El dilema de Mourinho
El t¨¦cnico portugu¨¦s, cuestionado por primera vez por la hinchada, discutido en el vestuario y sin coartadas arbitrales, acude al Camp Nou sin otro remedio que cambiar su t¨¢ctica y arriesgar
La erosi¨®n provocada por la victoria del Bar?a la semana pasada (1-2) ha cambiado el paisaje entorno al Madrid y su l¨ªder Jos¨¦ Mourinho. La vuelta de los cuartos de final de la Copa sorprende al entrenador-m¨¢nager m¨¢s debilitado que nunca. Cuestionado por un sector de la prensa que antes le apoyaba, sin el respaldo casi fan¨¢tico que le brind¨® una hinchada que ahora le pita y cada vez m¨¢s resistido por sus futbolistas. En los ¨²ltimos tiempos, adem¨¢s, ha dado varios volantazos a la t¨¢ctica y a las alineaciones, con hombres que aparecen y desaparecen de forma repentina, como Carvalho y Granero.
El Madrid de Mourinho regresa al Camp Nou para pelear por superar otra eliminatoria en desventaja casi nueve meses despu¨¦s de la vuelta de las semifinales de la Champions. Una vez m¨¢s, el entrenador se encuentra preso de sus propias contradicciones: necesita atacar para darle la vuelta al resultado pero est¨¢ muy poco dispuesto a asumir riesgos t¨¢cticos por temor a sufrir una goleada que da?e su reputaci¨®n. El 5-0 de 2010 sigue inspir¨¢ndole aprensiones y su credibilidad ante la plantilla se hunde. Los jugadores ponen fecha al momento en el que comenzaron a dudar de ¨¦l: el domingo 1 de mayo, en v¨ªsperas de la vuelta de la Champions, despu¨¦s de caer por 0-2 en el Bernab¨¦u, Mourinho les dio a entender, en una charla de casi una hora, que la eliminatoria estaba perdida.
Los jugadores creen que el t¨¦cnico prefiere plantear otro partido conservador
"Evitemos la goleada. Es imposible pasar la eliminatoria", dijo en la charla de mayo
El discurso est¨¢ grabado en la memoria colectiva de la plantilla como el m¨¢s significativo que les ha pronunciado el entrenador. Los jugadores consultados lo recuerdan abochornados. El entrenador intent¨® persuadirlos de que el objetivo era convencer al mundo de que la UEFA y el Bar?a -"los ni?os bonitos del f¨²tbol mundial", dec¨ªa- hab¨ªan conspirado para dejarles en desventaja mediante la expulsi¨®n de Pepe. "En Barcelona hay tres opciones", avis¨®, "dos imposibles y una posible. La ¨²nica opci¨®n posible es que el partido acabe con un marcador ajustado y perdamos la eliminatoria. La imposible es que nos ganen por goleada. La otra imposible es que ganemos la eliminatoria. Si por casualidad nos clasificamos, ?perfecto! Pero a m¨ª me vale un 2-1 o un 1-0. Hay que evitar la goleada a toda costa porque, si no, no podremos reclamar por el robo del partido de ida. Porque si nos meten una paliza haremos el rid¨ªculo. Todos los medios dir¨¢n: '?D¨®nde est¨¢n los ¨¢rbitros, Mourinho?'. Por eso tenemos que salir a hacer un partido tranquilo. A esperar en nuestro campo y a no descuidarnos atr¨¢s".
Los jugadores admiten que se quedaron "alucinados" al o¨ªr al t¨¦cnico, que, adem¨¢s, les pidi¨® que se quejaran de los arbitrajes tras el encuentro. Ayer en el vestuario sospechaban que Mourinho, en lugar de organizar un ataque a gran escala, intentar¨ªa plantear ma?ana otro partido conservador. De nuevo, quiere evitar un resultado humillante. Pero esta vez no s¨®lo no existen razones para pensar en una conspiraci¨®n -Pepe no est¨¢ sancionado y ¨¦l, entonces suspendido por la UEFA, tampoco- sino que los jugadores no est¨¢n dispuestos a seguirle. Casillas le advirti¨® a Mourinho en septiembre que no secundar¨ªa nunca m¨¢s una estrategia como la que propuso en aquella visita al Camp Nou.
Los jugadores sospechan que Zidane no tard¨® ni una hora en llamar a Florentino P¨¦rez, el presidente, para contarle lo sucedido en aquella charla de mayo. Cuando termin¨® el entrenamiento la directiva ya se hab¨ªa enterado de los detalles. Casillas y Ramos esperaron una llamada del presidente hasta ¨²ltima hora, en la concentraci¨®n del hotel Juan Carlos I en Barcelona. Creyeron que Florentino P¨¦rez desautorizar¨ªa al t¨¦cnico y les pedir¨ªa ir a por todas. Pero la llamada no se produjo y Mourinho despidi¨® al equipo en el hotel.
Fue el propio Casillas quien convoc¨® a sus compa?eros en el autob¨²s, camino del estadio, para intentar mentalizarles para buscar la victoria. "?Hay que respetar la t¨¢ctica pero nuestra actitud tiene que ser la de ir a por la eliminatoria!", le oyeron decir. "?Se tiene que ver que vamos a por el partido!". La arenga se prolong¨® hasta el t¨²nel de vestuarios. Pero el partido acab¨® con un resultado previsto por el t¨¦cnico: 1-1.
Dicen los jugadores en Valdebebas que nunca han atacado al Bar?a con todos los medios disponibles. Creen que Mourinho quiere volver a especular pero que no se atreve a pedirles que sean demasiado conservadores esta vez. Sabe que sus ideas ya no arrastran como antes.
Las dudas se multiplican tras las declaraciones de Mourinho el domingo, anunciando que est¨¢ dispuesto a marcharse. El rumor recorre los pasillos del club desde el verano. El t¨¦cnico no se entusiasma ante la perspectiva de prolongar su estancia en el Madrid. Le preocupa la p¨¦rdida progresiva de su reputaci¨®n exitosa. Piensa que, de permanecer en Espa?a, se expone a la interminable prueba del Barcelona. Un duelo que Mourinho s¨®lo ha ganado una vez de nueve y que ma?ana ofrecer¨¢ su d¨¦cimo cap¨ªtulo.
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