Estados Unidos se mantiene neutral en la crisis de YPF

El Gobierno de Estados Unidos mantiene hasta el momento una postura de cuidadosa neutralidad en el conflicto sobre YPF, dando prioridad a las relaciones pol¨ªticas con Argentina y Am¨¦rica Latina sobre el da?o que la medida anunciada por Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner puede representar para la promoci¨®n del libre comercio.

En todas las oportunidades en que miembros de la Administraci¨®n norteamericana se han pronunciado en los ¨²ltimos d¨ªas sobre el caso YPF, han optado por declaraciones muy prudentes en las que se evita el apoyo a la posici¨®n espa?ola con el fin de no provocar la reacci¨®n de la presidenta argentina.

La secretaria de Estado, Hillary Clinton, en una rueda de prensa en Brasil el pasado lunes, manifest¨®, sin mencionar directamente a YPF ni a Argentina: ¡°Tener un mercado abierto es el modelo preferible. Los modelos que incluyen la competencia y el acceso a los mercados han tenido m¨¢s ¨¦xito en todo el mundo. Las decisiones tomadas por diferentes pa¨ªses son decisiones que tienen que justificarse y con las que tienen que vivir a partir de ahora. Esta ser¨¢ una decisi¨®n muy debatida y con raz¨®n. Un mercado abierto de energ¨ªas y productos b¨¢sicos es el mejor modelo de competencia y acceso a los mercados¡±. No quiso ser m¨¢s precisa porque dijo desconocer los detalles del asunto.

Ese mismo d¨ªa, preguntado por EL PA?S, el portavoz del Departamento de Estado Mark Toner envi¨® por escrito la siguiente reacci¨®n a la expropiaci¨®n de YPF: ¡°Sabemos que la presidenta Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner hizo una propuesta de ley para nacionalizar las participaciones de control en la compa?¨ªa energ¨¦tica Repsol-YPF. Estamos siguiendo el desarrollo del asunto. No estamos al tanto de ninguna queja ante la Organizaci¨®n Mundial de Comercio sobre el asunto¡±. El mismo portavoz dijo hoy que se ratificaba en sus anteriores palabras y que solo ten¨ªa que a?adir que su Gobierno apoya "una mayor diversidad de la explotaci¨®n de recursos energ¨¦ticos, no menor".

Durante la reciente cumbre de Cartagena, el presidente Barack Obama mantuvo una reuni¨®n bilateral con la presidenta Fern¨¢ndez de Kirchner. Oficialmente, el asunto de YPF no fue abordado. Preguntado sobre ese problema y otros que afectan a las relaciones comerciales entre Argentina y EE UU, Ben Rhodes, consejero nacional de seguridad adjunto de la Casa Blanca, manifest¨®: ¡°Tenemos diferencias ocasionales con Argentina, pero no queremos que eso complique nuestra amplia cooperaci¨®n en cuestiones econ¨®micas, de energ¨ªa y de seguridad¡±.

La importancia que Washington concede a las relaciones con Argentina, el segundo mayor pa¨ªs de Am¨¦rica del Sur, tras Brasil, es una de las razones que explican la prudente reacci¨®n de EE UU hasta el momento. La Administraci¨®n norteamericana no quiere convertir a Fern¨¢ndez de Kirchner en una versi¨®n actualizada de Hugo Ch¨¢vez e intenta evitar palabras que den argumentos a la presidenta argentina para presentarse como la v¨ªctima de una agresi¨®n internacional. Tampoco Fern¨¢ndez de Kirchner parece interesada en provocar en exceso a Washington, y ha tenido la precauci¨®n de excluir de la expropiaci¨®n al capital estadounidense que participa en YPF.

Al mismo tiempo, estas primeras reacciones de altos funcionarios estadounidenses sugieren que no disponen de informaci¨®n suficiente sobre el largo conflicto de Repsol con las autoridades argentinas, tanto por la deficiencia del desempe?o de los responsables de Am¨¦rica Latina en la Administraci¨®n como por la falta de datos suministrados por el Gobierno espa?ol.

Repsol, por su parte, tampoco es una empresa que goce de grandes simpat¨ªas en Washington, especialmente, en el Congreso, debido a sus actividades empresariales en Cuba. El a?o pasado varios miembros de la C¨¢mara de Representantes, encabezados por la presidenta del comit¨¦ de Relaciones Exteriores, Ileana Ros-Lehtinen, de origen cubano, enviaron cartas al presidente Obama y a Antonio Brufau, presidente de Repsol, en las que advert¨ªan que los negocios de esa compa?¨ªa en la isla representaban una violaci¨®n de las leyes norteamericanas.

La neutralidad de EE UU en esta crisis supone un claro contraste con la pol¨ªtica de mercados abiertos y libre competencia que Obama foment¨® en la cumbre de Cartagena y defiende de forma constante en otros foros. Ese contraste se hace particularmente llamativo al tratarse de un pa¨ªs, como Argentina, que pertenece al G-20, un organismo esencialmente concebido para facilitar el intercambio entre el mundo desarrollado y los pa¨ªses en desarrollo.