Los coletazos de una d¨¦cada convulsa
Desde 2001, los podios de las grandes carreras est¨¢n a menudo manchados por el dopaje, como pas¨® con Landis y Heras
Cuando sali¨® a la luz el positivo de Alberto Contador, en Australia, donde se disputaban entonces, octubre de 2010, los Mundiales, compart¨ªan temporalmente casa el estadounidense Floyd Landis, el ciclista despojado del Tour de 2006 por dopaje, y Michael Ashenden, un cient¨ªfico australiano colaborador de la Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI) y la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en la puesta en marcha del pasaporte biol¨®gico.
All¨ª, durante largas noches de charla, Landis confes¨® a Ashenden que, en efecto, pese a que durante a?os hab¨ªa jurado su inocencia, se hab¨ªa dopado. "Me dop¨¦ con EPO y transfusiones de sangre", le dijo; "pero lo curioso es que en ning¨²n momento durante ese Tour tom¨¦ testosterona, que es la sustancia por la que me condenaron. Antes del Tour s¨ª que la tom¨¦. As¨ª que seguramente lleg¨® a mi organismo despu¨¦s porque estaba en una de las bolsas de sangre que me puse. Y no me extra?ar¨ªa que el clembuterol de Contador haya seguido el mismo camino". Un a?o m¨¢s tarde, al juicio de Contador ante el Tribunal Arbitral del Deporte (TAS), Ashenden, experto presentado por la AMA al que no permitieron declarar, acudi¨® con la misma teor¨ªa apoyado tambi¨¦n en los valores sangu¨ªneos del ciclista de Pinto y en el nivel de plastificantes en su orina.
El estadounidense fue despose¨ªdo del Tour de 2010; el espa?ol, de la Vuelta de 2005
Casi dos a?os despu¨¦s, a Landis y Contador les une otro detalle, el de haber sido despose¨ªdos ambos de la victoria en un Tour por un caso de dopaje. Son los ¨²nicos en la historia de la grande boucle, aunque podr¨ªan haber sido algunos m¨¢s, sobre todo en los convulsos a?os para el ciclismo de finales del siglo XX y de comienzos del XXI.
A Bjarne Riis, que confes¨® el consumo de EPO bastantes a?os despu¨¦s de su victoria en 1996, los suficientes para que hubiera prescrito su culpa, el Tour le desposey¨® temporalmente de su victoria, pero se la devolvi¨® despu¨¦s. Y, si se ampl¨ªa el foco a los que se auparon al podio, las culpas aumentan. De los 17 corredores que en los ¨²ltimos 11 a?os (de 2001 a 2011) subieron a alguno de los escalones de Par¨ªs, siete dieron positivo en alg¨²n momento de su carrera o se vieron implicados en esc¨¢ndalos de dopaje como la Operaci¨®n Puerto. Solo uno de ellos, aparte de Landis y Contador, perdi¨® su ¨¦xito, el austriaco Bernhard K?hl, despose¨ªdo de su tercer puesto en el Tour de 2008. Ullrich, Beloki, Rumsas, Vinok¨²rov y Basso mantuvieron en el palmar¨¦s sus podios.
Y si en la Vuelta Roberto Heras, positivo por EPO, perdi¨® su cuarta victoria, la de 2005, y Ezequiel Mosquera, a la espera de su recurso, el segundo lugar en la de 2010, ?scar Sevilla, Aitor Gonz¨¢lez, Joseba Beloki, Isidro Nozal, Alejandro Valverde, Santi P¨¦rez, Francisco Mancebo, Alexander Vinok¨²rov, Andr¨¦i Kasheckin y Contador mantienen sus triunfos y podios.
Mientras en la ronda espa?ola 12 de los 23 que ocuparon podio entre 2001 y 2011 tuvieron problemas de dopaje, en el Giro fueron m¨¢s, 14 de 24. Pero en Italia no ha habido reescritura del palmar¨¦s en los despachos. Simoni, Osa, Hamilton, Caucchioli, Garzelli, Gontchar, Basso (dos victorias), Guti¨¦rrez, Di Luca, Mazzoleni, Contador (en dos ocasiones), Ricc¨°, Pellizotti y Scarponi siguen figurando en su libro de oro. Una raz¨®n es que, a diferencia de la Vuelta y el Tour, de ninguno de los importantes se conoci¨® su dopaje una vez terminada la carrera. La segunda, la habilidad de las confesiones limitadas de ciclistas como Basso, quien, pese a que la Operaci¨®n Puerto se desarroll¨® mientras ¨¦l ganaba aplastantemente el Giro de 2006, asegur¨®, y le creyeron, que la sangre que se hab¨ªa sacado en Madrid d¨ªas antes de la carrera nunca lleg¨® a utilizarla.
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