Sue?os truncados entre lentejuelas y plumas
El escenario es oscuro y misterioso. De pie, en el centro, hay un hombre ya mayor, linterna en mano, que inspecciona con tristeza los restos de su anta?o famoso teatro. Un d¨ªa antes de ser derruido para ser convertido en garaje, el empresario Dimitri Weissmann ha convocado a una gran fiesta a todos los artistas que pasaron por su escenario entre 1920 y 1940. El local fue cerrado tras la Segunda Guerra Mundial para acoger en ¨¦l un teatro de repertorio, m¨¢s tarde dedicado al ballet y a los musicales, hasta llegar a albergar una sala de cine porno. Ahora lo van a tirar para construir un garaje. Weissmann quiere reunir a las viejas glorias, las coristas y vedetes, los caballeros que hicieron grande y glamuroso el teatro de principios del siglo XX. Corre el a?o 1971 y a la velada acuden todos. Y all¨ª, entre lentejuelas, brillos, plumas y bailes, se van encontrando cara a cara con sus sue?os truncados, sus amarguras y frustraciones, sus glorias y tambi¨¦n sus fracasos.
"Estamos ante un tipo de espect¨¢culo total que a m¨ª me place mucho", dice Gas, que dirige su cuarto musical de Sondheim
?Qui¨¦n soy? ?En qu¨¦ me he convertido? ?Qu¨¦ decisiones tom¨¦ cuando era joven que me han convertido en alguien que no me gusta? ?Es esto lo que yo esperaba de la vida? ?En qu¨¦ me he equivocado? Hay muchas preguntas detr¨¢s de Follies, el musical del venerado Stephen Sondheim (siete premios Tony, un Oscar y un Premio Pulitzer) que, dirigido por Mario Gas, e interpretado por Vicky Pe?a, Carlos Hip¨®lito, Muntsa Rius, Pep Molina, Massiel, Asunci¨®n Balaguer y muchos m¨¢s, se estrenar¨¢ en el teatro Espa?ol el pr¨®ximo 10 de febrero. Todo un tributo a la ¨¦poca dorada del musical americano, en el que habr¨¢ m¨¢s de 20 n¨²meros musicales, orquesta en directo, 30 personajes en escena y un centenar de trajes de ensue?o. Con estos ingredientes, Follies se perfila como uno de los grandes estrenos de la temporada teatral.
Follies es mucho m¨¢s que un musical al uso. Es la primera advertencia que sale de los labios de Mario Gas, de Vicky Pe?a y Carlos Hip¨®lito. "Ahora mismo, bajo la denominaci¨®n de musical, se encuentran f¨®rmulas para enhebrar ¨¦xitos y venderlos como espect¨¢culos referidos a cantantes o emisoras de radio. A m¨ª lo que me interesan son los musicales con concepto dram¨¢tico, como los de Sondheim. Todas sus obras tienen una gran consistencia dram¨¢tica, se explican historias, hay un dibujo de personajes y situaciones, un resultado teatral", asegura Pe?a, mientras su compa?ero de reparto, Carlos Hip¨®lito, a?ade: "Fue el gran revolucionario del g¨¦nero musical porque para ¨¦l las canciones no son simplemente una ilustraci¨®n, sino que con ellas, con sus letras y su m¨²sica, va avanzando la acci¨®n dram¨¢tica. Las canciones se configuran como escenas. Concretamente, en Follies, no hay saltos entre la parte hablada y la cantada, sino que es una prolongaci¨®n de lo que est¨¢s interpretando. Escuch¨¦ una vez una frase de una actriz hablando de Sondheim que ahora la entiendo muy bien: 'Sus personajes empiezan a cantar cuando ya no pueden seguir hablando".
Mario Gas, que firma con Follies su cuarto musical de Sondheim, resalta el componente de homenaje a una profesi¨®n de gloria muy ef¨ªmera. "Es todo un an¨¢lisis del paso del tiempo, de c¨®mo erosiona a la gente, c¨®mo las ilusiones desaparecen, c¨®mo a veces el amor no se corresponde con la vida cotidiana, de por qu¨¦ determinadas personas buscan afanosamente ser de una manera que no son. Todo ello con una m¨²sica brillante que opera muy bien en las atm¨®sferas que describe. Estamos ante un tipo de espect¨¢culo total que a m¨ª me place mucho. Hay mucha amargura y frustraci¨®n, pero sin nostalgia, con una visi¨®n ir¨®nica, c¨ªnica, ¨¢cida, no exenta de amor", asegura sobre el escenario coqueto y c¨¢lido de ese teatro que dirige desde 2004.
