Primera reforma con 'contrarreforma'
La norma del PSOE tiene poco impacto en un mercado de trabajo lastrado por la crisis
Es la primera vez que una reforma laboral dura tan poco en Espa?a como la emprendida por el Gobierno del PSOE en 2010 y continuada en 2011. Claro que la regulaci¨®n no contenta a nadie. No solo a los agentes sociales que eligieron el desacuerdo y forzaron (como seguramente suceder¨¢ otra vez ahora con el PP) a regular al m¨¢s que paciente Ejecutivo. Tampoco convenci¨® a los acad¨¦micos, ni a los abogados laboralistas, ni a los directores de recursos humanos de las empresas y, por supuesto, a los ciudadanos. Lleg¨® demasiado tarde, cuando ya se hab¨ªan destruido m¨¢s de dos millones de empleos, y no ha conseguido su objetivo fundamental de crear puestos de trabajo o aplacar el paro, ni aun admitiendo el encadenamiento de contratos temporales, que es lo m¨¢s opuesto a su misi¨®n de reducir la temporalidad. Por eso, el apelativo m¨¢s suave que ha recibido es de bienintencionada, pero insuficiente. Claro que es m¨¢s frecuente o¨ªr voces que la tildan de acelerada e inconsistente o, sencillamente, in¨²til o fracasada por su escasa profundidad.
Tras a?o y medio en vigor, el nuevo Gobierno 'tumbar¨¢' la regulaci¨®n
El mayor ¨¦xito llega con el expediente de regulaci¨®n temporal de empleo
Y el fracaso m¨¢s grande, con el fondo de capitalizaci¨®n, que no ver¨¢ la luz
A?o y medio despu¨¦s de que echase a andar la reforma laboral, un tiempo m¨¢s que razonable para hacer balance, los efectos conseguidos son poco evidentes. Su "objetivo esencial era contribuir a la reducci¨®n del desempleo e incrementar la productividad", reza en el pre¨¢mbulo. Esa segunda parte s¨ª se ha logrado, aunque precisamente por el incumplimiento de la primera, es decir, por el aumento del paro, que ha pasado de rozar el 20% de la poblaci¨®n activa en junio de 2010 al 21,5% de finales del a?o pasado.
Sin crecimiento econ¨®mico que acompa?e, ninguna reforma laboral crea por s¨ª sola puestos de trabajo, se han hartado de repetir los expertos. Tambi¨¦n el exministro de Trabajo Valeriano G¨®mez. Por ese motivo considera que la actual "se comporta razonablemente bien, aunque tiene efectos limitados", al haberse recrudecido la crisis econ¨®mica en la segunda mitad de 2011. En su opini¨®n, ser¨ªa m¨¢s conveniente que su sucesora al frente del nuevo Ministerio de Empleo y Seguridad Social, F¨¢tima B¨¢?ez, avanzase en la reforma actual en vez de empezar una nueva. G¨®mez cree que se ha mejorado la flexibilidad interna en las empresas, se han incrementado los expedientes de regulaci¨®n temporal de empleo, se ha avanzado en el descuelgue salarial, se ha estimulado el empleo a tiempo parcial y el fomento de la contrataci¨®n indefinida.
La reforma pretende corregir la dualidad de nuestro mercado de trabajo, incrementar la flexibilidad interna de las empresas y potenciar el empleo entre j¨®venes y mayores de 45 a?os. ?Cu¨¢les son sus resultados?
- Dualidad. Para frenar el excesivo uso de los contratos temporales, se incentiva el contrato de fomento de la contrataci¨®n indefinida (con indemnizaci¨®n por despido de 33 d¨ªas por a?o trabajado). Sin embargo, "hemos observado que este contrato se utiliza incluso menos que antes de la reforma. Y que el porcentaje de contratos temporales sigue aumentando. De cada 100 contratos, actualmente m¨¢s de 95 son temporales, mientras que previamente eran unos 90 de cada 100", explica Sara de la Rica, catedr¨¢tica de Econom¨ªa de la Universidad del Pa¨ªs Vasco e investigadora de Fedea.
Los datos del Ministerio de Trabajo muestran que entre 2010 y 2011 la segmentaci¨®n del mercado laboral espa?ol no ha cambiado su tendencia. Se hacen 14 millones de contratos, y solo un mill¨®n son indefinidos (se pasa de 1,2 millones a 1,1 el a?o anterior).
Pero hay que tener en cuenta que el recrudecimiento de la crisis oblig¨® al anterior Gobierno a suspender los l¨ªmites al encadenamiento de contratos que endureci¨® previamente. Una medida que Valeriano G¨®mez piensa que ha producido "efectos en el sector p¨²blico y los contratistas de este".
- Despido. La nueva redacci¨®n que se le da al despido por causas econ¨®micas se convierte en el punto ¨¢lgido de la reforma. Se pretende incentivar el despido con indemnizaciones de 20 d¨ªas por a?o trabajado para abaratar el coste de las reestructuraciones de empleo. Y aunque, seg¨²n Daniel Cifuentes, profesor de Derecho Laboral en la Universidad Aut¨®noma de Madrid y responsable del ¨¢rea laboral en la firma de abogados Olswang, "la modificaci¨®n no aporta nada nuevo, pues reproduce la doctrina que ven¨ªa sentando el Tribunal Supremo", aqu¨ª s¨ª que se atisban ciertas mejoras.
