"Debemos compartir los datos del H5N1 para prevenir una pandemia"
Uno de los investigadores que hall¨® las mutaciones que har¨ªan contagiosa la gripe aviar defiende su estudio - EE UU censur¨® el trabajo por miedo al bioterrorismo
La libertad de investigaci¨®n y divulgaci¨®n de experimentos cient¨ªficos y el temor a que estos descubrimientos sean utilizados para ataques bioterroristas libran un duro pulso. Dos equipos de expertos en enfermedades infecciosas, en Europa y Estados Unidos, han descubierto las mutaciones gen¨¦ticas necesarias para la transmisi¨®n del virus H5N1 entre personas, que podr¨ªa tener consecuencias letales. Y se ha producido un hecho sin precedentes. Science y Nature, las m¨¢s prestigiosas revistas cient¨ªficas, han retrasado la presentaci¨®n de los trabajos ante las presiones del Consejo Asesor Cient¨ªfico estadounidense para la Bioseguridad, ¨®rgano asesor del Gobierno. Las revistas anunciaron simult¨¢neamente la semana pasada la suspensi¨®n, durante 60 d¨ªas, de las publicaciones.
El holand¨¦s Fouchier descubri¨® c¨®mo el virus puede saltar entre personas
"La presi¨®n en EE UU es tremenda y priman los expertos en bioseguridad"
En Holanda, Ron Fouchier, vir¨®logo del Centro M¨¦dico Universitario Erasmus, de Rotterdam, y responsable de uno de los estudios, sostiene que publicar los resultados de la investigaci¨®n es esencial para proteger la salud p¨²blica mundial. "Si no compartimos la informaci¨®n con el resto de la comunidad cient¨ªfica, ser¨¢ dif¨ªcil prevenir una posible pandemia", afirm¨® a este diario Fouchier desde su despacho la v¨ªspera de la moratoria.
En Washington, por el contrario, los expertos en bioseguridad afirman que solo suprimiendo los detalles metodol¨®gicos "podr¨¢ evitarse que caiga en manos equivocadas". En otras palabras, es mejor no dejar rastro t¨¦cnico para que nadie se lance a crear un arma biol¨®gica. Yoshihiro Kawaoka, de la Universidad de Wisconsin (Madison), ha descubierto las mismas mutaciones.
Tanto Fouchier como Kawao-ka y su colega espa?ol Adolfo Garc¨ªa Sastre, de la Escuela de Medicina del Hospital Mount Sinai (Nueva York), asumieron la moratoria voluntaria. En una carta firmada por todos los investigadores (39 en total) explican que as¨ª quieren dar tiempo al debate sobre el riesgo que puedan suponer sus trabajos, y reconocen la alarma surgida. Ahora, los cient¨ªficos y las direcciones de Science y Nature estudian publicarlo en dos fases.
"En Science habr¨¢ una versi¨®n recortada y divulgativa, y otra m¨¢s larga para los cient¨ªficos sujeta a requisitos de confidencialidad se?alados por Estados Unidos", dice Fouchier, que se muestra tan educado como contundente. "Sab¨ªamos que era posible encontrar las mutaciones gen¨¦ticas [cinco en este caso] para que el virus H5N1 pudiera transmitirse entre humanos por v¨ªa a¨¦rea, con toses y estornudos. Trabajamos en condiciones de m¨¢xima seguridad biol¨®gica y hay riesgos, claro que s¨ª. Pero es mayor el beneficio que supone prevenir una posible pandemia de gripe aviar. Estas trabas entorpecen el desarrollo cient¨ªfico. En EE UU, sin embargo, el peligro de bioterrorismo les parece enorme".
La gripe aviar es una enfermedad infecciosa que afecta a las aves y se transmite entre ellas a trav¨¦s de las heces, el agua y los alimentos, o bien por v¨ªa a¨¦rea. El contagio del animal al ser humano es excepcional y requiere un contacto directo y constante. De momento, el ¨²nico indicio de transmisi¨®n entre personas ha sido hallado por la Organizaci¨®n Mundial de la Salud en una familia indonesia que viv¨ªa hacinada.
"Desde 2003, se han registrado varios brotes del virus H5N1 en aves, y para contenerlos hay que sacrificarlas. Ha habido episodios en Asia, Oriente Pr¨®ximo y ?frica, pa¨ªses donde es dif¨ªcil erradicarla. Cuando apareci¨® en Holanda hace ocho a?os, hubo que matar a 30 millones de aves de corral y dom¨¦sticas. Una operaci¨®n muy dif¨ªcil en zonas en desarrollo con escasez de alimentos. El brote de 2003 empez¨® en Asia y se propag¨® por no actuar inmediatamente", recuerda Fouchier.
Durante su experimento utiliz¨® hurones, un mam¨ªfero cuya respuesta ante la gripe es como la de los humanos. Una vez modificado el virus H5N1, se consigui¨® una variante que pasa con facilidad de un animal a otro. "No nos parecemos en nada y, sin embargo, cuando el virus se adhiere a los receptores de las c¨¦lulas en el tracto respiratorio, el animal y nosotros sufrimos igual. Incluso si desemboca en neumon¨ªa".
Seg¨²n Fouchier, algunas de las mutaciones del virus halladas en el laboratorio ya se habr¨ªan producido de forma natural en varias zonas del mundo. "Puede que nunca desencadenen una pandemia, pero nuestra tarea es preparar y probar vacunas y antivirales y compartir los datos con los pa¨ªses y laboratorios que la necesitan para prevenir una posible pandemia. F¨ªjese lo mucho que aprendimos en 2005 estudiando la gripe espa?ola [que mat¨® a 40 millones de personas entre 1918 y 1919]. Era un virus destructivo y no pas¨® nada con los datos de las investigaciones", prosigue.
Uno de los aspectos que m¨¢s le molesta es el tiempo invertido en explicar su postura. "Estoy inmerso en una vor¨¢gine y he observado que en Europa la campa?a de informaci¨®n es mesurada y hablan los cient¨ªficos. En EE UU, las presiones son tremendas y priman los expertos en bioseguridad". ?l ha recibido fondos del Instituto Nacional de Salud estadounidense. "El actual clima pol¨ªtico mundial puede explicar estas diferencias. Aunque lo m¨¢s l¨®gico ser¨ªa que los vir¨®logos dijeran lo que debe hacerse, y los especialistas en bioseguridad recomendaran c¨®mo hacerlo. Pensamos que habr¨ªa reticencias, pero no esto", sostiene.
Pese a que el virus de la gripe muta deprisa, y las pandemias suelen ser c¨ªclicas -a la gripe espa?ola le siguieron la asi¨¢tica (1957), de Hong Kong (1968) y Rusia (1977)-, la vacuna solo puede lograrse si surge el subtipo capaz de llegar a las personas. "Hay que prepararse. La posibilidad de una pandemia es peque?a, pero sus efectos ser¨ªan tremendos", concluye el vir¨®logo holand¨¦s.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.