El entusiasmo por Follies se huele nada m¨¢s entrar en esa enorme sala de ensayos que hay en la planta baja del Espa?ol. Colocados en semic¨ªrculos, frente al director musical de la obra, Pep Pladellorens, bol¨ªgrafo BIC en mano a modo de batuta, los actores y cantantes est¨¢n como disfrutando siempre, mientras ensayan y corrigen las entonaciones de las canciones de Follies. En primera fila, Vicky Pe?a y Carlos Hip¨®lito junto a la otra pareja protagonista, Muntsa Rius y Pep Molina. Cantan al un¨ªsono: "Dime espejo, h¨¢blame, quien es un payaso m¨¢s, va de fiesta, dan las seis, r¨ªe y finge que est¨¢ bien". Los coros, las distintas voces, salen del sector de la derecha, donde en ese momento intervienen Massiel y Asunci¨®n Balaguer, tan sonriente y atenta con su largo collar de perlas. Dos pisos m¨¢s arriba, Antonio Belart despliega todo el glamur de las fant¨¢sticas plumas, las lentejuelas y collares de los bocetos de vestuario que ha creado para Follies. Tambi¨¦n de esas vedetes fantasmag¨®ricas y surrealistas que aparecer¨¢n en la obra. "Los musicales son el alimento del alma", exclama Belart, que solo despu¨¦s de realizar sus propios figurines viaj¨® a Nueva York a ver el Follies que all¨ª se representa. "No quer¨ªa que me influyera. Cuando vi el de Nueva York me gust¨® mucho y tambi¨¦n me gust¨® lo m¨ªo".
Hip¨®lito, esa voz trabajada y cuidada durante los m¨¢s de 32 a?os que ha pasado en el teatro, no se hab¨ªa enfrentado nunca a un musical de esta naturaleza, lo contrario que Vicky Pe?a, que se estren¨® en 1984 con La ¨®pera de perra gorda, de Bertolt Brecht, y ha continuado con varias obras de este g¨¦nero. "El musical es un g¨¦nero para el que he intentado prepararme toda la vida y nunca he tenido ocasi¨®n de demostrarlo. Cuando Mario Gas me ofreci¨® este personaje maravilloso decid¨ª retomar las clases de canto y de baile. Llevo seis meses prepar¨¢ndome como un loco, como si fuera a cantar Tosca. Quiero que la voz, a la hora de cantar, sea muy natural, sin saltos y sin impostaci¨®n, que sea la continuaci¨®n de la parte hablada. Es como otra manera de comunicarte. En este musical se pide un estado de ¨¢nimo especial por parte del int¨¦rprete para las canciones", explica el actor, que tambi¨¦n se estrena en una obra dirigida por Mario Gas.
"?Qu¨¦ tiene a favor el musical para un actor? Que la expresividad es m¨¢s rica. ?Qu¨¦ tiene en contra? Que es mucho m¨¢s exigente porque el canto es muy pu?etero. Cuando has de cantar en escena eres m¨¢s esclavo de tu cuerpo y de tus facultades interpretativas. Te requiere de unas facultades f¨ªsicas poderosas", explica Vicky Pe?a con una candidez y una normalidad que luego traslada a su trabajo en el escenario.
Pe?a e Hip¨®lito son Phyllis y Benjamin en Follies. Una pareja que se conoci¨® en los a?os veinte, cuando ella era una corista y ¨¦l un estudiante de derecho. ?l, de joven, persigui¨® el ¨¦xito por encima de todo, es un hombre ambicioso que se ha convertido en un pol¨ªtico de ¨¦xito, famoso y brillante socialmente. Ella intent¨® cultivarse y estudiar, pero ha terminado siendo solo la mujer de... En esa velada a la que han sido convocados en el teatro se desvelar¨¢n muchos secretos. Una noche entre festiva y amarga, en la que ese escenario, con tantos recuerdos para todos, actuar¨¢ como una especie de l¨ªquido revelador que les pondr¨¢ frente a su m¨¢s cruda realidad. Ben es hoy un hombre herido, consciente de que ha vivido su vida de manera equivocada, y eso le produce una amargura y un dolor enorme, que ti?e de iron¨ªa y cinismo. Phyllis vive en un profundo vac¨ªo y un v¨¦rtigo terrible al comprobar en lo que se ha convertido su vida. Experiencias que comparten con todos y cada uno de los componentes de aquella compa?¨ªa de luces y brillos. En palabras de Mario Gas: "Lo que fue, lo que pudo ser y lo que es. Toda una ¨¦poca que acaba y algo incierto que comienza. Es nuestra ¨¦poca".
Follies. Libreto: James Goldman. M¨²sica y letra: Stephen Sondheim. Director: Mario Gas. Director musical: Pep Pladellorens. Int¨¦rpretes: Vicky Pe?a, Carlos Hip¨®lito, Muntsa Rius, Pep Molina, Massiel, Asunci¨®n Balaguer. Estreno el 10 de febrero en el teatro Espa?ol de Madrid. (www.teatroespanol.es).
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