ªa decir ni por aproximaci¨®n de qu¨¦ hablaron.
El resultado es que m¨¢s de un centenar de personas acabaron exhaustas y sin ninguna idea clara, con una sensaci¨®n de que estaban all¨ª simplemente porque no hab¨ªa m¨¢s remedio. Y cinco directivos perdieron la oportunidad de seducirlas, de motivarlas y de transmitirles sus mensajes.
DIFERENCIAS IRRECONCILIABLES ENTRE HABLAR Y COMUNICAR
"La emoci¨®n lleva a la acci¨®n, mientras que la raz¨®n lleva a la conclusi¨®n" (Donald B. Calne)
Hablar es transmitir informaci¨®n, algo que todos somos capaces de hacer sin demasiada dificultad. Comunicar es, adem¨¢s, mover una emoci¨®n. ?Y por qu¨¦ deber¨ªamos querer, en una presentaci¨®n en p¨²blico, mover las emociones de la gente? Los motivos son dos: en primer lugar, porque en nuestra comunicaci¨®n tenemos la obligaci¨®n de ser impactantes, de ganar la atenci¨®n de la gente. Y en segundo lugar porque las emociones ser¨¢n en gran medida responsables de la memorabilidad de nuestra intervenci¨®n.
Cuando comunicamos, competimos. Competimos con la enorme cantidad de presentaciones e informaci¨®n que nuestra audiencia recibe y recibir¨¢. Y nuestra obligaci¨®n es que, con el paso del tiempo, nuestra presentaci¨®n sea la que se recuerde. La que haya impactado m¨¢s. Hacerlo requiere t¨¦cnica, pero est¨¢ al alcance de todos. No es solo cuesti¨®n de talento. Tambi¨¦n es importante una buena preparaci¨®n.
PRIMERO: ?QU? SE QUIERE DECIR?
"Si todo es importante, nada es importante" (Garr Reynolds)
Todos sabemos mucho de algo. Y si nos dan la oportunidad de contarlo, podemos llenar horas encadenando un argumento tras otro. Esta no es la manera de construir una presentaci¨®n impactante. Una buena presentaci¨®n necesita articularse alrededor de una ¨²nica idea. Tenemos que poder escribir una ¨²nica frase antes de empezar a desarrollar la intervenci¨®n. Si no lo hacemos as¨ª, el da?o colateral es claro: nos enrollaremos. Hablaremos m¨¢s de la cuenta. Y la audiencia no sabr¨¢ qu¨¦ mensaje elegir de entre los muchos que habremos dado. Y ha de ser, adem¨¢s, una idea grande, valiosa, que aporte algo nuevo, o una visi¨®n nueva de algo conocido. Que la gente tenga la sensaci¨®n de que ha recibido un regalo de valor, que val¨ªa la pena atender. Porque si no, no volver¨¢n. Si lo hacen ser¨¢ desconectados, sin la intenci¨®n de prestar atenci¨®n. Es una cuesti¨®n de respeto a la audiencia, de preguntarse: ?qu¨¦ hay de valor para ellos en mi intervenci¨®n?
EN BUSCA DE LA MEMORABILIDAD
"Si su misi¨®n no puede transmitirse en cinco minutos, o con una historia, es que no la tiene" (John Kotter)
La mente es una criatura metaf¨®rica. De peque?os, aprendemos con historias, con cuentos, con piezas narrativas que nos transmiten las ideas estimulando nuestra imaginaci¨®n y estableciendo conexiones con nuestra vida y nuestras experiencias. Y, en cambio, de mayores, parece que tengamos que aprender a base de sofisticadas exposiciones conceptuales, precisas definiciones e informaci¨®n perfectamente ordenada, pero fr¨ªa y racional, sin concesiones a la narraci¨®n. Es cierto que estamos preparados para entender una definici¨®n, pero no es menos cierto que como m¨¢s disfruta la mente es con una buena historia, y que las narraciones conectan directamente con la emoci¨®n.
Es importante dar la informaci¨®n necesaria, pero es importante tambi¨¦n -imprescindible para m¨ª- complementarla con una buena historia. Es lo que nos asegurar¨¢ la conexi¨®n emocional y la memorabilidad. Es mucho m¨¢s f¨¢cil recordar una buena an¨¦cdota que una precisa informaci¨®n.
