En la electricidad, los n¨²meros se imponen
La reforma de la regulaci¨®n el¨¦ctrica es esencial para la competitividad de la econom¨ªa, pero no acaba de ser comprendida en todos sus t¨¦rminos y en toda su dimensi¨®n. Su dificultad de comprensi¨®n ha permitido un deterioro de la regulaci¨®n del mercado el¨¦ctrico y un extraordinario desequilibrio entre costes e ingresos en perjuicio de los consumidores y de las nuevas tecnolog¨ªas.
Sin embargo, parece que la realidad de los n¨²meros podr¨ªa empezar a imponerse en la buena direcci¨®n.
En el contexto actual, el mantenimiento del statu quo en materia el¨¦ctrica es, simplemente, insostenible. El llamado d¨¦ficit tarifario -que supera los 24.000 millones de euros- es la prueba irrefutable de su insostenibilidad. Si no fuera as¨ª, el Gobierno hubiera subido las tarifas el¨¦ctricas de manera visible y no hubiera escondido a los consumidores esas subidas en el d¨¦ficit tarifario y en el traslado de parte de los costes el¨¦ctricos a los Presupuestos Generales del Estado (casi 3.000 millones), ni tampoco hubiera segmentado los recibos de la luz en recibos mensuales en lugar de, como siempre, en recibos bimestrales.
La minoraci¨®n de los beneficios de nucleares e hidroel¨¦ctricas contribuir¨¢ al cambio de modelo
Las buenas intenciones del Ejecutivo quedar¨ªan ensombrecidas por su decisi¨®n sobre Garo?a
Es como si las subidas de la luz no lo fueran porque aplaz¨¢ramos su pago -como si la parte hipotecada de una casa no fuera tambi¨¦n precio de la casa- o como si pagar una misma cantidad en 12 meses fuera menor si en su lugar la pag¨¢ramos en seis bimestres. Desde 2004 hasta 2011 el recibo de la luz ha subido un 80%. De este porcentaje, un 60% ha sido pagado al contado y el 20% restante con la firma de una hipoteca (el d¨¦ficit tarifario). Para colmo, esa deuda reconocida, retribuida con el Euribor m¨¢s un spread, avalada por el Estado y cuya legalidad ha sido ratificada por los tribunales, se conmuta por un pago al contado mediante su titulizaci¨®n que supone, en valor presente, mayores costes para los consumidores que podr¨ªan estar cercanos a los 5.000 millones, seg¨²n se comporten las primas de riesgo en cada tramo titulizado. Es como si el descuento de una letra fuera pagado por su emisor y no por quien prefiere el contado frente al cobro del nominal a su vencimiento. A los acreedores es a quien corresponde elegir el contado con descuento o el plazo con intereses, no a los deudores cuya solvencia ha sido avalada por el Estado.
En su discurso de investidura, Mariano Rajoy afirm¨® que el d¨¦ficit tarifario es uno de "los problemas m¨¢s complejos" y que no se puede solucionar aplicando "una subida de tarifas que recaiga sobre los consumidores castigando la competitividad de la econom¨ªa". ?Estaba planteando Rajoy un descuento del d¨¦ficit tarifario? A su vez, el ministro de Industria, Jos¨¦ Manuel Soria, ha anunciado su intenci¨®n de llevar a cabo una "transformaci¨®n relativamente profunda del modelo energ¨¦tico" con el objetivo de que la energ¨ªa sea "segura, lo m¨¢s barata posible" y disponga de un precio que "refleje exactamente los costes de producci¨®n". ?Est¨¢ el ministro reconociendo que los consumidores pagan m¨¢s por la electricidad de lo que cuesta producirla? ?Est¨¢ el Gobierno considerando extraer parte de los beneficios que las empresas el¨¦ctricas generan en algunos negocios que escapan a los ajustes de la competencia?
Una respuesta afirmativa a estas preguntas ser¨ªa una buena noticia para el a?o el¨¦ctrico que ahora comienza. Veamos por qu¨¦.
Hecho 1: en el mercado el¨¦ctrico, el precio que determina la retribuci¨®n de todas las centrales en funcionamiento se fija seg¨²n la oferta de la ¨²ltima central t¨¦rmica necesaria para cubrir la demanda. El problema es que esa retribuci¨®n es insuficiente para la mayor parte de las centrales de carb¨®n, de gas y renovables, pero es excesiva para las centrales nucleares e hidroel¨¦ctricas. Sin el equilibrio retributivo que aporta la competencia (inexistente en los segmentos nuclear y de la gran hidr¨¢ulica porque no es posible la entrada de nuevos competidores), no hay raz¨®n alguna que pueda avalar la eficiencia del mercado de electricidad. Las centrales que con los precios de mercado no cubren sus costes medios perciben complementos retributivos: pagos por capacidad, primas, etc¨¦tera, mientras que las centrales, que con los mismos precios obtienen beneficios muy elevados, mantienen esa retribuci¨®n sin minoraci¨®n alguna. Se trata del m¨¢s claro y radical ejemplo de socializaci¨®n de p¨¦rdidas y privatizaci¨®n de beneficios.
