En la electricidad, los n¨²meros deben imponerse
Cuantificar, es decir, poner n¨²meros, es esencial en cualquier debate con trascendencia econ¨®mica. De lo contrario podemos llegar a enga?arnos a nosotros mismos con cuestiones que pueden parecernos incontestables pero que, una vez valoradas, resultan ser irrelevantes o de una importancia mucho menor de lo que supon¨ªamos. Adem¨¢s, aportar n¨²meros da la oportunidad al lector de contrastar y no tener que realizar actos de fe. Por ejemplo, las opiniones que se est¨¢n vertiendo ¨²ltimamente en los medios de comunicaci¨®n tienden a confundir suministro el¨¦ctrico con mercado de generaci¨®n, haciendo gravitar sobre las instalaciones de producci¨®n tradicionales (el llamado r¨¦gimen ordinario) unas responsabilidades que no les corresponden por su importancia econ¨®mica en la factura el¨¦ctrica. En el a?o 2010, las instalaciones tradicionales de generaci¨®n solo percibieron el 12% del importe pagado por la totalidad de consumidores el¨¦ctricos, hogares y empresas.
La actividad el¨¦ctrica en Espa?a destruye valor en las grandes compa?¨ªas del sector
En 2010, las instalaciones tradicionales de generaci¨®n solo recibieron el 12% de lo que pagaron los clientes
Al hablar de la realidad de los n¨²meros, se omiten cosas tan importantes como:
-El precio del mercado espa?ol ha evolucionado en los ¨²ltimos a?os por debajo de la media de los principales mercados europeos. En el periodo 2008-2010, el precio medio del MWh fue de 46,24 euros en Espa?a, mientras que la media europea, en el mismo periodo, se situ¨® en 51,59 euros el MWh.
-Si comparamos el precio de la energ¨ªa en el mercado el¨¦ctrico espa?ol durante 2010 (44,40 euros MWh) con el que hab¨ªa 12 a?os atr¨¢s, cuando se fijaba administrativamente (53,50 euros MWh), veremos que es incluso inferior.
-En este mismo sentido, al comparar la evoluci¨®n del precio del mercado de electricidad con los precios de otras energ¨ªas de consumo en Espa?a en la ¨²ltima d¨¦cada se observa que, partiendo de niveles similares, han tenido una trayectoria muy diferente. El precio de la electricidad ha aumentado un 35%, mientras que el gas se ha encarecido un 65% y la gasolina un 94%. El butano ha m¨¢s que duplicado su precio y el gas¨®leo de calefacci¨®n lo ha triplicado.
Estos hechos han tenido su normal reflejo en las cuentas de resultados de la actividad de generaci¨®n en Espa?a de las empresas de UNESA y en la rentabilidad de sus activos. UNESA publica estos n¨²meros desde hace unos a?os, detalla el origen de los mismos y describe los procedimientos que sigue y que han sido acordados con un consultor externo de reconocido prestigio, tal como la propia publicaci¨®n recoge.
UNESA no exige del lector actos de fe ni suposiciones que suenan a simples prejuicios. UNESA sostiene, con n¨²meros, que la actividad de generaci¨®n que realizan sus empresas asociadas ha tenido unos beneficios netos, excluidos extraordinarios, de 1.482 millones de euros en 2010 y una rentabilidad sobre activos del 3,4%, cuando el coste de financiar sus inversiones presenta un WACC del 6,4%. Esto pone de manifiesto que la actividad el¨¦ctrica en Espa?a destruye valor en estas empresas, que afortunadamente compensan con sus resultados en otras actividades en Espa?a y sobre todo con su actividad fuera de nuestro pa¨ªs, que hoy por hoy es la principal. De hecho, la actividad el¨¦ctrica en Espa?a no llega al 35% de su volumen de negocio.
Es por esto por lo que, cuando se lee un art¨ªculo como el publicado en este peri¨®dico el pasado domingo, titulado En la electricidad, los n¨²meros se imponen, sin que se mencione ni un solo n¨²mero ("si en t¨¦rminos de rentabilidad sobre los capitales invertidos en los activos de generaci¨®n, pudiera alguien no considerar desorbitados los beneficios de las empresas el¨¦ctricas, como sostiene la patronal UNESA, ser¨¢, sin duda porque sus asociadas tienen mediocres resultados en otros negocios que nada tienen que ver con lo que aqu¨ª se trata"), lo m¨ªnimo que podemos decir es: estimado lector, protesto. El argumento de "ser¨¢, sin duda..." muestra una falta de respeto a las empresas el¨¦ctricas, al lector y a la verdad que no se puede pasar por alto.