El camino es arriesgado, porque una mala historia, una historia que no tenga que ver con nuestro argumento, nos destrozar¨¢ la intervenci¨®n. Pero la literalidad de una explicaci¨®n conceptual sin ejemplos, sin met¨¢foras o sin elementos narrativos, ser¨¢ olvidada sin remedio. Las cosas que entendemos, las olvidamos. Las que adem¨¢s de entender las sentimos, las recordamos para siempre.
ENTRE LO QUE T? ENTENDISTE Y LO QUE YO QUER?A DECIR
"Comunicamos lo que sentimos, nada m¨¢s que lo que sentimos" (Oriol Pujol Borotau)
Podemos tener perfectamente estructurado nuestro discurso. Incluso con las palabras escritas se puede comunicar algo distinto a lo que queremos. La comunicaci¨®n en p¨²blico, el tono de voz y el lenguaje no verbal tienen un valor muy superior a la palabra, y si el qu¨¦ decimos (la palabra) no concuerda con el c¨®mo (tono de voz y expresi¨®n no verbal), lo que cuenta, sin duda, es el c¨®mo.
Es necesario estar en contacto con nuestro estado de ¨¢nimo a la hora de comunicar: si estamos enfadados, lo transmitiremos. Si no nos creemos el proyecto, se notar¨¢. Preparamos a menudo con precisi¨®n nuestro discurso. Preparemos tambi¨¦n nuestra intervenci¨®n, empezando por ponernos en el estado emocional que precisa nuestro discurso, porque es lo que la gente captar¨¢.
EMPEZAR BIEN... Y ACABAR MEJOR
"Teatro es todo aquello que hay entre un buen inicio y un buen final" (Moli¨¨re)
Es importante tener un buen comienzo: la audiencia no tardar¨¢ m¨¢s de tres minutos en decidir si nos escucha o si se evade. Funcionan muy bien las an¨¦cdotas y las historias en este punto. Somos curiosos por naturaleza, y prestaremos atenci¨®n aunque solo sea para conocer el final. Tambi¨¦n importa el final, pues nos jugamos el sabor de boca que dejaremos como ponentes. Que puedan decir: "La presentaci¨®n ha sido interesante, y el ponente ha estado brillante". Este comentario tendr¨¢ mucho que ver con un final preciso, escenificado con seguridad, que contenga la idea fundamental de la presentaci¨®n. Que no sea un final de marat¨®n en el que viendo la l¨ªnea de llegada, viendo que ya terminamos el suplicio, nuestra voz va perdiendo fuerza para terminar en un t¨ªmido "y esto es todo".
Discursos de ¨¦xito
En Youtube se puede ver la intervenci¨®n de Steve Jobs en el acto de graduaci¨®n de la Universidad de Stanford, un ejemplo memorable que mantiene su vigencia con el paso del tiempo. Tambi¨¦n resulta especialmente brillante la ¨²ltima presentaci¨®n de Randy Pausch en la Universidad Carnegie Mellon ('The last lecture'), transformada posteriormente en un libro. El discurso de Barack Obama en Tucson, con motivo del acto de homenaje a las v¨ªctimas del atentado que tuvo lugar en dicha ciudad, es un ejemplo de dominio absoluto de los diferentes registros emocionales.
En la p¨¢gina web www.ted.com se pueden repasar algunas de las presentaciones m¨¢s efectivas y brillantes que se est¨¢n realizando en estos momentos en todo el mundo.
Cinco claves para una buena intervenci¨®n en p¨²blico
1. Un ¨²nico mensaje. Una idea centrada y valiosa para la audiencia.
2. Explicado de forma memorable, con met¨¢foras, ejemplos, vivencias o cualquier otro recurso narrativo.
3. En un lenguaje que conecte, evitando tecnicismos o lenguajes gremiales.
4. Hay que tener en cuenta que lo que importa es lo que la gente capta, no lo que uno ten¨ªa intenci¨®n de decir.
5. Invitar a la gente a estar de acuerdo, no forzarla.
(Extra¨ªdas del libro 'La isla de los cinco faros', de la editorial Planeta).
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