Recortar y recaudar
Es de obligado cumplimiento que la reforma fiscal se haga a todos los niveles tanto de renta como de riqueza, y no solo en algunas
En muchos lugares, el problema de las cuentas p¨²blicas son los ingresos, no el d¨¦ficit. El gasto p¨²blico en Espa?a est¨¢ por debajo de los porcentajes de la mayor parte de los pa¨ªses europeos m¨¢s avanzados en relaci¨®n con el producto interior bruto (PIB). Si la econom¨ªa no crece y no se recauda, habr¨¢ que dar tajos hasta el infinito. Como declaraba el presidente de la exitosa Mercadona, Juan Roig, ¡°no hay que recortar por recortar, lo que hay que eliminar son los derroches¡±.
?En una coyuntura tan complicada como esta, las necesidades para financiar el d¨¦ficit, la deuda soberana, las pensiones, el seguro de desempleo y dem¨¢s cap¨ªtulos de la protecci¨®n social crecen, al rev¨¦s que la econom¨ªa. A ello hay que a?adir otras obligaciones comprometidas solemnemente como las de financiar la lucha contra la pobreza, dentro de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, o un problema tan central para el devenir inmediato de la humanidad como es el cambio clim¨¢tico.
Ante ello hay un debate incipiente sobre una nueva generaci¨®n de grav¨¢menes que complemente a los cl¨¢sicos, algunos de los cuales no tendr¨ªan la matriz nacional de los anteriores. Se discute sobre la tasa a las transacciones financieras que ya no tendr¨ªa como objetivo principal (como pasaba con la tasa Tobin) combatir la volatilidad de los capitales golondrina, sino acumular recursos a favor de las v¨ªctimas de la globalizaci¨®n y de la Gran Recesi¨®n (que no siempre son exactamente las mismas). Tambi¨¦n una tasa para el rescate a los bancos en dificultades sin tener que volver a utilizar, de modo masivo, el dinero p¨²blico. O a las centrales nucleares que ampl¨ªan su periodo de vida ¨²til, y que podr¨ªa ser finalista en relaci¨®n con el calentamiento de la atm¨®sfera que producen los gases de efecto invernadero; o a los derivados alimentarios de forma que no sea tan f¨¢cil como ahora comprar o vender la cosecha de uno de esos productos (provocando abundancia o escasez, con el objeto de especular), desembolsando muy poco dinero. Aeropuertos y otras infraestructuras, el comercio electr¨®nico, etc¨¦tera.
La cuesti¨®n es c¨®mo generar ingresos p¨²blicos para financiar necesidades crecientes, si la econom¨ªa no crece
Si se avanza en este debate sobre las necesidades de nuevos ingresos ¡ªdado el cansancio fiscal de las clases medias ante subidas de impuestos directos como la reci¨¦n aprobada por el PP: ingresos a la sueca, Estado de bienestar a la espa?ola¡ª, cualquier reforma fiscal deber¨ªa tener al menos tres elementos: acabar con la econom¨ªa sumergida y el fraude que genera desigualdad de oportunidades; corregir los efectos nocivos de las termitas fiscales que mediante un ej¨¦rcito de abogados aprovechan los intersticios del sistema (exenciones, exacciones...) y consiguen legalmente no pagar los grav¨¢menes que les tocan, aunque utilizan el gasto p¨²blico en su beneficio; y, sobre todo, una reforma fiscal progresiva en todas las fuentes de renta y riqueza y no solo en algunas. No progresiva solo en el interior del impuesto de la renta del trabajo, sino en relaci¨®n con las del capital.
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