Rubalcaba promete un PSOE fuerte
El candidato gana la secretar¨ªa general a Chac¨®n por 22 votos que ponen de manifiesto la profunda divisi¨®n del partido - El nuevo l¨ªder promete trabajar por la unidad
Venci¨® el cambio tranquilo y la experiencia que ofrec¨ªa Alfredo P¨¦rez Rubalcaba a los militantes del partido para empezar una etapa de reformas que saquen al PSOE del des¨¢nimo tras la debacle y p¨¦rdida de poder en pr¨¢cticamente todas las instituciones.
El 51,6% de los delegados al 38? congreso del PSOE dieron la mayor¨ªa al veterano pol¨ªtico, de 61 a?os, 22 votos m¨¢s que su adversaria. Carme Chac¨®n obtuvo 465 votos frente a los 487 que han llevado a Rubalcaba a la secretar¨ªa general socialista.
Ese peque?o margen del ganador demuestra la enorme divisi¨®n del PSOE al afrontar la elecci¨®n del sucesor de Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero y la tarea que ahora tiene que emprender el l¨ªder socialista para resta?ar las heridas. Una primera prueba la tendr¨¢ que pasar hoy Rubalcaba al someter a votaci¨®n al equipo que presentar¨¢ a los delegados como miembros de la nueva ejecutiva federal. Pero de entrada una mayor¨ªa ha querido que un veterano socialista, miembro de todos los Gobiernos del PSOE y siempre en primera l¨ªnea, coja las riendas del partido en el peor momento de su historia desde que se recuper¨® la democracia. "Somos un partido fuerte, fuerte, que nadie se equivoque; no es lo mismo estar en un momento d¨¦bil que ser d¨¦bil", anim¨® Rubalcaba nada m¨¢s conocerse el resultado. Su obsesi¨®n desde que empez¨® la carrera por la secretar¨ªa general se centr¨® en convencer a los militantes de que el PSOE ha sido, es y ser¨¢ un partido de mayor¨ªas, por lo que todos los cambios y reformas ten¨ªan como ¨²nico objetivo volver a gobernar. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, le telefone¨® para felicitarle nada m¨¢s conocer la victoria.
Los ganadores se han impuesto a los aparatos de Madrid y Andaluc¨ªa
El avance de Chac¨®n provoca cambios en el proyecto vencedor
Extremadura, Pa¨ªs Vasco, Castilla y Le¨®n, Asturias y Baleares fueron clave
La victoria de Rubalcaba alivia la situaci¨®n del valenciano Alarte
Que el partido estaba dividido y la relaci¨®n de fuerzas entre Rubalcaba y Chac¨®n se igualaban a medida que pasaban los d¨ªas se ha revelado como una aut¨¦ntica verdad y no como parte de la estrategia de los dos candidatos. Lo ¨²nico en lo que se han equivocado es en la diferencia de votos. Ambos se atribu¨ªan la victoria, pero siempre por un centenar de votos. En el momento en el que los delegados se dirigieron a las urnas las expectativas bajaron, aunque nunca por tan pocos votos de diferencia como la realidad depar¨® luego. Poco influy¨® el discurso de los candidatos, seg¨²n analizaron despu¨¦s diferentes secretarios regionales. "Aqu¨ª ven¨ªa todo el mundo con el voto decidido y los pocos que no, lo llevaban en el bolsillo dispuestos a venderlo". Esta apreciaci¨®n de un bar¨®n provincial se refiere al peso que ha tenido en la pugna el criterio local y provincial, muy ajeno a los valores y virtudes de Chac¨®n y Rubalcaba.
La escasa incidencia del discurso en el voto, siempre seg¨²n una primera aproximaci¨®n de los l¨ªderes territoriales, no significa que no sirviera para afianzar posiciones. No hubo grandes diferencias en el discurso program¨¢tico entre ¨¦l y el de su adversaria, pero Rubalcaba s¨ª jug¨® la estrategia de la "experiencia" como se encarg¨® de decir en su parlamento de presentaci¨®n de candidatura. Lo que pod¨ªa ser utilizado por sus adversarios como una r¨¦mora, ¨¦l lo convirti¨® en valor y en su entorno a?ad¨ªan que, adem¨¢s de experiencia, aportaba solvencia, solidez e inteligencia. Esas capacidades las resaltaron sin descanso sus apoyos y, entre ellos, el expresidente del Gobierno Felipe Gonz¨¢lez. Precisamente los apoyos de la otra candidatura colocaban a Rubalcaba junto a Gonz¨¢lez e incluso a Zapatero, como dirigentes socialistas a los que hay que respetar y agradecer sus servicios pero cuyo tiempo ha pasado. Adem¨¢s, la derrota del 20 de noviembre con el descenso hasta las cotas de representaci¨®n m¨¢s baja de la historia del PSOE desde 1977 avalaba la invitaci¨®n a que dejara el paso a otros. No lo ha querido as¨ª la mayor¨ªa de los delegados al 38? congreso.
Ahora bien, el reconocimiento que ayer mismo hizo Rubalcaba al trabajo de Chac¨®n en esta campa?a no puede situarse tan solo en el terreno de la cortes¨ªa. Chac¨®n ha ido subiendo d¨ªa a d¨ªa en apoyos hasta el punto que casi le ha pisado los talones como ha demostrado la votaci¨®n. Los dos se han retroalimentado en sus discursos hasta el ¨²ltimo minuto. El proyecto de Rubalcaba ha incluido propuestas cada vez m¨¢s reformistas y en alguna medida m¨¢s a la izquierda. Algunos de esos requiebros se los reserv¨® incluso para la presentaci¨®n de su candidatura como el amago de pedir la revisi¨®n de los acuerdos de Espa?a con el Vaticano, que llev¨® al entusiasmo de los delegados en ese congreso. En proyectos y propuestas el contraste con Chac¨®n era m¨¢s en la m¨²sica que en la letra.
