Oscar Luigi Scalfaro, garante de la Constituci¨®n italiana
Combati¨® el separatismo y luch¨® contra el poder de la Mafia en su etapa como presidente de la Rep¨²blica
El noveno presidente de la Rep¨²blica de Italia, Oscar Luigi Scalfaro (Novara, 1918), ac¨¦rrimo defensor de la Constituci¨®n republicana, muri¨® el domingo a los 93 a?os. Su presidencia, que se extendi¨® de 1992 a 1999, vivi¨® los momentos m¨¢s cr¨ªticos de los continuos esc¨¢ndalos de corrupci¨®n que recibieron el nombre de Tangent¨®polis y que barrieron de la escena a buena parte de la clase pol¨ªtica del pa¨ªs.
Scalfaro fue uno de los mayores exponentes de una larga lista de presidentes italianos de gran estatura pol¨ªtica y moral, como Giulio Einaudi, Antonio Segni, Giuseppe Saragat, Sandro Pertini, Giovanni Spadolini, Carlo Azeglio Ciampi y el actual, Giorgio Napolitano. La presidencia de la Rep¨²blica Italiana -si se excluye el par¨¦ntesis de Giovanni Leone, forzado a dimitir en 1978 por un esc¨¢ndalo de corrupci¨®n- ha sido siempre, sin distinci¨®n de la bandera pol¨ªtica de sus representantes, una garant¨ªa de unidad nacional y defensa de los valores democr¨¢ticos.
A pesar de ser considerado uno de los exponentes de la derecha democristiana de Moro y de Andreotti, fue un presidente clave e imparcial en los momentos m¨¢s dif¨ªciles que ha atravesado Italia en los ¨²ltimos 30 a?os.
Scalfaro se enfrent¨® a la feroz Mafia siciliana que asesin¨® a jueces de la talla de Giovanni Falcone. Fue ¨¦l quien se opuso a las veleidades de separar el norte del sur de Italia. Fue ¨¦l quien dio luz verde a Gobiernos de centro-izquierda, aunque perteneciera al ala derecha de su partido. Su norma suprema fue siempre la fidelidad a las leyes democr¨¢ticas, coincidieran o no con sus preferencias pol¨ªticas o religiosas.
Opositor a ultranza de Silvio Berlusconi, critic¨® sus frivolidades, excesos y, muy en particular, su escaso respeto a las leyes italianas. Era adem¨¢s un hombre ¨ªntegro personalmente. Tras la muerte en 1944 de su esposa, Maria Inzitani, de solo 20 a?os, nunca se volvi¨® a casar y su hija Marianna se convirti¨® en su inseparable ¨¢ngel guardi¨¢n.
Con la muerte de Scalfaro, se entierra una de las p¨¢ginas m¨¢s pol¨¦micas y peligrosas de la historia italiana. Magistrado de profesi¨®n, vivi¨® para la pol¨ªtica. Lo fue todo: diputado, senador, presidente de las dos C¨¢maras, ministro y, como jefe de Estado, nombr¨® a seis presidentes de Gobierno. Siempre defendi¨® a toda costa los valores republicanos de una Italia que era envidia del mundo hasta Berlusconi.
Poco proclive a la pol¨ªtica espect¨¢culo, su funeral se celebrar¨¢ en la intimidad en la ciudad que le vio nacer.
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