Por una oposici¨®n ¨²til
El congreso del PSOE debe abordar las causas de la derrota y c¨®mo construir una alternativa al PP
Del proceso de elecci¨®n de delegados que culmina este fin de semana parece deducirse que la competici¨®n entre los dos candidatos a la Secretar¨ªa General del PSOE ser¨¢ re?ida y que en muchas federaciones, incluidas varias de las m¨¢s numerosas, existe una abierta divisi¨®n en las preferencias de los delegados. Un dato a tener en cuenta con vistas a los congresos regionales que seguir¨¢n al nacional y en los que, tras la p¨¦rdida de poder auton¨®mico por los barones tradicionales, existe el riesgo de entrar en un proceso de ajustes de cuentas y disgregaci¨®n que paralice al principal partido de la oposici¨®n durante meses decisivos. Cualquiera que sea el ganador (los resultados de ayer no resultan concluyentes) deber¨ªa contar con el respaldo de todo el partido para ejercer su autoridad y contener esa din¨¢mica disgregadora.
Un congreso de partido no decide (o no solo, o no siempre) el programa electoral, sino la l¨ªnea pol¨ªtica. La cual, tras el 20-N, tendr¨¢ que incluir un an¨¢lisis no rutinario de las causas de una derrota tan contundente, y una propuesta de pol¨ªtica de oposici¨®n adaptada a la situaci¨®n de crisis econ¨®mica y mayor¨ªa absoluta del PP. De eso deber¨ªa debatir el Congreso, y no solo de cuestiones de funcionamiento interno, en lo que m¨¢s parece empe?arse Chac¨®n. Pero hay una cierta contradicci¨®n porque en teor¨ªa ambos candidatos deber¨¢n aplicar una misma pol¨ªtica, que es la incluida en la ponencia marco que se aprobar¨¢ con m¨¢s o menos enmiendas.
La cuesti¨®n no es solo la derrota socialista sino su amplitud, y cualquier an¨¢lisis de esta pasa necesariamente, m¨¢s all¨¢ de la crisis, por un examen cr¨ªtico de las formas de gobernar de Zapatero, de su err¨¢tica elecci¨®n de colaboradores, su falta de densidad pol¨ªtica y la superficialidad que los ciudadanos percibieron tras sus vaivenes. Las dos ¨²ltimas mayor¨ªas absolutas han sido del PP, y la ¨²ltima del PSOE se produjo hace 23 a?os. La cuesti¨®n a debatir es por qu¨¦ una mayor¨ªa conf¨ªa m¨¢s en ese partido para salir de la crisis, pese a no haber planteado ninguna propuesta e incluso haber criticado las de Zapatero con las que coincid¨ªa.
Se elige al jefe de la oposici¨®n, que deber¨¢ buscar un equilibrio entre la cr¨ªtica, la capacidad de propuesta y el consenso. Zapatero, mejor jefe de la oposici¨®n que presidente, habl¨® de oposici¨®n ¨²til. Lo fue la suya en temas como la pol¨ªtica antiterrorista, que era la m¨¢xima preocupaci¨®n de los ciudadanos. Ahora lo son el paro y la recesi¨®n y es aqu¨ª donde se comprobar¨¢ la utilidad de la oposici¨®n. La tentaci¨®n de agitar con bandazos populistas no ser¨ªa lo m¨¢s inteligente para recuperar la confianza de millones de votantes que han preferido la abstenci¨®n, el voto en blanco o el PP.
Un criterio esencial para elegir entre Chac¨®n y Rubalcaba es qui¨¦n puede encarnar con mayor solvencia esa pol¨ªtica de oposici¨®n. El ex de Interior propone un regreso a f¨®rmulas socialdem¨®cratas cl¨¢sicas: crecimiento m¨¢s redistribuci¨®n, y recuperaci¨®n del apoyo de las clases medias, con la voluntad de construir un partido con capacidad de atraer el voto ¨²til de la izquierda si desde la izquierda se le percibe con capacidad de conquistar el Gobierno. Chac¨®n habla de abrirse a la izquierda, insiste en la renovaci¨®n del partido y agita vagas banderas de refundaci¨®n de la socialdemocracia, pero no acaba de decir qu¨¦ proyecto pol¨ªtico tiene para combatir la crisis desde la oposici¨®n, y menos a¨²n desde un eventual Gobierno.
Ambos han sido ministros con Zapatero. En su af¨¢n por desmarcarse, la exministra de Defensa critica los errores de la etapa anterior y env¨ªa a su oponente a la historia del partido, junto con Felipe Gonz¨¢lez y el anterior presidente. Pero es un intento que no cuadra bien con el hecho de que los hombres y mujeres que encarnaron el esp¨ªritu del zapaterismo, responsable en ¨²ltima instancia de las cat¨¢strofes electorales de mayo y noviembre, se hayan posicionado casi en bloque detr¨¢s de su candidatura.
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