Empleo en depresi¨®n
El paro en enero ratifica que durante 2012 seguir¨¢n cayendo la actividad y la ocupaci¨®n
El paro registrado durante el mes de enero es la primera confirmaci¨®n de que durante 2012 continuar¨¢ el empeoramiento del mercado laboral. El paro contabilizado en las oficinas del Inem aument¨® en casi 117.500 personas, pero los indicios peores hay que buscarlos en el descenso de la poblaci¨®n ocupada (cay¨® por debajo de los 17 millones de ocupados) y en el persistente hundimiento de la afiliaci¨®n a la Seguridad Social. Lo que se aprecia en los pr¨®ximos trimestres induce al pesimismo. El paro seguir¨¢ aumentando, incluso a un ritmo mayor, porque hay que pensar en que habr¨¢ una contracci¨®n del PIB durante cuatro trimestres consecutivos; seguir¨¢ una fase de estancamiento a partir del segundo trimestre de 2013, y despu¨¦s el PIB despegar¨¢ ligeramente, con subidas en torno al 0,1% o 0,2%, inh¨¢biles para crear empleo.
Es casi un t¨®pico recordar que un volumen tan elevado de paro resta confianza y capacidad de reacci¨®n a la econom¨ªa e implica un riesgo evidente de depresi¨®n continuada si no se acierta con las decisiones adecuadas. En este sentido, hay que insistir en que las medidas correctoras en las que piensa el Gobierno (por lo menos, las que ha comunicado) no constituyen per se remedios directos contra el paro. La reforma laboral, tan mencionada (y curiosamente demorada, a pesar de la fe de Rajoy en sus ben¨¦ficos efectos), facilitar¨¢ la creaci¨®n de empleo cuando se recupere la actividad econ¨®mica. En todo caso, si la reforma de la negociaci¨®n colectiva es acertada, se conseguir¨¢ frenar la hemorragia de despidos, puesto que las empresas podr¨¢n cambiar salario por empleo. En cuanto a la reforma financiera, permitir¨¢ una lenta recuperaci¨®n del cr¨¦dito a las empresas, pero no antes de la segunda mitad de 2013.
Dicho de otro modo, las reformas mencionadas pueden ser convenientes (seg¨²n su contenido y acierto), pero en ning¨²n caso constituyen una soluci¨®n contra la recesi¨®n y el desempleo. Quiz¨¢ el Gobierno quiera construir una pol¨ªtica econ¨®mica limitada a reducir el d¨¦ficit (con la ayuda quiz¨¢ de la aquiescente flexibilidad europea), redactar dos o tres reformas m¨¢s o menos profundas que las anteriores, pero continuistas, y seguir en una paciente espera hasta que la recesi¨®n se agote en el tiempo. El presidente prometi¨® pol¨ªticas activas de empleo que de momento no est¨¢n en la agenda. Pues bien, es en esas pol¨ªticas, en su eficacia y contundencia, donde se juega el Gobierno la confianza de los ciudadanos sobre su porvenir inmediato.
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