Cabeza de Cerdo explotaba sexualmente a m¨¢s de cien mujeres en Madrid
Arranca el juicio contra el principal capo rumano de la prostituci¨®n
Ioan Clamparu era el jefe de la organizaci¨®n criminal dedicada a la prostituci¨®n que en 2000 obligaba a prostituirse a m¨¢s de un centenar de mujeres rumanas en la Casa de Campo de Madrid. Ejerc¨ªa este control por la fuerza y ayudado por otros hombres de la banda. Con palizas continuas a las mujeres, que en su mayor parte llegaban a Espa?a con pasaportes falsos y enga?adas en busca de un puesto de trabajo.
Las captaba en su pa¨ªs de origen, Ruman¨ªa, y las trasladaba con la promesa de que iban a trabajar de camareras, seg¨²n declararon dos de estas mujeres en el juicio que ayer se inici¨® en la Secci¨®n Tercera de la Audiencia de Madrid contra Clamparu.
Este hombre, de 43 a?os de edad, es considerado por la polic¨ªa como uno de los principales capos de la prostituci¨®n en Europa. Clamparu, que ya ha sido condenado por un tribunal de su pa¨ªs a 13 a?os de c¨¢rcel, se enfrenta en Espa?a a una pena de 28 a?os de prisi¨®n como presunto autor de cuatro delitos de prostituci¨®n, un quinto de prostituci¨®n de una menor y el ¨²ltimo por obligar a esa menor a abortar en contra de su voluntad.
Ioan Clamparu se enfrenta a una pena de 28 a?os de c¨¢rcel
La realidad que viv¨ªan las mujeres era muy distinta a la que les hab¨ªan prometido en su pa¨ªs. Una semana despu¨¦s de llegar a Espa?a, la banda las obligaba a trabajar de prostitutas en la Casa de Campo: de diez de la noche a cinco de la ma?ana. Si se negaban o trataban de escaparse, era el propio Clamparu, conocido como Cabeza de Cerdo, quien con sus casi dos metros de altura y una complexi¨®n muy fuerte, el que se encargaba de dar palizas a las mujeres, que sent¨ªan aut¨¦ntico "miedo" a este capo rumano, detenido en Espa?a el pasado a?o.
En esta primera jornada de la vista oral tambi¨¦n declararon dos de las mujeres que seg¨²n la fiscal¨ªa fueron obligadas a prostituirse por la organizaci¨®n criminal. Sus testimonios ponen de manifiesto la explotaci¨®n que sufrieron: "Si yo s¨¦ que me obligan a abortar no voy a Espa?a", asegur¨® la testigo protegida, que es identificada con el nombre ficticio de Andrea.
Esta mujer ten¨ªa 17 a?os cuando lleg¨® a Espa?a: "Todos sab¨ªan que era menor de edad", declar¨® ayer Andrea, que acudi¨® al juicio totalmente tapada y con gafas de sol para evitar ser identificada por Cabeza de Cerdo. La mujer, que ahora tiene 29 a?os, rechaz¨® el ofrecimiento de la fiscal de una indemnizaci¨®n: "No la quiero. Con que vaya a la c¨¢rcel me conformo", dijo con una voz muy tenue y entrecortada que hac¨ªa muy dif¨ªcil su audici¨®n por la Sala. Andrea narr¨® tambi¨¦n otros episodios del maltrato que sufri¨® por parte de Clamparu y su banda, que seg¨²n su relato le obligaron a introducirse un algod¨®n en la vagina despu¨¦s de abortar para seguir ejerciendo esa noche la prostituci¨®n.

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