Un nativo con el que poder hablar
150 j¨®venes de 10 pa¨ªses trabajan este curso como auxiliares de conversaci¨®n en sus lenguas maternas en centros de Secundaria y la Escuela de Idiomas
"Son muy din¨¢micos, con unas ganas tremendas de relacionarse y de aprender castellano". De este modo describe la viceconsejera de Educaci¨®n, Marian Ozcariz, el perfil de los j¨®venes extranjeros que, con fondos aportados por ese departamento y por el Ejecutivo central, llegan a Euskadi cada mes de octubre para trabajar hasta mayo siguiente como auxiliares de conversaci¨®n en centros educativos. Su labor, por la que cobran 700 euros al mes, consiste en hablar durante 12 horas semanales en su lengua materna con los alumnos del centro p¨²blico de Secundaria o la Escuela Oficial de Idiomas a los que hayan sido destinados.
"No est¨¢n para suplir a los profesores. Colaboran con ellos para facilitar que los chicos utilicen el idioma en condiciones de m¨¢xima normalidad", detalla Ozcariz. Ese es el objetivo prioritario, pero hay otros. Por ejemplo, apunta la viceconsejera, favorecer el contacto de los estudiantes con j¨®venes de otros pa¨ªses y culturas y que esa relaci¨®n despierte en los primeros la curiosidad por viajar y conocer el mundo. "Que se les abran los ojos y la mente. Que les entre envidia", apostilla la viceconsejera.
Los Gobiernos vasco y central financian el programa y cada joven cobra 700 euros
El Ministerio de Educaci¨®n puso en marcha el programa hace varios a?os y el Gobierno vasco se sum¨® a ¨¦l en el curso 2006-2007. Ese a?o, trabajaron en Euskadi 37 auxiliares de conversaci¨®n, 15 de ellos pagados por el Ejecutivo aut¨®nomo. Dos a?os despu¨¦s, ya eran 50 los voluntarios subvencionados por la comunidad.
Tras la llegada en 2009 de los socialistas a Ajuria Enea, el programa experiment¨® un nuevo impulso: 110 conversadores. "Duplicamos pr¨¢cticamente la cifra. Quer¨ªamos llegar a todos los centros p¨²blicos y escuelas de idiomas", resalta Ozcariz.
Este curso, la cifra se eleva a 150 auxiliares de conversaci¨®n, de los que la consejer¨ªa paga 115, distribuidos de la siguiente manera: 50 en Gipuzkoa, 83 en Bizkaia y 17 en ?lava.
Estos asistentes, de 20 a 30 a?os, son seleccionados por el ministerio en funci¨®n de los perfiles y lenguas que se necesitan, con un predominio absoluto del ingl¨¦s. Los de este curso proceden de EE UU (97), Reino Unido (23), Canad¨¢ (seis), Francia (11), Alemania (seis), B¨¦lgica (tres) y uno de cada una de las siguientes naciones: Irlanda, Nueva Zelanda, Italia y Austria. Algunos hablan algo de castellano y otros nada.
Cuando llegan en octubre, realizan un cursillo de formaci¨®n de dos d¨ªas que les sirve para situarse. "Se les muestra c¨®mo es el sistema educativo vasco, en qu¨¦ va a consistir su labor o d¨®nde van a ir", detalla la viceconsejera. Tienen asignado un tutor en el centro de ense?anza que les ayuda a resolver asuntos m¨¢s dom¨¦sticos, como buscar un piso en el que vivir.
Adam Thomas Vieth, natural de Florida (EE UU), completa su segundo a?o como auxiliar en el instituto Uribe-Kosta de Plentzia. Tiene 28 a?os y es licenciado en Psicolog¨ªa. Conoci¨® el programa de conversaci¨®n a trav¨¦s de un compa?ero en un campo de trabajo en Francia. Asegura estar tan contento con la experiencia, que ya ha solicitado quedarse un tercer a?o en el mismo centro, donde se ha ganado la simpat¨ªa de los alumnos y la confianza de los docentes. En principio, las estancias se limitan a dos a?os.