Tambi¨¦n en el discurso de modelo de partido sobre el que s¨ª tienen especial inter¨¦s los militantes. Las llamadas de la candidata a abrir las puertas y las ventanas de la organizaci¨®n, con un aire aperturista y de m¨¢s libertad, no logr¨® imponerse a la oferta m¨¢s cl¨¢sica de Rubalcaba para los asuntos internos.
Es m¨¢s, de su discurso se desprendi¨® una vuelta a los a?os en los que la ejecutiva federal del PSOE ten¨ªa un peso y un predicamento sobre las federaciones que hab¨ªa perdido en los ¨²ltimos tiempos. "Voy a ser un secretario general que no me voy a dejar quebrar", advirti¨®. Y, adem¨¢s, defendi¨® un partido federal, pero no "una federaci¨®n de partidos".
No pareci¨® que esta advertencia haya asustado a los militantes porque le han elegido mayoritariamente, aunque la vida de las federaciones se ha visto absolutamente convulsionada en esta competici¨®n en la que los dos y sus equipos se han dejado la piel en el intento de ganar. Tambi¨¦n se pon¨ªa a prueba el peso de los aparatos del partido.
Lo cierto es que los que se decantaron por Rubalcaba no han salido mal parados porque su apuesta ha sido la ganadora. El secretario general del PSE, Patxi L¨®pez, apost¨® por ¨¦l, y le siguieron al menos 20 de los 22 delegados vascos. El l¨ªder de los socialistas asturianos, Javier Fern¨¢ndez, estuvo inequ¨ªvocamente con Rubalcaba desde el primer momento y con ¨¦l, la inmensa mayor¨ªa de su federaci¨®n. Con Rubalcaba se aline¨® el secretario general de los socialistas gallegos, Pachi V¨¢zquez, en sinton¨ªa con la mayor¨ªa de los socialistas gallegos, como el alcalde de Vigo, Abel Caballero.
El aparato de Canarias y su secretario general, Jos¨¦ Miguel P¨¦rez, tambi¨¦n estuvo con Rubalcaba y lo mismo Dolores Gorostiaga, de Cantabria; Francesc Antich, de Baleares, y ?scar L¨®pez, de Castilla y Le¨®n. Desde esta perspectiva los seguidores de Rubalcaba resaltaban que si tuviera que analizarse el resultado por aparatos, el ya secretario general se ha impuesto a los de Andaluc¨ªa, Castilla-La Mancha y Madrid, cuyos secretarios generales, Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, Jos¨¦ Mar¨ªa Barreda y Tom¨¢s G¨®mez, respectivamente, apoyaban a Chac¨®n.
Aunque en cada caso hay matices. Barreda la apoy¨® desde el primer momento, a sabiendas de que parte de su federaci¨®n estaba con Rubalcaba, como es el caso del alcalde de Toledo, Emiliano Garc¨ªa-Page. Tambi¨¦n se ha visto aliviado con este resultado el secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, que apost¨® por Rubalcaba y que se llev¨® un buen revolc¨®n al quedar en minor¨ªa en la elecci¨®n de delegados. Ayer era uno de los dirigentes m¨¢s satisfechos del congreso. La mayor¨ªa de la federaci¨®n de Extremadura apoy¨® a Rubalcaba como hab¨ªa augurado su secretario general, Guillermo Fern¨¢ndez Vara.
En Madrid, la divisi¨®n era un hecho desde el primer momento, m¨¢xime cuando el portavoz municipal, Jaime Lissavetzky, casi un hermano para Rubalcaba, encabez¨® una lista contra la de G¨®mez, aunque esta sali¨® ganadora. En Andaluc¨ªa, la batalla ha sido de una enorme intensidad para desgracia de todos los socialistas, ya que el aparato se hab¨ªa alineado con Chac¨®n y ha dado bazas al PP para desautorizar a Jos¨¦ Antonio Gri?¨¢n, candidato a la Junta de Andaluc¨ªa, por haber apostado a perdedor. Rubalcaba har¨¢ todos los esfuerzos posibles para aliviar esta carga, consciente de que la derrota en Andaluc¨ªa es de todos los socialistas, tambi¨¦n suya. Ahora el objetivo del PSOE es Andaluc¨ªa, pero no solo, ya que se abre una oportunidad en Asturias al celebrarse elecciones el mismo d¨ªa, 25 de marzo.
Andaluc¨ªa fue tambi¨¦n la primera prueba que tuvo que pasar el anterior secretario general, Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero. Gan¨® en contra del aparato andaluz, entonces controlado por Manuel Chaves. Zapatero lo quiso olvidar esa misma noche y ofreci¨® a Chaves la presidencia del PSOE, que ostentar¨¢ hasta hoy, y adem¨¢s tuvo en los socialistas andaluces sus mejores colaboradores. Entre ellos, Alfonso Perales, fallecido hace pocos a?os y al que tambi¨¦n ayer rindi¨® tributo Rubalcaba. Sin c¨¢maras, algunos testigos pudieron ver abrazos emocionados de Rubalcaba con Zapatero y con Patxi L¨®pez. Tambi¨¦n con Jos¨¦ Blanco.
El ganador solo mencion¨® a tres pol¨ªticos en la tribuna para asegurar que quiere irse del puesto con la dignidad que ellos lo hicieron. Felipe Gonz¨¢lez, Joaqu¨ªn Almunia y Zapatero. El ¨²ltimo ha estado once a?os y medio. La historia de Rubalcaba como secretario general del PSOE est¨¢ a¨²n por escribir y empez¨® ayer en Sevilla.
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