Continuidad y cambio laboral

La reforma laboral tiene como principales objetivos la reducci¨®n de la dualidad y la apuesta por la flexibilidad interna, ante el exceso de temporalidad y los masivos ajustes de empleo de nuestro mercado de trabajo. La reforma coincide, as¨ª, con los objetivos de sus antecesoras 2010-2011, en un nuevo intento de sentar las bases de un empleo m¨¢s estable y flexible.

La dualidad laboral est¨¢ originada por la habitual utilizaci¨®n empresarial de contratos temporales flexibles, que facilitan, a su vez, los ajustes de empleo, junto con la presencia de un despido improcedente directo. La reforma ayer aprobada deja intactos los contratos temporales, bien que recuperando el suspendido l¨ªmite a los encadenamientos contractuales en 2013, y abarata el despido improcedente, ya generalizado para pr¨®ximas contrataciones en 33 d¨ªas de salario por a?o con un m¨¢ximo de 24 mensualidades. Pero, en contrapartida, como intentaron otras reformas, apuesta por fortalecer la v¨ªa intermedia del despido procedente por causas empresariales, con una indemnizaci¨®n de 20 d¨ªas de salario por a?o, aclarando los motivos de la extinci¨®n y con una medida profundamente innovadora, la eliminaci¨®n de la autorizaci¨®n administrativa en los ERE, que suprime trabas procedimentales, aun a costa de asumir un riesgo a?adido de judicializaci¨®n. A la luz de la experiencia, es dudoso que esta opci¨®n reduzca el alto volumen de los intactos contratos temporales, aunque s¨ª es probable que trasvase despidos improcedentes hacia procedentes con menor coste de despido. El cambio normativo, por otra parte, vuelve a bonificar econ¨®micamente la contrataci¨®n indefinida, esta vez a trav¨¦s de un novedoso contrato en empresas de menos de 50 trabajadores con un periodo de prueba de un a?o que, en la pr¨¢ctica, puede tener el riesgo de ejercer las funciones de un contrato temporal.

La reforma necesita ahora entrar en intenso di¨¢logo con el importante acuerdo social 2012-2014, que incorpora la flexibilidad interna a los convenios colectivos

La escasa flexibilidad laboral interna est¨¢ muy condicionada por la dualidad, la presencia de algunas normas que la dificultan y la hegemon¨ªa de un amplio tejido de microempresas. La reforma intenta potenciar la flexibilidad interna de manera incisiva porque suprime la autorizaci¨®n administrativa en los ERE temporales, ofrece una soluci¨®n arbitral clara a la falta de acuerdo en los descuelgues de un convenio colectivo, otorga plena prioridad a los convenios de empresa, y elimina la pr¨®rroga del convenio anterior tras dos a?os de negociaci¨®n para evitar bloqueos. La reforma necesita ahora entrar en intenso di¨¢logo con el importante acuerdo social 2012-2014, que incorpora la flexibilidad interna a los convenios colectivos. La eficacia de este objetivo va a depender por ello m¨¢s de la voluntad de los negociadores que de la aplicaci¨®n de las nuevas reglas legales, siendo igual de dif¨ªcil que antes su proyecci¨®n en las peque?as empresas, donde probablemente ni van a florecer ineficientes unidades convencionales ni van a ser utilizados los arbitrajes en descuelgues.

Finalmente, la incorporaci¨®n de la formaci¨®n al contrato de trabajo y las medidas contra el absentismo son buenas se?ales en lo que ahora, tras el acuerdo de negociaci¨®n colectiva y la reforma laboral, deber¨ªa ser una prioridad pol¨ªtica y social: la ganancia de productividad en nuestro sistema de relaciones de trabajo.

Jes¨²s Lahera Forteza, profesor titular de Derecho del Trabajo Universidad Complutense