Hecho 2: desde 1997 hasta 2011, las centrales nucleares e hidroel¨¦ctricas han percibido ingresos muy superiores a los comprometidos bajo el marco regulatorio retributivo que amparaba la recuperaci¨®n de sus inversiones. Ello es as¨ª porque en 2005 ya hab¨ªan cobrado la totalidad de los Costes de Transici¨®n a la Competencia 8.600 millones; porque hasta que se suprimieron en 2006 los siguieron cobrando hasta alcanzar una cantidad superior a la que determinaba la Ley del Sector El¨¦ctrico sin que ese exceso haya sido liquidado; y porque, desde entonces, han estado cobrando precios superiores a sus costes remanentes (cuesti¨®n completamente imprevista en el Protocolo El¨¦ctrico de 1998, firmado con el Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar, e inimaginable en el marco regulatorio anterior a la Ley de 1997). El que parte de estas centrales no est¨¦n todav¨ªa amortizadas o provisionadas es cuesti¨®n que solo compete a la pol¨ªtica contable de cada empresa y en nada contradice la realidad econ¨®mica subyacente sobre la efectiva recuperaci¨®n de las inversiones hist¨®ricas correspondientes -que es la que importa a la econom¨ªa y los consumidores-. Si en t¨¦rminos de rentabilidad sobre los capitales realmente invertidos en los activos de generaci¨®n, pudiera alguien no considerar desorbitados los beneficios de las empresas el¨¦ctricas, como sostiene la patronal UNESA, ser¨¢, sin duda, porque sus asociadas tienen mediocres resultados en otros negocios que nada tienen que ver con lo que aqu¨ª se trata.
Hecho 3: el peso de las renovables tiene que aumentar considerablemente con horizonte en 2020 por tres razones: 1. contribuyen a la disminuci¨®n de las emisiones de gases de efecto invernadero; 2. su desarrollo, adem¨¢s de generar externalidades econ¨®micas positivas, permitir¨¢ que alcancen su plena madurez disminuyendo a medio plazo el coste de la generaci¨®n de electricidad (debe desterrarse de una vez para siempre la espa?ola mediocridad de "que inventen otros"), y 3. Espa?a est¨¢ comprometida con el cumplimiento de los compromisos de la Uni¨®n Europea.
La dificultad estriba en establecer una senda competitiva y eficiente que cumpla estas condiciones y objetivos. Pero la realidad es que las soluciones est¨¢n siendo propuestas desde hace ya tiempo. Se tratar¨ªa de extraer una parte de los ingresos excesivos que percibe el parque hist¨®rico de generaci¨®n para neutralizar, durante los 8 o 10 pr¨®ximos a?os, el coste del progresivo incremento de la energ¨ªa renovable necesario para aumentar su peso en la dieta energ¨¦tica. Tambi¨¦n ser¨ªa necesario eliminar muchas normas que, sin aportar valor a?adido alguno, encarecen el suministro de electricidad. A t¨ªtulo de mero ejemplo cabe mencionar las normas que regulan el suministro del ¨²ltimo recurso.
En resumen, las declaraciones de los actuales miembros del Gobierno deber¨ªan concretarse en una reforma que recondujera los precios que pagan los consumidores de electricidad a los costes reales y justificados de su producci¨®n. Si, adem¨¢s, la minoraci¨®n de los beneficios injustificados de las centrales nucleares e hidroel¨¦ctricas se utilizara para estabilizar los costes de una generaci¨®n crecientemente renovable, estar¨ªamos contribuyendo a una cuesti¨®n no solo clave para la gesti¨®n de la mayor amenaza que gravita sobre nuestro planeta -el cambio clim¨¢tico- sino tambi¨¦n al cambio del modelo productivo que necesita Espa?a y a una mejora de la competitividad de nuestra econom¨ªa que desde ning¨²n otro sector podr¨ªa lograrse: independencia energ¨¦tica, innovaci¨®n, creaci¨®n de empleo, mejora de nuestra balanza de pagos, contenci¨®n de la contaminaci¨®n y disminuci¨®n de costes para las familias y las empresas. Para ello, es necesaria una profunda reforma estructural de la regulaci¨®n el¨¦ctrica. S¨ª. Una reforma estructural. No para desregular sino para regular, tal y como propone sobre la energ¨ªa el segundo manifiesto de economistas frente a la crisis [www.economistasfrentealacrisis.com] en su quinta propuesta.
Las buenas intenciones del Ejecutivo en materia energ¨¦tica quedar¨ªan ensombrecidas, sin embargo, por lo que pudiera ser su primera decisi¨®n: la prolongaci¨®n de la licencia de la central de Garo?a. Y parece que, contradiciendo no pocas de sus declaraciones, tal prolongaci¨®n podr¨ªa hacerse con un gratis total para las empresas. De confirmase esta sospecha, marcar¨ªa un precedente en Europa: en Alemania y B¨¦lgica (antes de la cat¨¢strofe de Fukushima) se decidi¨® alargar la licencia de los reactores previo pago de varios cientos de millones de euros. Aunque lo cierto es que el gratis total s¨ª tiene precedentes en Espa?a, donde ya en 1997 el Gobierno prolong¨® la concesi¨®n de las principales explotaciones hidroel¨¦ctricas a cambio de... nada.
Esperemos, en cualquier caso, que en materia energ¨¦tica las buenas intenciones del Gobierno no se malogren por el camino. As¨ª es que, como dir¨ªa el maestro, permanezcamos atentos. -
Jorge Fabra Utray es economista y doctor en Derecho, miembro del Grupo de Reflexi¨®n sobre la Energ¨ªa del Instituto Pascual Madoz de la Universidad Carlos III y ha sido presidente de Red El¨¦ctrica (1988-1997) y Consejero de la Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa (CNE) (2005-2011).
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