La izquierda radical rechaza la "v¨ªa Nanclares" para los presos de ETA
El Gobierno solo contempla esa f¨®rmula para favorecer a los reclusos
La izquierda abertzale, que est¨¢ terminando de perge?ar su estrategia sobre el futuro de los presos de ETA, su principal reto en estos momentos, la plantea en dos fases bien diferenciadas. Una primera, que denomina de "humanizaci¨®n", que trata de materializar en el acercamiento de presos a las c¨¢rceles vascas, la excarcelaci¨®n de los enfermos y de quienes han cumplido tres cuartas partes de la condena.
Esta reivindicaci¨®n de la izquierda abertzale es asumida sin diferencias sustanciales por el Gobierno vasco del socialista Patxi L¨®pez y por el principal partido de la oposici¨®n, el PNV, que aspira a regresar al Ejecutivo de Vitoria en breve.
La segunda fase que ha ideado la izquierda abertzale, que afectar¨ªa al conjunto de presos y huidos, implicar¨ªa alg¨²n tipo de reforma legal o acuerdo pol¨ªtico entre todos los partidos con el respaldo necesario del Gobierno central. En esta segunda fase, la izquierda radical no acepta la "f¨®rmula Nanclares", un modelo de reinserci¨®n de presos etarras que puso en marcha el anterior Gobierno socialista para el que los reclusos terroristas deben rechazar la violencia, pedir perd¨®n a las v¨ªctimas y solicitar acogerse a los beneficios penitenciarios previstos por la ley.
Los etarras reh¨²san colaborar con la Justicia y condenar su trayectoria
Esta v¨ªa Nanclares implica adem¨¢s un tratamiento individualizado donde cada preso cumpla los requisitos. El nuevo ministro del Interior, Jorge Fern¨¢ndez D¨ªaz, est¨¢ dispuesto a mantener esa estrategia penitenciaria.
El futuro de los presos etarras es uno de los aspectos que el Ejecutivo del Partido Popular abordar¨¢ para lograr que la banda terrorista pase del cese definitivo de la violencia al desarme y a la disoluci¨®n.
Es una cuesti¨®n de Estado muy delicada por los problemas que plantea a las asociaciones de v¨ªctimas, as¨ª como a sectores de la derecha, lo que ha empujado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, a reclamar tiempo y discreci¨®n.
El jefe del Ejecutivo central lo ha manifestado tras reunirse en los ¨²ltimos d¨ªas con el lehendakari, Patxi L¨®pez, y con el presidente del PNV, I?igo Urkullu, dos actores pol¨ªticos esenciales para la puesta en marcha de actuaciones relacionadas con el fin definitivo de ETA.
El l¨ªder del PP vasco, Antonio Basagoiti, que en breve se reunir¨¢ con Rajoy en La Moncloa, pretende alcanzar un pacto entre los tres principales partidos vascos que marque un "suelo democr¨¢tico", con el reconocimiento del da?o causado, la reclamaci¨®n de la disoluci¨®n de ETA y de compromiso con la democracia, que sirva de referencia a la izquierda abertzale.
El mundo de la antigua Batasuna, que trabaja en las dos fases citadas, la "humanitaria" y la de mayor alcance penitenciario, calcula que la primera fase podr¨ªa resolverse con "relativa rapidez". Porque a su juicio es una cuesti¨®n de "voluntad pol¨ªtica", sobre todo del Gobierno, que tendr¨ªa que limitarse a aplicar la ley, haciendo desaparecer las medidas excepcionales para los presos de la banda terrorista ETA al igualarlas con las de los presos comunes.
En esta misma fase se enmarca el futuro del l¨ªder de la izquierda abertzale, Arnaldo Otegi, pendiente de una sentencia del Tribunal Supremo por el caso Bateragune, que se dirimir¨¢ esta primavera. Lo mismo suceder¨¢ con la revisi¨®n de la doctrina Parot, pendiente de una resoluci¨®n del Tribunal Constitucional, que no se decidir¨¢ hasta que se produzca la renovaci¨®n de esa instituci¨®n, seg¨²n distintas fuentes.
Para el Gobierno, esta primera fase ser¨¢ todo un test para comprobar hasta d¨®nde y a qu¨¦ ritmo puede avanzar, ya que se espera una reacci¨®n negativa de una parte de su electorado.
Pero la segunda fase que plantea la izquierda abertzale es m¨¢s complicada al requerir alg¨²n tipo de reforma legal o de acuerdo pol¨ªtico. Los independentistas se hacen eco de las propuestas del colectivo de presos de ETA que al rechazar la "v¨ªa Nanclares" implica una reforma legal o pol¨ªtica para permitir que disfruten de mejoras en su tratamiento penitenciario.
Baraja varias f¨®rmulas alternativas, desde un cambio legislativo hasta un pacto pol¨ªtico, pasando por una ley especial. La "v¨ªa Nanclares" es la f¨®rmula a la que se han acogido una minor¨ªa de presos de ETA, expulsados de la banda terrorista, que asumieron las condiciones de la reforma del C¨®digo Penal y del reglamento penitenciario, reformadas en 2003 y que la izquierda radical califica de "derecho penitenciario de excepci¨®n".
El art¨ªculo 90 del C¨®digo Penal, que regula el acceso a la libertad condicional, y el 73 de la Ley General Penitenciaria, que detalla la progresi¨®n de grado, exigen a los presos, adem¨¢s del rechazo a la violencia y el reconocimiento del da?o causado, la condena de toda su trayectoria y la colaboraci¨®n con la Justicia.
La izquierda abertzale y el colectivo de presos etarras no est¨¢n dispuestos a asumir los dos ¨²ltimos extremos. Sin embargo, s¨ª estar¨ªan dispuestos a aceptar el rechazo a la violencia y el reconocimiento del da?o causado. De hecho, la declaraci¨®n de Gernika, en la que particip¨® la izquierda abertzale y suscribi¨® el colectivo de presos de ETA, ya lo ha hecho. E incluso, previsiblemente, lo har¨¢n por su cuenta los independentistas y el colectivo de reclusos etarras.
La izquierda abertzale baraja varias f¨®rmulas alternativas. Una podr¨ªa consistir en una modificaci¨®n legal. Otra posibilidad que se plantea ser¨ªa la promulgaci¨®n de una ley especial, como sucedi¨® en Irlanda con los presos del IRA. La tercera, consistir¨ªa en un acuerdo pol¨ªtico entre los partidos.
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