Sevilla desentierra la infamia
La exhumaci¨®n de una fosa con 17 mujeres asesinadas en 1937 recuerda la terrible represi¨®n franquista en Andaluc¨ªa
Ya van 14. Faltan los restos de otras tres v¨ªctimas hasta componer el grupo de 17 mujeres de Guillena (Sevilla) que fueron vejadas y fusiladas durante la Guerra Civil por falangistas y guardias civiles y cuyos cuerpos quedaron ocultos en una fosa en el cementerio de la localidad vecina de Gerena, que ahora se est¨¢ exhumando. Ten¨ªan entre 20 y 70 a?os. Sus familias han luchado una d¨¦cada para reescribir esa historia, para desenterrar aquella infamia y poner en evidencia la dura represi¨®n sufrida por las compa?eras de republicanos.
Los asesinatos de Guillena han salido al fin a la luz. Se han encargado de eso los miembros de la asociaci¨®n 19 Mujeres (dos de las represaliadas fueron liberadas por influencias familiares y sobrevivieron). Su vicepresidenta, la cantautora Luc¨ªa Socam, nieta de una de las fallecidas, se muestra orgullosa a pie de fosa de la repercusi¨®n de sus trabajos, que financian personalmente tras la denegaci¨®n de una subvenci¨®n por parte de la Junta de Andaluc¨ªa y de otra del Gobierno central. Por la exhumaci¨®n pasan a diario decenas de estudiantes de institutos cercanos a quienes se les muestra lo que Socam califica de "historia en directo".
Junto a los esqueletos y el medio centenar de proyectiles, el arque¨®logo Juan Luis Castro explica pacientemente el proceso de exhumaci¨®n, para el que se han utilizado t¨¦cnicas de detecci¨®n subterr¨¢nea de otras disciplinas, y la cruel historia de estas vecinas de un pueblo de 3.900 habitantes durante la Guerra Civil.
Sus compa?eros huyeron tras la sublevaci¨®n franquista para incorporarse al Ej¨¦rcito republicano o para evitar las represalias fascistas por su ideolog¨ªa o por ser sindicalistas. Los falangistas entraron en la localidad y secuestraron a las mujeres para obligarlas a desvelar el paradero de los hombres o para forzar a estos a volver al pueblo. Sufrieron dos meses de tortura y vejaciones continuas, hasta que el 12 de octubre las llevaron a la iglesia, las pasearon rapadas por el pueblo y las trasladaron a la localidad vecina, donde las volvieron a torturar antes de matarlas. Un ni?o fue testigo.
El historiador Jos¨¦ Mar¨ªa Garc¨ªa M¨¢rquez ha recabado m¨¢s de medio millar de expedientes de represaliadas solo en la provincia de Sevilla. Fueron asesinadas, violadas, rapadas, encarceladas, intoxicadas con aceite de ricino y expuestas al escarnio de sus vecinos. Y la lista sigue aumentando.
Jos¨¦ Antonio Jim¨¦nez Cubero, autor de Con nombres y apellidos. La represi¨®n en Cazalla de la Sierra (1936-1950), acaba de incorporar a la base de datos de la organizaci¨®n Todos los Nombres un balance de 118 mujeres represaliadas, de las que 29 murieron fusiladas, una se exili¨®, seis desaparecieron y dos fallecieron en prisi¨®n, por donde pasaron 74.
En Fuentes de Andaluc¨ªa se vivi¨® tambi¨¦n uno de los episodios m¨¢s crueles de la Guerra Civil: 27 esclavizadas, violadas y arrojadas a un pozo.
Estas historias han sido silenciadas por las propias v¨ªctimas durante a?os. Hasta 1950, el 4% de los juicios de los tribunales militares fueron a mujeres. Ahora sus nietos quieren desenterrarlas "para que no vuelva a ocurrir", como afirma Socam.
Superviviente por lactancia
La madre de Tomasa y Josefa Peinado hab¨ªa amamantado tambi¨¦n a Manuel, apodado Currito La Lapa y mano derecha del alcalde de Guillena, lo que convirti¨® a los tres en hermanos de leche. Pero de nada le sirvi¨® a Tomasa y Josefa, dos de las 17 asesinadas en Gerena por falangistas y guardias civiles.
En cambio, Marcelina Ruiz, de 27 a?os, logr¨® salvarse por una orden del alcalde -seg¨²n los testimonios que la asociaci¨®n 19 Mujeres de Guillena ha recabado durante m¨¢s de siete a?os- que absolv¨ªa "del delito de ser familiar de un rojo" a toda mujer que tuviera un hijo de leche. Aunque la detuvieron junto a Tomasa, tuvo m¨¢s suerte. Juan Palma, m¨¦dico del pueblo y vinculado a la familia de Marcelina, al enterarse de que iban a matar a la mujer, decidi¨® llevar a uno de sus siete hijos a prisi¨®n; este ten¨ªa un a?o y medio y hac¨ªa varios meses que estaba destetado. Cuando el peque?o entr¨® en la c¨¢rcel se enganch¨® al pecho de su madre. A mediados de octubre, tras los cr¨ªmenes, Marcelina fue obligada a casarse por la Iglesia.
"Desde peque?os, los 19 nietos sabemos la historia. Nunca nos han inculcado odio, sino al contrario. Nos han contado lo que vivieron para que supi¨¦ramos muy bien por d¨®nde nos ten¨ªamos que mover", cuenta 74 a?os despu¨¦s Paqui, una de las nietas de Marcelina, a los pies de la zanja donde fueron arrojadas las 17 mujeres que no pudieron salvarse. Marcelina muri¨® hace 11 a?os esperando la exhumaci¨®n de sus compa?eras.
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