El 'Azor', chatarra y pieza art¨ªstica
El yate de Franco, botado en Baz¨¢n, se expone en Madrid convertido en bloques prensados de desguace
El autor, Fernando S¨¢nchez Castillo (Madrid, 1970), activo, sorprendente y con proyecci¨®n internacional, preferir¨ªa que la entrevista versase sobre su arte. No le gusta que se le pregunte c¨®mo fue el momento en que la sierra se hinc¨® en ese s¨ªmbolo de la historia que es el Azor. "Es como si le planteases a un escultor qu¨¦ sinti¨® al empezar a trabajar un bloque de m¨¢rmol", responde, poniendo en evidencia la torpeza del interlocutor. El yate del Estado, escenario de los m¨¢s felices momentos del General¨ªsimo durante 26 a?os, error despu¨¦s de Felipe Gonz¨¢lez y ruina al fin, desde los primeros noventa, de un empresario burgal¨¦s, fue adquirido el pasado mes de octubre por el artista para sufrir su particular transici¨®n en objeto art¨ªstico.
En una viga, el artista hall¨® la cartilla militar de Manuel Alvari?o
Hace 20 a?os, el contrato de subasta p¨²blica ya obligaba a despiezarlo
S¨¢nchez Castillo no revela cu¨¢nto le cost¨® ("lo sabe Hacienda y lo s¨¦ yo", contesta) este vestigio del pasado que permanec¨ªa varado en Cogollos (Burgos), como reclamo de un motel asador de la carretera de Ir¨²n, devenido en cascar¨®n herrumbroso y decorado con los mensajes, pol¨ªticos o procaces, que los visitantes rascaron durante a?os en sus paredes. Ahora todo eso, los camarotes separados en los que dorm¨ªan Carmen Polo y Franco; la cubierta de popa en la que el dictador acostumbraba retratarse con atunes que la prensa dec¨ªa "de mil kilos", desde donde se captur¨® un cachalote declarado ballena por el r¨¦gimen; la sala de reuniones en la que anunciaba tempestades a sus invitados, al borde de la n¨¢usea, solo para gastarles una broma, se expone en Madrid, en la nave 16 de Matadero.
En las viejas instalaciones para el sacrificio animal, reconvertidas en espacio creativo, se puede ver desde el viernes pasado el Azor "deconstruido": sus 46 metros de eslora, sus 400 toneladas de aluminio moldeado en Baz¨¢n cuando no hab¨ªa en Espa?a otros buques de este material, est¨¢n prensados en bloques como los que abundan en los desguaces de coches. Se han salvado el m¨¢stil, unos bancos de camarote y el fragmento de chapa donde el barco luc¨ªa su nombre desde la botadura en Ferrol, con la hija del caudillo como madrina, en 1949.
A la muestra, el artista le ha puesto S¨ªndrome de Guernica. Picasso tambi¨¦n convirti¨® en cubos un fragmento de historia con su cuadro. En el proceso de desguace que llev¨® a cabo con un grupo de trabajadores del metal, S¨¢nchez Castillo top¨®, oculta en una viga, "la cartilla militar, del a?o ochenta, de un soldado de Pontevedra: Manuel Alvari?o Gonz¨¢lez", y estar¨ªa encantado de poder devolv¨¦rsela, si sigue en este mundo. Es lo ¨²nico que quedaba, despu¨¦s del desvalijamiento del que fue objeto el barco en Burgos. A Cogollos hab¨ªa llegado completo, aunque sin motor. Forradas las paredes y los suelos de madera de fresno, roble, nogal y ra¨ªz de sicomoro egipcio. Con espejos y cristal en los ojos de buey, aunque enseguida los rompieron los curiosos que peregrinaron al lugar. No pod¨ªan imaginar que as¨ª estaban, poco a poco, cumpliendo con una de las principales condiciones que hab¨ªa impuesto para su subasta el Gobierno socialista.
Cuando la Armada se deshizo del Azor, en junio de 1992, adquirido en estado de revista por el hostelero L¨¢zaro Gonz¨¢lez a cambio de 4,6 millones de pesetas, en el contrato figuraba una cl¨¢usula que obligaba a desguazarlo. El empresario se lo llev¨® de Ferrol (donde Franco, veraneante en Meir¨¢s, hab¨ªa fijado su puerto base) a Requejada (Cantabria), y mand¨® desmontar la sala de m¨¢quinas (que no era lo que exig¨ªa el acuerdo). Despu¨¦s, durante un tiempo, pele¨® por hacerse con una autorizaci¨®n que anulase la orden de desguace. Su idea era devolverle el coraz¨®n mec¨¢nico al yate y explotar el mamotreto gallego como sala de fiestas o pub flotante, con contenidos que recreasen el franquismo. La idea morbosa, seg¨²n se public¨® en la prensa, interes¨® a Gil y Gil y a Alfonso de Hohenlohe, que dirigi¨® una carta con membrete del Parador de Ribadeo al propietario. Pero el permiso nunca lleg¨®, y el due?o acab¨® llev¨¢ndolo a Burgos por un ojo de la cara, cortado en tres partes que luego sold¨®.
Con su intervenci¨®n, S¨¢nchez Castillo cumple el contrato con 20 a?os de retraso. El v¨ªdeo del desguace se expondr¨¢ en Arco, y ahora planea un documental, con arranque en Ferrol, sobre los 63 a?os de historia del Azor.
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