La Tabacalera: dos a?os m¨¢s de experimento
El centro social de Lavapi¨¦s renueva con la Administraci¨®n el acuerdo para autogestionar la antigua f¨¢brica y planea c¨®mo consolidarse
"Esto no deja de ser un experimento, pero que ya lleva casi dos a?os". Y le quedan al menos otros dos. Carlos Calder¨®n forma parte de la comisi¨®n de comunicaci¨®n del Centro Social Autogestionado La Tabacalera de Lavapi¨¦s. Es la asociaci¨®n que desde marzo de 2010 administra parte del edificio de la antigua F¨¢brica de Tabacos de Madrid, en la glorieta de Embajadores, a partir de un convenio de cesi¨®n de uso con el Ministerio de Cultura. A finales de 2011, a¨²n con el Gobierno del PSOE, renov¨® el acuerdo por dos a?os prorrogables. Ahora toma impulso, con una nueva forma de organizarse y reforzando su oferta social y cultural.
"Desde finales de 2011, tenemos respaldo jur¨ªdico para seguir aqu¨ª, creando, ofreciendo actividades propuestas y materializadas por los propios ciudadanos, durante al menos dos a?os", sintetiza Calder¨®n, vecino del barrio de 45 a?os que conoce el inmueble desde ni?o y ha vuelto cautivado por el proyecto de La Tabacalera. El texto legal se har¨¢ p¨²blico ma?ana, durante "una jornada de trabajo y reflexi¨®n".
La Secretar¨ªa de Estado de Cultura confirma la vigencia del nuevo acuerdo, sin aportar m¨¢s datos. Nada explica acerca del Centro Nacional de Artes Visuales proyectado en el edificio, adjudicado en 2009 (tras impugnarse su asignaci¨®n en 2008) con un presupuesto de 30 millones de euros. "Eso sigue como estaba, no hay nada nuevo", se?alan desde el despacho elegido -Estudio Nieto Sobejano-, en alusi¨®n a la paralizaci¨®n de la iniciativa.
El estancamiento del proyecto contrasta con su imprevista contrapartida: el dinamismo que se respira en La Tabacalera. La iniciativa, pionera y compleja, vive tiempos de cambio y nuevo impulso. La jornada de ma?ana es un buen ejemplo: el programa incluye desde la limpieza a la presentaci¨®n de los objetivos para los pr¨®ximos tres meses. Los integrantes del colectivo insisten en que se trata de un proyecto "vivo" y "cambiante", en continua renovaci¨®n. Pero hay algunos retos que marcan esta nueva etapa.
- Fortalecer los talleres. Son a la vez causa y consecuencia de La Tabacalera. Las actividades culturales, sociales y educativas, siempre gratuitas, que acoge la antigua f¨¢brica de tabacos desde hace casi dos a?os suelen variar con el tiempo. Todas se basan en su m¨¢xima informal: "El que la propone, se la come". Cualquiera interesado en hacer algo -desde un taller de flamenco a utilizar un espacio como estudio art¨ªstico o para ensayar-, solo tiene que informarse sobre lo que ya existe, definir sus necesidades y pensar qu¨¦ puede aportar al centro (grupos de trabajo, turnos de limpieza o barra...), explica la web.
El sistema se mantiene, pero estrena una mayor garant¨ªa de continuidad: "Como ahora tenemos dos a?os asegurados, podemos plantear iniciativas a m¨¢s largo plazo", comenta Rafael Esteban, periodista de 52 a?os y miembro del colectivo. Quienes se animen solo necesitan ganas de participar: las actividades son gratuitas y las colaboraciones, voluntarias.
En la oferta actual (disponible en blogs.latabacalera.net/talleres/) hay una gran variedad, desde clases de idiomas -uno de iniciaci¨®n al ¨¢rabe acaba de empezar, por ejemplo- a ensayos abiertos de circo, clases de danzas tradicionales o inform¨¢tica. "Puedes venir cualquier d¨ªa y, con solo media hora de diferencia, el centro cambia completamente", dice Calder¨®n.
- Nueva organizaci¨®n. De los "p¨¦talos" en que se organizaban inicialmente a las comisiones -popularizadas por el 15-M-, La Tabacalera siempre ha estado regida por una asamblea abierta a toda persona relacionada con el centro. Es una de las pocas cuestiones fijas desde el inicio y se corresponde con su esp¨ªritu participativo, integrador y horizontal. Pero ahora sus reuniones se espacian y solo se celebrar¨¢ una asamblea ordinaria al mes.
Semanalmente se reunir¨¢n las comisiones (grupos especializados en diversas ¨¢reas -econom¨ªa, comunicaci¨®n, respeto...-, que llevan ya unos meses funcionando) y tomar¨¢n sus decisiones. Solo en caso de que sea necesario -un tema que afecta a varias ¨¢reas, como la autorizaci¨®n de una actividad de una organizaci¨®n externa- se reunir¨¢ "de urgencia" la asamblea. "As¨ª pretendemos ser m¨¢s operativos", aclara Calder¨®n. Las comisiones trabajar¨¢n, adem¨¢s, con planes trimestrales de objetivos, como los que presentan ma?ana.