Vieth comparte piso en Sopelana con dos chicos y dedica su tiempo libre a practicar el surf, estudiar castellano, preparar las clases y "hacer vida social". Hasta ahora, nunca hab¨ªa trabajado como profesor, pero recalca que le encanta y no descarta dedicarse a ello en el futuro, en su pa¨ªs natal o en Euskadi. "No estar¨ªa mal poderme quedar aqu¨ª", se?ala con una amplia sonrisa. "Me gusta mucho el clima. En Florida hace demasiado calor. La gente tambi¨¦n es muy agradable", a?ade.
En esto ¨²ltimo coincide con la francesa Emmanuelle de Sousa Pereira, de 23 a?os. "Me da risa que la gente aqu¨ª hable con alguien que no conoce", se?ala. Y pone ejemplos: "Cuando espero al tren, muchas veces vienen personas y me hablan. O en la piscina, abuelas que me cuentan cosas de sus hijos y sus nietos. Son majos. En Francia esto no ocurre".
Licenciada en Filolog¨ªa Hisp¨¢nica y con un m¨¢ster en ense?anza, divide su tiempo como conversadora entre las Escuelas de Idiomas de Durango, donde vive, y de Eibar. Trabaja una semana en cada una de ellas. Adem¨¢s, imparte clases particulares "para sacar un dinero extra". "Y tambi¨¦n estoy dando alguna conferencia sobre la regi¨®n de la que provengo y sobre Francia. Me encanta ense?ar mi idioma", remata.
Buscarse la vida con otras labores
Marian Ozcariz, viceconsejera de Educaci¨®n, asegura que los centros de Secundaria y las Escuelas de Idiomas valoran "mucho" el programa de auxiliares de conversaci¨®n. Sus palabras las corrobora Patricia Losada, profesora de ingl¨¦s y miembro de la junta directiva del instituto Uribe-Kosta de Plentzia. "Hemos tenido a dos chicas y ahora a Adam [Vieth], y estamos encantados. Llevamos cuatro a?os en el programa. Hace falta trabajarlo y mejorarlo, desde luego, pero creemos que es muy bueno", opina.
"No es solo la cuesti¨®n del idioma. Es tambi¨¦n un intercambio cultural. Creemos que esto es importante", agrega. Por ejemplo, Vieth cuenta con mucho tiempo libre que aprovecha para conocer la zona. "Es otro de los objetivos. Que se pueda mover y conozca bien todo esto", apostilla Losada.
La viceconsejera apunta que los auxiliares terminan, por lo general, felices tras la experiencia. "Vienen a practicar castellano, pero algunos se integran tanto que acaban hasta aprendiendo euskera. Muchos piden repetir otro a?o m¨¢s", resalta.
Cada inicio de curso, se celebra un acto de recepci¨®n a los nuevos asistentes. "Sobre todo, se hace para que gente que ya ha estado hable a los nuevos sobre su experiencia: c¨®mo lo han pasado, c¨®mo es la gente de aqu¨ª, la comida,... Les explican todo. En general, est¨¢n todos contentos", insiste Ozcariz.
Cobrar 700 euros al mes no da para mucho. Hay que pagar un alquiler, la alimentaci¨®n,... Por eso, la gran mayor¨ªa de los j¨®venes busca otras ocupaciones con las que ganar un dinero extra. "Esas pelillas las consiguen dando clases particulares, participando en cosas y dem¨¢s. Se buscan la vida", manifiesta la viceconsejera.
Al final del curso, el centro elabora una memoria del trabajo desarrollado por el voluntario, que eleva a Educaci¨®n. Este informe resulta fundamental a la hora de decidir si el auxiliar puede continuar en el programa otro a?o m¨¢s o no. Como novedad, y a trav¨¦s del Ministerio de Educaci¨®n, este curso han llegado tambi¨¦n tres profesores extranjeros a dar clases. "Hemos mandado a uno a cada provincia. Es otra experiencia que est¨¢ resultando muy positiva", concluye Ozcariz.
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