Si comparamos las altas que se producen en el desempleo, se aprecia que el volumen de personas que demandan las prestaciones tras ser objeto de un despido expr¨¦s (el m¨¢s utilizado por indemnizarse con 33 d¨ªas en vez de los 45 habituales) bajan en m¨¢s de 60.000 entre enero y noviembre de 2010 y 2011. Al contrario que los despidos objetivos, que crecen en 34.000.
Cifuentes se?ala que hoy es m¨¢s f¨¢cil llegar a un acuerdo empresa-trabajador respecto a las indemnizaciones, que, efectivamente, s¨ª se han abaratado.
- Fondo de capitalizaci¨®n. Es el m¨¢ximo exponente de los detractores de la reforma laboral en vigor. En tan solo unos meses, esa "mochila" que iban a llevar los trabajadores, acumulando derechos a lo largo de su carrera profesional para poderlos disfrutar en caso de despido o de jubilaci¨®n, se fue al traste en un abrir y cerrar de ojos. El Gobierno del PSOE concluy¨® que no hab¨ªa dinero para crear el fondo de capitalizaci¨®n. "Eso le resta legitimaci¨®n a la reforma y pone de manifiesto la improvisaci¨®n con que se llev¨® a cabo", sostiene Cifuentes.
- Flexibilidad interna. La reforma pretende facilitar los traslados colectivos; las modificaciones sustanciales de las condiciones de trabajo (cambio de puesto, funciones, horarios...); las cl¨¢usulas de descuelgue salarial y "muy se?aladamente, la suspensi¨®n de contratos de reducci¨®n de jornada por causas econ¨®micas, t¨¦cnicas, organizativas y de producci¨®n", seg¨²n reza el texto aprobado en junio de 2010 por el PSOE. Y, si bien se ha detectado mayor voluntad por parte de las empresas para llegar a acuerdos con sus trabajadores, "la posibilidad de descuelgue de convenios colectivos superiores ha tenido muy bajo alcance", mantiene Sara de la Rica.
Valeriano G¨®mez, sin embargo, pone el ejemplo del nuevo convenio colectivo de las industrias qu¨ªmicas para defender que s¨ª es posible el avance en flexibilidad interna que permite la reforma laboral. Seg¨²n David D¨ªaz, socio de Baker & McKenzie, lo que s¨ª se ha logrado con el texto es que el descuelgue sea un tema a discutir cuando la empresa se juega su viabilidad, en vez de un anatema como hasta entonces.
- ERE temporales. Los expedientes de regulaci¨®n temporal de empleo (de suspensi¨®n o reducci¨®n de jornada) se han convertido en la mejor arma para evitar mayor destrucci¨®n de empleo a trav¨¦s de la flexibilidad interna. Son la estrella de la reforma laboral socialista, que ha potenciado un procedimiento m¨¢s corto y sencillo y lo ha incentivado econ¨®micamente (bien es cierto que a partir de 2009), dice David D¨ªaz.
En 2009 afectaron a 485.000 trabajadores, en tanto que los ERE de extinci¨®n incluyeron a 63.000. Se cambiaba as¨ª una tendencia hist¨®rica. En 2010, los despidos colectivos descendieron en su conjunto, aunque las suspensiones temporales de empleo siguieron dominando el modelo de ERE. Igual que ha ocurrido en 2011, cuando m¨¢s de 50.000 personas se han quedado sin puesto de trabajo, en tanto que 196.000 han podido mantenerlo con los expedientes de suspensi¨®n o reducci¨®n de jornada, seg¨²n los datos del hoy Ministerio de Empleo.
- Fomento del empleo juvenil. Se introducen bonificaciones a la contrataci¨®n indefinida de desempleados j¨®venes y mayores de 45 a?os y mejoras en los contratos de formaci¨®n y pr¨¢cticas. En la evoluci¨®n registrada por estos ¨²ltimos se detecta cierto impacto de la reforma, que ha impulsado 8.000 contratos de formaci¨®n m¨¢s que el a?o pasado y tambi¨¦n en pr¨¢cticas. Claro que ese n¨²mero es el chocolate del loro para el conjunto de las cifras de contrataci¨®n. Las conversiones de temporales a fijos tienen una mayor presencia en el mercado laboral, y pese a que, tras aprobarse la reforma de 2010, se not¨® un repunte de los mismos, en 2011 se ha relajado.
"En el empleo de j¨®venes y parados de larga duraci¨®n es donde la reforma deber¨ªa haber tenido m¨¢s resultados de los obtenidos. Pero como las empresas no tienen actividad, no pueden contratar", se?ala el abogado de Baker & McKenzie, quien considera favorable la regulaci¨®n, servir¨¢ para cuando se reactive la econom¨ªa; entonces "los empresarios tendr¨¢n instrumentos para contratar", agrega.
La catedr¨¢tica de la Universidad del Pa¨ªs Vasco descarta las concesiones. "No se ha observado ning¨²n impulso significativo en la contrataci¨®n de j¨®venes. Y con los contratos de formaci¨®n y aprendizaje se ha incidido m¨¢s en la precarizaci¨®n del empleo. Lo mismo que con la posibilidad de prorrogar los temporales m¨¢s all¨¢ de tres a?os, aprobada en 2011, que acrecienta a¨²n m¨¢s la dualidad de nuestro mercado laboral, lo que es muy perjudicial para nuestro sistema laboral".
A la espera de la pr¨®xima reforma laboral del PP, algo s¨ª ha cambiado en el mercado laboral espa?ol, y es que los trabajadores cada vez tienen m¨¢s miedo a perder su empleo.
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