Estamos seguros de que el mercado de electricidad a¨²n puede mejorarse, pero desde su puesta en marcha hasta hoy ha cumplido con creces con el objetivo de proporcionar energ¨ªa el¨¦ctrica asequible a los hogares y competitiva para las empresas, a diferencia de lo que ha ocurrido con los otros componentes de la factura el¨¦ctrica, los regulados administrativamente.
Esta realidad deber¨ªa ser suficiente para darnos cuenta de que esas disquisiciones -a veces especulaciones, cuando no distorsiones- que se hacen del mercado de producci¨®n, o no son ciertas o son econ¨®micamente irrelevantes, pero algunas afirmaciones no se pueden ignorar, aunque solo sea para evidenciar el poco rigor con el que a veces se opina.
Se ha dicho que se han trasladado a los Presupuestos Generales del Estado 3.000 millones de euros, cuando la cifra correcta es de 768 millones de euros, hasta el 31 de diciembre de 2011. La cifra total cobrada como CTC (costes de transici¨®n a la competencia) ha sido de 1.147 millones de euros, muy distinta de los 8.600 que se ha afirmado.
Se sostiene, adem¨¢s, que el "gratis total s¨ª tiene precedentes en Espa?a, donde ya en 1997 el Gobierno prolong¨® la concesi¨®n de las principales explotaciones hidroel¨¦ctricas a cambio de... nada", lo que no es cierto. Las concesiones hidroel¨¦ctricas no pueden prolongarse arbitrariamente. El r¨¦gimen de concesiones de aguas para cualquier tipo de uso, y no solo las de uso hidroel¨¦ctrico, est¨¢ sujeto a la Ley de Aguas vigente. Huelga decir que ni en 1997 ni en ning¨²n otro a?o el Gobierno ha prorrogado de forma generalizada y arbitraria concesiones hidroel¨¦ctricas.
Para aceptar que existen extrabeneficios significativos en las centrales nucleares e hidroel¨¦ctricas habr¨ªa que admitir que hay extrap¨¦rdidas en otros activos, puesto que en su conjunto ya hemos mencionado, con n¨²meros, que el beneficio de la actividad de generaci¨®n en Espa?a no es nada extraordinario. La rentabilidad de cualquier activo con una vida ¨²til prolongada var¨ªa de forma significativa con el tiempo, raz¨®n por la cual las empresas buscan una diversificaci¨®n en tecnolog¨ªas y antig¨¹edad de las instalaciones, lo que de ninguna forma puede servir de excusa para extraer rentas de una parte de dichas instalaciones.
Tambi¨¦n son remarcables algunos puntos de vista sobre la financiaci¨®n del d¨¦ficit, para lo cual conviene recordar en qu¨¦ consiste dicho d¨¦ficit.
La Comisi¨®n Nacional de la Energ¨ªa es la responsable de liquidar la retribuci¨®n acreditada a las actividades reguladas (primas, distribuci¨®n, transporte, amortizaci¨®n del d¨¦ficit, etc¨¦tera) con cargo a los ingresos que se obtienen por aplicaci¨®n de las tarifas de acceso. Hace unos cuantos a?os que los ingresos son insuficientes para realizar todos los pagos. A la diferencia entre pagos e ingresos se le denomina d¨¦ficit. Sin embargo, los sucesivos Gobiernos han decidido que la totalidad de los pagos se realice al contado, estableciendo que el sistema el¨¦ctrico se endeude en lo que sea preciso y obligando por ley a las empresas asociadas en UNESA a prestar el dinero.
Las empresas se encuentran en la obligaci¨®n de financiar el d¨¦ficit, y resulta que hay a quien le parece "el colmo" que reclamen lo que se les debe, y recordemos que no se trata de una deuda comercial: las empresas han prestado el dinero por obligaci¨®n legal. No solo es justo que se les devuelva lo que han prestado, sino que el propio Tribunal Supremo ha reconocido que hay que devolverles el coste real de la financiaci¨®n.
Volver a la regulaci¨®n administrativa del precio de la electricidad es un error que, afortunadamente y mientras pertenezcamos a la Uni¨®n Europea, no podremos cometer gracias al derecho comunitario. Pero no estamos libres de incurrir en un error a¨²n peor, como ser¨ªa la intervenci¨®n del mercado, m¨¢s o menos encubierta, mediante tasas sobrevenidas sobre determinadas tecnolog¨ªas.
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Eduardo Montes es presidente de UNESA
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