Herc¨²leo Llorente

Por elevaci¨®n. Con el remate a¨¦reo como medio y como fin y Llorente como fetiche, el Athletic hizo caja en Vallecas. Tres goles de su delantero -dos de ellos de cabeza, como 15 de los 30 que suman los de Bielsa-, destartalaron al Rayo, con tiritona cuando el bal¨®n sobrevolaba su ¨¢rea ante la inabarcable figura del punta.

La tarde arranc¨® con biruji, pero antes de que comenzara a caer la escarcha Vallecas se calde¨® con goles. Ambos equipos se lanzaron a la carrera para desentumecerse y entretuvieron a la parroquia con dos propuestas tan ca¨®ticas como divertidas. Una ida y vuelta con poca elaboraci¨®n y mucho premio. El primero en encontrarlo fue el Rayo. Los de Sandoval sonrojaron a la defensa rival con un saque de esquina que lanz¨® Trashorras, pein¨® Piti y empuj¨® Michu en el ¨¢rea peque?a ante la pasividad de los centrales rojiblancos, que asistieron pusil¨¢nimes a la carambola.

Pero, apenas cinco minutos despu¨¦s, el conjunto de Bielsa encontr¨® su piedra angular y afin¨® la punter¨ªa. ??igo P¨¦rez colg¨® un bal¨®n funcionarial a la frontal del ¨¢rea y Llorente lo remat¨® con abrumadora sencillez anticip¨¢ndose a Michu, encargado de sujetar sin fortuna el corpach¨®n del internacional.

Comprobado el ¨¦xito del procedimiento rutinario, el Athletic no tard¨® en tramitar otra solicitud de gol. Otro pase en largo, de nuevo Llorente en el horizonte y otra vez el ariete aprovechando a partes iguales su envergadura y su destreza para batir a Dani Gim¨¦nez. En esta ocasi¨®n fue Arribas el retratado por Llorente con la diestra, no con la testa.

Excelsos cuando buscan la puerta contraria, los de Bielsa flaquean cuando se trata de proteger la propia. Sin soluci¨®n de continuidad, otro arre¨®n del Rayo destap¨® las costuras de la zaga rojiblanca. En su primera carrera, Rayco, que acababa de sustituir al lesionado Tamudo -fractura de mu?eca-, se escap¨® por la banda derecha y su centro plano lo convirti¨® Iraizoz en un regalo. A un palmo de la l¨ªnea de gol, Arribas aprovech¨® la bicoca.

Para entonces, entre la pereza y el pragmatismo, los dos equipos se hab¨ªan entregado al patad¨®n y tentetieso sin transitar por el centro del campo. Y en el duelo de ¨¢reas se agigant¨® Llorente. Herc¨²leo en cada salto, inapelable en cada remate e incontenible para la defensa rayista, el punta caz¨® el tercero -11 en lo que va de Liga- a pase de Toquero y tumb¨® el voluntarismo del Rayo, que languidece en casa con cuatro derrotas en los cinco ¨²ltimos partidos y ya seis en total.