Lo que no funciona
El Partido Socialista Obrero Espa?ol (PSOE) no funciona, y no lo hace desde bastante tiempo atr¨¢s, aunque haya sido su ¨²ltima derrota la que haya puesto en evidencia un conjunto serio de problemas. Seguramente, los de ¨ªndole ideol¨®gica son los m¨¢s conocidos y aireados, pero existen tambi¨¦n muchas inc¨®gnitas y obst¨¢culos desde el punto de vista de su funcionamiento interno, problemas org¨¢nicos que lastran su capacidad de adaptaci¨®n y penetraci¨®n en la sociedad y que retrasan precisamente ese debate de ideas, limit¨¢ndolo a un c¨ªrculo cerrado y burocratizado, mucho m¨¢s seco que la sociedad espa?ola en su conjunto y que los sectores gen¨¦ricamente progresistas en particular.
Ser¨ªa injusto atribuir a la ¨²ltima direcci¨®n la responsabilidad de esa cerraz¨®n, porque tiene su origen mucho m¨¢s atr¨¢s, pero ser¨ªa tambi¨¦n errado no se?alar que ellos tampoco hicieron nada por remediar la situaci¨®n, y que el Partido Socialista (y su rama catalana) ha seguido siendo en los ¨²ltimos a?os un partido lento de reacciones, incapaz de cortejar a la universidad, ni a las ONG, ni a los movimientos sociales m¨¢s activos: un grupo pol¨ªtico que ofrec¨ªa muy pocos alicientes o incentivos para nuevas incorporaciones o, incluso, para un simple compromiso.
De nada sirve aprobar primarias abiertas a simpatizantes, si casi nadie se siente implicado o atra¨ªdo para participar
Obviamente, este juicio, que est¨¢ extendido en las capas menos org¨¢nicas de la agobiada militancia socialista, tendr¨¢ que estar presente en el Congreso, donde se va a elegir, precisamente, no a un candidato presidencial, sino a un aparato al que se podr¨ªa encomendar esa transformaci¨®n. En un momento en el que los socialistas no parecen tener respuestas atractivas para su propio electorado, donde se achica manifiestamente su espacio y su objeto social, abrirse a las distintas plataformas de debate puede ser un camino mucho m¨¢s saludable que la senda fundamentalmente reaccionaria, es decir, contraria a cualquier innovaci¨®n, seguida por el partido hasta ahora. M¨¢s militantes de los que se podr¨ªa pensar son conscientes de esa necesidad y tambi¨¦n del peligro de que esa imprescindible transformaci¨®n se quede en una mera operaci¨®n de marketing, puras frases hechas, que oculte la aparici¨®n de una nueva burocracia, quiz¨¢ m¨¢s joven, pero fundamentalmente "patrimonialista".
No hay muchas dudas sobre el dram¨¢tico momento que atraviesa el PSOE (y sobre los efectos que puede tener en la pol¨ªtica espa?ola si no es capaz de regenerarse o de innovar). El problema de ra¨ªz, el ideol¨®gico, deriva de la dificultad de establecer diferencias con otros mensajes pol¨ªticos, no solo a su derecha, sino tambi¨¦n en otros espacios, como los que han ido surgiendo en otros pa¨ªses europeos; primero, los Verdes, y luego, mucho m¨¢s inquietante, algunos movimientos nacionalistas y populistas.
Los socialistas, no solo los espa?oles, necesitan redefinir qu¨¦ representan y cu¨¢l es su objetivo, pero, aunque lo parezca, ese no es el debate que se plantea en el pr¨®ximo Congreso del PSOE, sino algo previo: c¨®mo se puede y se debe producir esa discusi¨®n. De nada sirve aprobar la celebraci¨®n de primarias abiertas a los simpatizantes para elegir al pr¨®ximo candidato presidencial si, a la hora de la verdad, no participa casi nadie, porque casi nadie se siente implicado o atra¨ªdo. El list¨®n de las primarias francesas, que son consideradas un ¨¦xito, pese a que no han movilizado ni al 5% del electorado potencial, parece hoy d¨ªa casi fuera del alcance de los socialistas espa?oles.
Quiz¨¢ lo m¨¢s interesante del pr¨®ximo Congreso del PSOE es que se va a celebrar, por primera vez, en un periodo de fuerte carencia de poder institucional, con muy pocos delegados que tengan responsabilidades p¨²blicas. Hasta en los dos convulsos congresos de 1979, cuando todav¨ªa no exist¨ªa el poder auton¨®mico, los socialistas estaban mejor situados que ahora, porque dominaban las principales ciudades del pa¨ªs y los cinturones industriales de Madrid y Barcelona. Quiz¨¢, esos delegados, como propone uno de los documentos del equipo de Rubalcaba, ya se han dado cuenta de que hay que dejar atr¨¢s la creencia de que tendr¨¢n la oportunidad de volver al poder por la "mera alternancia asociada a la caducidad de los ciclos". -

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.