- Mejorar la infraestructura. Aparte de albergar un novedoso modelo de gesti¨®n, la antigua F¨¢brica de Tabacos de Madrid es en s¨ª misma un Bien de Inter¨¦s Cultural. Los miembros de La Tabacalera destacan por eso su empe?o en garantizar el cuidado del edificio, "hasta en la m¨¢s m¨ªnima reforma", recalca Calder¨®n. Con la ampliaci¨®n de su permiso, planean continuar mejorando el inmueble, que ellos mismos se encargaron de habilitar cuando el Ministerio de Cultura les cedi¨® por primera vez el uso en 2010. La primera reforma afectar¨¢ a los ba?os, que est¨¢ previsto renovar durante la primera parte del encuentro de ma?ana.
M¨¢s adelante, se ir¨¢ decidiendo en funci¨®n de las necesidades. Por proponer que no quede: "Solo es una hip¨®tesis, pero sabiendo que estaremos aqu¨ª dos a?os m¨ªnimo, podr¨ªamos plantear algo parecido en plan calefacci¨®n", sugiere Rafael Esteban. Algunos visitantes pueden sentirse sorprendidos por la est¨¦tica del edificio y considerarlo algo descuidado, pero los miembros del colectivo est¨¢n razonablemente satisfechos. Hay que recordar que manejan un presupuesto m¨ªnimo (no tienen subvenciones p¨²blicas, se financian con lo que recaudan en eventos especiales) y todos los colaboradores son voluntarios.
- Trabajar por la continuidad. "Desde que firmamos el primer acuerdo de cesi¨®n de uso, estamos trabajando en el siguiente", advierte Calder¨®n. La comisi¨®n de comunicaci¨®n rechaza que la prolongaci¨®n del permiso para la actividad de La Tabacalera se aprecie como un ¨¦xito puntual. "El proyecto siempre ha contado con el apoyo del Ministerio de Cultura y estaba previsto que, si no hab¨ªa razones de peso para dar por terminado el acuerdo (que no las hay, los compromisos se cumplen por ambas partes), La Tabacalera segu¨ªa", aclaran por correo electr¨®nico.
En todo momento destacan "el contacto fluido y la franca colaboraci¨®n" que han mantenido hasta ahora con la Direcci¨®n General de Bellas Artes, responsable del edificio. Ahora esperan repetir esa buena relaci¨®n con el nuevo Ministerio, con el que a¨²n no han contactado. Rafael Esteban resume: "Somos un centro social que ha abierto una v¨ªa de relaci¨®n con la Administraci¨®n, en el que los ciudadanos son protagonistas, no solo espectadores o clientes. Ahora toca profundizar en esta nueva forma de institucionalidad".
Espacio de encuentro social
- En 2010, el Ministerio de Cultura escuch¨® las reivindicaciones vecinales y cedi¨® la F¨¢brica de Tabacos de Madrid a un colectivo de artistas y ciudadanos.
- El espacio ofrece talleres y actividades culturales y cuenta con espacios comunes como la cafeter¨ªa, el jard¨ªn, el patio o la biblioteca.
Un modelo mixto que puede extenderse
Un guardia de seguridad vigila la entrada del n¨²mero 53 de la calle Embajadores de Madrid. Su uniforme chirr¨ªa entre bicicletas apostadas por los pasillos, pintadas en las paredes y carteles con variopintas propuestas. Esto es La Tabacalera de Lavapi¨¦s. Pura ambig¨¹edad. Un centro autogestionado que es f¨¢cil confundir con un edificio okupado, pero que cuenta con el benepl¨¢cito de la administraci¨®n, en forma de convenio de cesi¨®n de uso. ?Puede extenderse este tipo de gesti¨®n social y cultural? "Sin duda tiene futuro", afirma Antonio Fesser. Sorprende que una predicci¨®n tan optimista proceda de quien es socio de La F¨¢brica -una empresa que organiza eventos culturales con apoyo p¨²blico o privado-, a su vez promotora de la Fundaci¨®n Cultura. "Son modelos que pueden y deben coexistir", defiende Fesser al resaltar los buenos resultados que est¨¢ logrando La Tabacalera. En t¨¦rminos similares se pronuncia el director de la vecina Casa Encendida -centro cultural integrado en la Obra Social de Caja Madrid-, Jos¨¦ Guirau, que celebra la proximidad de un proyecto que, a su juicio, "suma" al incrementar la oferta social y cultural del barrio. "Es una apuesta muy interesante y, sobre todo, muy participativa", destaca como principal m¨¦rito de La Tabacalera . Tambi¨¦n el director del cercano Museo Reina Sof¨ªa, Manuel Borja-Villel, muestra su apoyo a una iniciativa que, seg¨²n puntualiza, no conoce a fondo, pero que cree "muy valiente", porque da paso a un modelo de gesti¨®n novedoso. "Si funciona, es justo que se tenga en cuenta", sentencia antes de a?adir: "Si en cultura no estamos abiertos..."
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