Crecimiento s¨ª, pero con estabilidad
Es imprescindible terminar con el saneamiento y la reforma del sector financiero
La pol¨¦mica est¨¢ servida. Tras varios a?os de ajustes intensos e ineficaces en algunos pa¨ªses de la zona euro se vuelve la vista a la pol¨ªtica de incentivos aplicada en Estados Unidos en contraposici¨®n a la estricta pol¨ªtica de ajustes exigida en la Uni¨®n Econ¨®mica y Monetaria. Ahora se habla del pacto de crecimiento, pero el ya discutido y aprobado en la UE y suscrito por varios de los Parlamentos europeos es el pacto de estabilidad y crecimiento.
Como toda respuesta, la canciller alemana ?ngela Merkel responde que primero es la estabilidad y despu¨¦s el crecimiento, pero muchos pol¨ªticos comienzan a darse cuenta de lo dif¨ªcil que es alcanzar el objetivo de estabilidad del d¨¦ficit p¨²blico sin que haya alg¨²n crecimiento de la actividad econ¨®mica que permita incrementar la recaudaci¨®n de ingresos del sector p¨²blico y as¨ª subsanar parte del d¨¦ficit.
Lo que ning¨²n pol¨ªtico ha expresado todav¨ªa es c¨®mo se puede cumplir con el pacto de estabilidad y a la vez estimular el crecimiento. Lo ¨²nico que se ha aportado hasta ahora es la posibilidad de suavizar el ajuste, prolongando en el tiempo el logro del objetivo de un d¨¦ficit del 3% del PIB. Decisi¨®n que ayudar¨ªa, pero a la que se niega rotundamente Alemania. En todo caso, esto no soluciona la clave del problema, que est¨¢ en c¨®mo salir de la crisis y conseguir la vuelta a la confianza de los inversores, empresarios y consumidores.
Espa?a se encuentra en el centro del dilema. Cuando hab¨ªa crecimiento hab¨ªa estabilidad, e incluso super¨¢vit de las cuentas p¨²blicas a pesar de los despilfarros. Lo que ha cambiado ha sido que la crisis econ¨®mica iniciada con los problemas financieros internacionales y con el pinchazo de la burbuja espa?ola en la construcci¨®n ha provocado el ajuste de la econom¨ªa productiva con la ca¨ªda de la demanda interior y exterior y ha reducido seriamente la recaudaci¨®n de impuestos con el consiguiente aumento del d¨¦ficit p¨²blico.
Es imprescindible terminar con el saneamiento y la reforma del sector financiero
Conviene recordar que antes del inicio de la crisis en 2007, el conjunto de las Administraciones P¨²blicas alcanz¨® un super¨¢vit del 1,92% del PIB y el nivel de deuda espa?ola estaba en el 36,3% del PIB, uno de los m¨¢s bajos de la zona euro. El deterioro actual de las finanzas p¨²blicas, con un d¨¦ficit del 8,5% del PIB en 2011, se debe en gran medida a la ca¨ªda de impuestos, aunque tambi¨¦n al aumento de algunos gastos extraordinarios realizados por falta de previsi¨®n de la crisis. En porcentaje del PIB, los recursos (ingresos) y empleos (gastos) en t¨¦rminos de contabilidad nacional se han deteriorado, disminuyendo los ingresos y aumentando los gastos. En 2007, los ingresos eran el 41,13% y los gastos el 39,21%, mientras que los datos en 2011 son del 35,13% en los ingresos y del 43,65% en los gastos. El pago de intereses provocado por el aumento del d¨¦ficit ha elevado el nivel de deuda p¨²blica y en el ¨²ltimo trimestre de 2011 se ha alcanzado el 68,5% del PIB.
El Gobierno est¨¢ solo en la defensa de los Presupuestos, y la contestaci¨®n sobre las reformas es generalizada dentro de Espa?a, aunque es respaldada por las instituciones y autoridades internacionales. Sin embargo, en estas circunstancias Espa?a se siente abocada a recortes del gasto p¨²blico y aumentos de los impuestos que en nada ayudan al crecimiento a corto plazo.
Espa?a se encuentra en el centro del dilema
Que las reformas estructurales son absolutamente necesarias me parece indiscutible, aunque s¨ª lo es la forma en que se definen y se ponen en pr¨¢ctica. Es normal que los ciudadanos, en la medida en que ven recortados sus beneficios sociales, protesten y se resistan a los cambios. Tambi¨¦n parece razonable que las instituciones que se ven afectadas por los recortes presupuestarios se opongan, o al menos se quejen. Pero lo m¨¢s importante son los argumentos en contra por la falta de ejemplaridad de los que m¨¢s tienen, con indemnizaciones, sueldos y gastos vergonzantes en un momento en que el resto de la ciudadan¨ªa lo pasa mal o muy mal.
Pero ?c¨®mo se puede estimular el crecimiento si los recortes del sector p¨²blico se aplican a las inversiones y a la investigaci¨®n? Esta es la pregunta del mill¨®n. En primer lugar, es imprescindible terminar con el saneamiento y la reforma del sector financiero para conseguir que la financiaci¨®n vuelva al sistema productivo. Solo as¨ª se podr¨¢ recuperar la confianza de los inversores. Sin inversi¨®n no habr¨¢ crecimiento. Es un error disminuir los recursos en educaci¨®n e investigaci¨®n, especialmente cuando los proyectos de investigaci¨®n pueden ser los avances de la producci¨®n en el futuro.
No basta con promulgar decretos y leyes
Tambi¨¦n es urgente una buena implementaci¨®n de las reformas realizadas. No basta con promulgar decretos y leyes. Se tiene que cuidar para que la reforma laboral produzca los efectos deseados facilitando la contrataci¨®n y que no sirva exclusivamente para el saneamiento de los costes de las empresas o para su desaparici¨®n con la consiguiente reducci¨®n de empleo. El ajuste de las empresas p¨²blicas (nacionales y auton¨®micas) debe ser ejemplar, buscando su productividad. Es urgente solucionar la financiaci¨®n de los Ayuntamientos, y la lentitud de los tr¨¢mites no debe ahogar las medidas tomadas. De alguna manera hay que impulsar la creaci¨®n de empresas, que son las ¨²nicas que pueden crear puestos de trabajo y generar la actividad necesaria para la recuperaci¨®n.
Carmen Alcaide es analista y expresidenta del Instituto Nacional de Estad¨ªstica (INE).
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