Los sindicatos ven esperanzas de cambio tras la crisis de Gobierno
UGT y CC OO subrayan el paralelismo con la crisis del Ejecutivo de Aznar en 2002 tras la huelga general contra el 'decretazo' de reforma laboral
Desde la huelga general del 29 de septiembre , los sindicatos no hab¨ªan recibido ninguna se?al desde el Gobierno, empe?ado en transmitir que hab¨ªa sido un fracaso en contra de la percepci¨®n de aqu¨¦llos. Pasados 21 d¨ªas, la profunda crisis propiciada por Zapatero ha sido recibida por las centrales sindicales como un reconocimiento a sus reivindicaciones y un gui?o para entablar contactos de nuevo, sobre todo por el nombramiento de Valeriano G¨®mez, un hombre de la ¨®rbita de UGT que estuvo en la manifestaci¨®n contra la reforma laboral el 29-S, como ministro de Trabajo.
Al final, parece que Zapatero, despu¨¦s de darle muchas vueltas, ha encontrado una persona con el perfil apropiado para acercarse a los sindicatos y le permita salir del entuerto en el que se hab¨ªa metido. G¨®mez le garantiza la cercan¨ªa a los sindicatos, que habla el mismo lenguaje que ellos. Aunque se le atribuyen algunas de las ideas de la reforma laboral, no estuvo de acuerdo nunca con la forma de plantearla. Se supone que llega precisamente para negociar con amplitud, habr¨¢ que ver si de verdad tendr¨¢ margen de maniobra.
Ahora, a los sindicatos, les toca esperar la llamada del nuevo titular de esta cartera, pese a que, seg¨²n algunas fuentes, los contactos empezaron a producirse nada m¨¢s oficializarse el nombramiento. Para los secretarios generales de UGT y CC OO, C¨¢ndido M¨¦ndez e Ignacio Fern¨¢ndez Toxo, se abre la esperanza a que se puedan producir cambios en las previstas reforma laboral y reforma de las pensiones, as¨ª como en los Presupuestos Generales del Estado, con los que se mostraron disconformes, sobre todo en la petici¨®n de reformas fiscales.
Pero, adem¨¢s del cambio del titular de Trabajo, los sindicatos valoran muy positivamente el giro concedido por el Gobierno con el nombramiento de Alfredo P¨¦rez Rubalcaba como vicepresidente primero, y la entrada de Ram¨®n J¨¢uregui en el Ejecutivo como ministro de Presidencia. Tanto Rubalcaba como J¨¢uregui son considerados como dos personas con una alta visi¨®n de Estado y discurso pol¨ªtico de la que, a su juicio, es muy dif¨ªcil de encontrar hoy en d¨ªa en el territorio pol¨ªtico y refuerza su esperanza de cambios.
En el seno de los sindicatos, que lejos de sentirse vapuleados por las andanadas lanzadas desde la ¨®rbita gubernamental contra ellos tras el 29-S subrayaron el impacto de la protesta, se ha destacado el paralelismo que se ha producido entre esta primera profunda crisis del Gobierno de zapatero con la primera que tuvo el Gobierno de Aznar. En efecto, se produce a los seis a?os de tomar el poder y justo despu¨¦s de una huelga general (la de Aznar se produjo en 2002 despu¨¦s de la huelga contra el decretazo sobre la protecci¨®n al desempleo que posteriormente se retir¨® tras suponer la marcha de Juan Carlos Aparicio y aprovechar para cambiar tantas carteras, seis, como ahora, y suprimir algunos departamentos). Para los sindicatos, tambi¨¦n ha quedado muy claro que con este cambio Zapatero quiere pelear a fondo por los elecciones.
Para rematar, la crisis se produce el mismo d¨ªa en que se conoce la fecha de elecciones anticipadas convocada en la patronal CEOE para elegir a un nuevo presidente tras la renuncia del actual, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n. A partir del 21 de diciembre, el nuevo ministro de trabajo tambi¨¦n tendr¨¢ un nuevo interlocutor en la organizaci¨®n y hasta entonces seguir¨¢ en funciones D¨ªaz Ferr¨¢n. Pero, en definitiva, empieza un nuevo curso para el di¨¢logo social. Para algunos, anticipado; para otros, posiblemente con mucho retraso.
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