Un virus top secret
Los laboratorios de Ron Fou-chier, en Rotterdam, y de Yoshihiro Kawaoka, de la Universidad de Wisconsin, han descubierto las mutaciones que convertir¨ªan al virus H5N1 en un agente pand¨¦mico mort¨ªfero. Este es el virus que arras¨® las granjas av¨ªcolas asi¨¢ticas en la d¨¦cada pasada, y que tambi¨¦n es mortal para los humanos en las raras ocasiones en que salta la barrera de las especies. El virus modificado mantiene su letalidad, pero se propaga tan r¨¢pido como una mala noticia. Al menos entre hurones, una especie casi id¨¦ntica a la nuestra en su respuesta a la gripe.
En septiembre los dos laboratorios mandaron sus resultados a las revistas Nature y Science, pero ninguna los ha publicado todav¨ªa. La revisi¨®n se ha topado con un obst¨¢culo ins¨®lito: el panel cient¨ªfico que asesora al Gobierno de Estados Unidos en bioseguridad (NSABB) ha recomendado censurarlos. No pone objeci¨®n a que sus conclusiones sean publicadas, pero solo tras eliminar "los detalles metodol¨®gicos que permitir¨ªan replicar los experimentos a personas que busquen hacer da?o".
Que otros cient¨ªficos puedan replicar los resultados es justo la ley de oro que rige la publicaci¨®n cient¨ªfica: los resultados irreproducibles no son ciencia, sino rumor. Pero no hay que negar a la parte censora un punto de elocuencia. El jefe del NSABB, Paul Keim, se justifica as¨ª en Nature: "No es por asustar a la gente, pero los escenarios del peor caso posible en este asunto son, simplemente, enormes".
El NSABB es uno de los efectos colaterales de los ataques con cartas infectadas de ¨¢ntrax en EE UU, que pese a su car¨¢cter chapucero lograron matar a cinco personas en 2001. El panel depende del Ministerio de Sanidad norteamericano, pero est¨¢ formado por cient¨ªficos como el propio Keim, especialista en enfermedades infecciosas. Tampoco se puede decir que est¨¦n fritos de trabajo: desde su creaci¨®n, en 2004, el panel solo ha revisado seis manuscritos, entre ellos los dos que describ¨ªan la reconstrucci¨®n en 2005 del virus de la gripe espa?ola, que mat¨® a 40 millones de personas en 1918. Aquellos art¨ªculos salieron en Nature y Science sin mutilaci¨®n. De donde cabe colegir que el nuevo virus debe ser a¨²n peor.
La decisi¨®n del panel est¨¢ causando un broncazo de consideraci¨®n en la comunidad cient¨ªfica. ?Est¨¢ justificada la censura en estos casos? ?Y debe ser EE UU quien decida? ?Aun cuando las v¨ªctimas del virus sean asi¨¢ticas, los autores del trabajo holandeses y Nature, brit¨¢nica?
Saber qu¨¦ mutaciones hacen al virus transmisible entre humanos es una informaci¨®n demasiado valiosa para guardarla en el caj¨®n de un cuartel. Es un dato que los epidemi¨®logos del mundo, con los de Hong Kong a la cabeza, esperaban desde hace 15 a?os, porque les permitir¨¢ saber qu¨¦ tienen que buscar en los controles av¨ªcolas, qu¨¦ variantes del virus discurren por un camino evolutivo inconveniente y cu¨¢ndo deben recomendar medidas dr¨¢sticas a sus Gobiernos, como cremaciones de granjas o alertas sanitarias. Los datos deben ser facilitados a ciertos cient¨ªficos, y el propio NSABB lo admite as¨ª en su informe. Pero no dice a qu¨¦ cient¨ªficos. Alguien tendr¨¢ que decirlo. ?Qui¨¦n? ?La Casa Blanca? ?La OMS? ?Con qu¨¦ criterio? ?Y a qu¨¦ cient¨ªficos y de qu¨¦ pa¨ªses? ?C¨®mo evitar las filtraciones o el mercado negro de secuencias gen¨¦ticas? Curiosamente, el jefe de enfermedades infecciosas de la Universidad de Hong Kong, Kwok-Yung Yuen -tal vez el m¨¢s interesado del planeta en los datos censurados del H5N1- apoya la recomendaci¨®n del NSABB. Recuerda en Nature que, en la guerra chino-japonesa de los a?os treinta, cient¨ªficos militares japoneses infectaron a civiles y prisioneros de Manchuria con la bacteria de la peste.
Mal han de estar las cosas si ya hemos empezado con las pataditas en las canillas.
(blogs.elpais.com/simetrias).
Del Bbog SIMETR?AS
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