Cambio casa por otra m¨¢s barata
La permuta y los alquileres a cambio de lo que sea afloran en el estancado mercado inmobiliario
Los atrapados en el mercado inmobiliario buscan salidas para salir de un t¨²nel construido ladrillo a ladrillo por el boom de los ¨²ltimos a?os. El Eur¨ªbor sigue escalando posiciones y la morosidad, aunque suave, sigue creciendo. La venta de viviendas est¨¢ estancada porque, entre otros motivos, cajas y bancos cada vez rechazan m¨¢s solicitudes de hipotecas.
Este panorama ha hecho emerger el trueque de viviendas, una f¨®rmula habitual en otras ciudades como Londres, pero poco conocida en Espa?a. Aunque, en honor a la verdad, Internet est¨¢ lleno de anuncios de particulares que cambian su vivienda por otra, normalmente m¨¢s peque?a. En Mundoauncio.com existe un apartado espec¨ªfico de "intercambio de pisos", con 4.819 propuestas en Espa?a.
No es una mera permuta. Se trata de hacerse a toda costa con liquidez y deshacerse de una hipoteca que pesa cada vez m¨¢s. O reducirla a la mitad y que la subida de tipos sea m¨¢s llevadera. "No se trata del inter¨¦s en el intercambio en s¨ª mismo, sino en la necesidad de efectivo que tienen las familias espa?olas", dice Patricia, que lleva dos meses intentando cambiar su piso de 125 metros en Arganzuela, con tres dormitorios, dos ba?os y piscina comunitaria, valorado en 450.000 euros, por uno m¨¢s peque?o en la zona Centro como parte del pago.
"La gente llama pensando que se trata s¨®lo del cambio de un pisazo por otro m¨¢s peque?o y barato, pero no entienden que la diferencia entre las dos tasaciones hay que pagarla", se?ala Patricia, que por motivos personales necesita disponer de un dinero que el banco le niega. Califica su situaci¨®n de dram¨¢tica por no poder vender el piso.
Y es que "la permuta es una opci¨®n para no caer en las redes de especuladores y usureros o en los cr¨¦ditos personales de bancos y cajas", dice un interesado en cambiar su vivienda por otra m¨¢s peque?a.
220.000 euros en met¨¢lico
Por la casa de Carlos se han interesado muchos, pero sus potenciales compradores tampoco encuentran novia para sus viviendas, por lo que la operaci¨®n no se acaba de cerrar. "Por eso se me ha ocurrido esta alternativa. Al aceptar como parte del pago otra vivienda (de la mitad de valor) mi deuda ser¨ªa lamitad a todos los efectos", dice Carlos, que permuta un chal¨¦ en Gri?¨®n de 225 metros y 700 metros de terreno, con piscina, por un piso en Madrid. La tasaci¨®n oficial del chal¨¦ es de 540.000 euros y exige que el valorm¨¢ximo del piso sea de 220.000 euros. Carlos se queda con 320.000 euros en met¨¢lico. "Si hay diferencias en la tasaci¨®n es m¨¢s f¨¢cil ajustarse a la hora del pago, al estar una parte cancelada", prosigue. No es el ¨²nico.
En Mundoauncio.com se pueden encontrar todo tipo de ofertas: "Cambio un piso nuevo de 115 metros cuadrados, tres dormitorios y dos ba?os en el Ensanche de Vallecas por otros dos pisos m¨¢s peque?os"; "cambio ¨¢tico en Conde de Casal por apartamento de uno o dos dormitorios, con ascensor"; "cambio piso de 150 metros y cuatro habitaciones en Pinto por piso c¨¦ntrico en Madrid"; "permuto chal¨¦ en la carretera de Burgos por una vivienda en Villanueva de la Ca?ada", etc¨¦tera. La lista es infinita.
El caso de Mercedes y Manuel es distinto.Han optado por la permuta, aunque no tengan problemas econ¨®micos. Sobre su chal¨¦, con una parcela de 600 metros cuadrados que compraron hace cinco a?os en Torrej¨®n del Rey (Guadalajara) y que venden por 390.657 euros, no pesa hipoteca alguna. Manuel y Mercedes, que ahora viven en este pueblo cercano al l¨ªmite provincial de Madrid, tienen que volver al asfalto.
Por el amor de los hijos
Dos de sus hijos, de 27 y 21 a?os, viven de alquiler en San Sebasti¨¢n de los Reyes, donde tienen su trabajo. "Queremos volver all¨ª para sacar a mis hijos del alquiler y que vivan con nosotros en el piso que compremos. Y, adem¨¢s, nosotros tambi¨¦n trabajamos en San Sebasti¨¢n de los Reyes, con lo que nos quitamos de coger el coche", dice Manuel. Llevan seis meses tratando de vender su chal¨¦ y tres meses con un anuncio de permuta. "Nos ha llamado mucha gente, pero el que llama quiere cambiarlo con los ojos cerrados, nuestro chal¨¦ por una cuarta planta sin ascensor". Los promotores no son ajenos al tsunami inmobiliario, sobre todo los m¨¢s peque?os.
