La fiscal¨ªa retira los cargos contra tres polic¨ªas por el robo de la droga
Los mandos estaban acusados de conocer la sustracci¨®n en la Jefatura de Sevilla
El final de una pesadilla para tres mandos de la polic¨ªa de Sevilla lleg¨® ayer. La petici¨®n de archivo del delito imputado a los polic¨ªas por parte de la fiscal¨ªa en el caso del robo de 154 kilos de coca¨ªna y hero¨ªna en la Jefatura Superior de Polic¨ªa, supuso ese ansiado final tras un prolongado calvario. Es el pr¨®logo del carpetazo judicial a una triple imputaci¨®n por una supuesta omisi¨®n del deber de cumplir delito que caus¨® conmoci¨®n en el cuerpo, enfrent¨® a la Udyco (Unidad contra la Delincuencia y el Crimen Organizado) con los investigadores de Asuntos Internos, y sembr¨® de dudas la profesionalidad de unos agentes que ayer fue en parte restituida. Sin embargo, el coste de la acusaci¨®n que la fiscal¨ªa y la juez del caso, la titular del Juzgado de Instrucci¨®n 19 de Sevilla, Ana Escribano, han mantenido durante m¨¢s de tres a?os, ha sido muy alto para el exjefe de la Udyco y dos jefes de grupo.
Asuntos Internos sostuvo que no denunciaron el robo de 154 kilos de droga
"Agotadas todas las v¨ªas de investigaci¨®n, no puede afirmarse que haya motivos suficientemente razonables para mantener una acusaci¨®n", reza el escrito que el fiscal antidroga remiti¨® ayer a la magistrada para argumentar el sobreseimiento provisional. "Tampoco hay pruebas, ni indicios suficientes, de que la actuaci¨®n de los funcionarios imputados tuviera por finalidad desviar la investigaci¨®n", a?ade. Tras la petici¨®n del fiscal, esta acusaci¨®n ser¨¢ archivada por la juez al no existir acusaci¨®n particular. Mientras, el principal acusado, Lars Sep¨²lveda, permanece en prisi¨®n al igual que un exsocio suyo, ambos acusados de perpetrar el robo. Se intervinieron unos 700.000 euros y las esposas de los detenidos tambi¨¦n fueron imputadas, pero la droga robada no ha podido ser recuperada.
El fiscal reconoce en su escrito que el hallazgo de los perfiles gen¨¦ticos de los polic¨ªas entre los paquetes de droga de los calabozos de comisar¨ªa no es suficiente para demostrar su culpabilidad. Tampoco que el tiempo que tardaron en comunicar a la juez la desaparici¨®n de la droga, "puede considerarse excesivo". En una cerradura de acceso a los calabozos se encontr¨® un trozo de cinta de embalar, pero "no se ha podido acreditar qui¨¦n la puso all¨ª".
Para llegar al calabozo con los alijos eran necesarias cuatro llaves y en la instrucci¨®n qued¨® comprobado que "cualquier funcionario" pod¨ªa usar los juegos de llaves a disposici¨®n de todos los agentes de la Jefatura Superior. Esta alarmante carencia de seguridad que padec¨ªa la comisar¨ªa fue achacada a los tres agentes por los investigadores, pero los testimonios ante la juez de otros mandos policiales atribuyeron la responsabilidad de la seguridad de los calabozos al antiguo jefe superior, Enrique ?lvarez Riestra, y "en todo caso" a su brigada de Seguridad Ciudadana, pero nunca a los miembros de la Udyco que ya antes hab¨ªan denunciado esta falta de seguridad.
Desde el comienzo de la investigaci¨®n, los tres mandos colaboraron con Asuntos Internos para hallar al culpable despu¨¦s de encontrar indicios que apuntaban a Sep¨²lveda. A pesar de esta colaboraci¨®n, Asuntos Internos mantuvo la tesis de que los polic¨ªas conocieron el robo y no lo comunicaron a la juez, ocultaron informaci¨®n a la investigaci¨®n, y quisieron adelantar la quema de alijos para ocultar su responsabilidad. En este ¨ªmpetu, que finalmente ha resultado infundado seg¨²n el fiscal, Asuntos Internos puso un micr¨®fono oculto al exjefe de la Udyco y le acus¨® de colaborar con el clan de narcotraficantes de Los Barriga. La fiscal¨ªa acumul¨® unos indicios tan d¨¦biles en su acusaci¨®n, que tras el juicio, el fallo de la Audiencia para absolver al mando policial, solo se retras¨® un d¨ªa.
Ayer agentes de la polic¨ªa sevillana recordaron al inspector Jos¨¦ Manuel Tirado, que falleci¨® de un infarto tras el estr¨¦s acumulado y la presi¨®n de una investigaci¨®n que tard¨® m¨¢s de un a?o en detener a Sep¨²lveda, a pesar de los claros indicios en su contra.
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