A Juan le ha pillado el toro con dos promociones de cinco viviendas cada una, en Toledo y en Puente de Vallecas (Madrid), sin acabar. "En un caso falta por terminar el 5% de la promoci¨®n y en la de Madrid, el 25%". Necesita 200.000 euros para finalizar y poder venderlas (sacar¨ªa m¨¢s de un mill¨®n de euros s¨®lo con la de Madrid). Los bancos le cierran las puertas y lleva m¨¢s de 90 d¨ªas sin pagar la deuda. Este espa?ol de nacimiento y argentino de adopci¨®n, que no quiere dar su nombre porque sigue negociando con los bancos y conf¨ªa en que ceder¨¢n a su petici¨®n para ampliar el cr¨¦dito, ha optado por la permuta, f¨®rmula com¨²n en Latinoam¨¦rica.
Juan busca un constructor o inversor con liquidez que quiera quedarse con su promoci¨®n y acabarla. A cambio recibir¨ªa tres pisos acabados, libres de cargas. Perder¨ªa en torno a un 40%, "pero no hay otra salida", reconoce. "Si las viviendas estuvieran acabadas podr¨ªa sacarlas a subasta y perder¨ªa menos, entre un 20% y un 30%".
La vivienda genera otro tipo de situaciones desesperadas. Roc¨ªo es una de las personas que han decidido regalar su casa por no poder hacer frente a la hipoteca, que asciende a 153.000 euros. Su casa cost¨® 168.000 euros hace dos a?os. "Pierdo dinero, pero ya me da igual".
Alquiler gratis a cambio de servicio dom¨¦stico
En el cap¨ªtulo de alquileres la necesidad ha aguzado el ingenio. En algunos casos, se trata de situaciones l¨ªmite. La precariedad del mercado de la vivienda lleva a algunos a aceptar propuestas ins¨®litas. Ofrecer habitaci¨®n gratis a cambio de sexo es una pr¨¢ctica que se extiende en la Red. Uno de los anunciantes contesta a una petici¨®n de informaci¨®n: "Es un piso de tres habitaciones, dos ba?os, unos 90 metros. Est¨¢ en el centro de Madrid, en la zona de ?pera. Tendr¨ªas derecho a una habitaci¨®n para ti sola y a usar el resto de la casa. Ser¨ªa s¨®lo a cambio de sexo, lo de la periodicidad supongo que es algo que tenemos que acordar, yo te dir¨ªa que todos los d¨ªas, pero entiendo que no deber¨ªa ser as¨ª, si quieres lo vamos hablando. Lo hago por darle algo de morbo a mi vida". En Internet se cuelgan anuncios de pisos gratis a cambio de ayuda en el trabajo, cuidar animales de compa?¨ªa, clases particulares diarias.Ordenada, limpia y responsable. As¨ª es Soledad, una de las muchas demandantes que remueven por la Red en busca de techo gratis a cambio de realizar tareas dom¨¦sticas. Los anuncios que demandan y ofertan este tipo de intercambio se han multiplicado. A Soledad no le ha ido mal. "Me fue muy bien despu¨¦s de colgar el anuncio. Estoy en un piso muy bonito con una pareja joven. Limpio una vez a la semana y cuando su ni?a se queda sola me quedo a cuidarla. A cambio tengo techo e Internet. Pero la comida me la tengo que pagar yo", explica Soledad. No es la primera vez que esta joven boliviana tiene experiencias similares. Desde que lleg¨® a Espa?a hace dos a?os siempre se las ha arreglado para tener una habitaci¨®n de balde.Sof¨ªa es el caso contrario. Publica en la p¨¢gina deHabitamos.com su anuncio: "Busco compa?era para compartir piso a cambio de ayuda en mi trabajo. Anuncio serio, s¨®lo chicas". Un an¨®nimo alquila habitaci¨®n a cambio de cuidar a sus padres, de 82 a?os. "Atenci¨®n m¨ªnima dos horas al d¨ªa". Especifica que "los gastos de comida, gel, champ¨² y polvos de lavadora" no est¨¢n incluidos. En la misma localidad se alquila una habitaci¨®n a cambio de coger avisos en una agencia inmobiliaria de lunes a s¨¢bado, tres horas diarias. Mae es norteamericana, 27 a?os, profesora de ingl¨¦s, con siete a?os de experiencia. Busca alquilar una habitaci¨®n a cambio de clases. En Gij¨®n, Javier, de 53 a?os, instala luz y gas ciudad a cambio de habitaci¨®n con derecho a cocina. En M¨¢laga se ofrece habitaci¨®n a una mujer espa?ola sin cargas a cambio del cuidado de sus dos hijos, de siete y cinco a?os.
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