El auditor de BFA-Bankia encuentra un desfase patrimonial de 3.500 millones

Cuando la situaci¨®n de una empresa se complica, las auditor¨ªas pasan a ser un documento clave para entender lo que pasa, y muy peliagudo. Los auditores tratan de evitar reclamaciones posteriores, por lo que afinan en el documento que firman. Tanto es as¨ª que la auditor¨ªa del Banco Financiero y de Ahorro (BFA) y de su filial Bankia se convirti¨® en un elemento clave para la salida de Rodrigo Rato, presidente del grupo, y para permitir al Gobierno el saneamiento profundo del grupo.

El principal tema de discusi¨®n entre Deloitte y los gestores de Rato ¡ªaunque no el ¨²nico¡ª fue que el Banco Financiero y de Ahorro ten¨ªa contabilizada la participaci¨®n de Bankia en 12.000 millones en su balance. Su valor actual en Bolsa es de 2.000 millones y el valor contable es de 8.500 millones. Exist¨ªa una enorme diferencia entre la realidad (el mercado) y las anotaciones en libros.

A ambas partes les pareci¨® razonable que no se rebajara el valor de Bankia de 12.000 millones hasta el de Bolsa, 2.000 millones, porque no es una participaci¨®n que BFA piense vender en el mercado. Sin embargo, Deloitte s¨ª consider¨® necesario rebajar desde los 12.000 millones hasta los 8.500 millones de valor contable de Bankia, es decir, una reducci¨®n de 3.500 millones. Estos 3.500 millones se deber¨ªan cargar contra resultados, pero eso era imposible porque BFA gana 41 millones.

La otra posibilidad era hacerlo contra el patrimonio de la entidad. Este patrimonio asciende a 3.515 millones. Es decir, si se cumpl¨ªa la exigencia de Deloitte se dejar¨ªa a cero el patrimonio de BFA, la matriz de Bankia. Para evitar que BFA se quedara sin patrimonio se deber¨ªan convertir los 4.465 millones de participaciones preferentes del Estado en capital, como est¨¢ previsto en la ley. El problema es que, autom¨¢ticamente, el Estado se quedar¨ªa como ¨²nico accionista de BFA y la entidad ser¨ªa nacionalizada en el 100% de su capital.

Esta situaci¨®n dejaba todo el control de BFA, presidido por Rato, en manos del Estado. El argumento se convirti¨® en un obst¨¢culo insalvable para el presidente, Rodrigo Rato. Se qued¨® sin argumentos para contrarrestar la petici¨®n del Ministerio de Econom¨ªa y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que reclamaban un cambio de gesti¨®n en el grupo que inclu¨ªa su salida. Si BFA pasaba a ser del Estado, las recomendaciones de Econom¨ªa se convert¨ªan en ¨®rdenes. La capacidad de maniobra de Rato se redujo notablemente.

Los auditores y los responsables de Bankia se enrocaron cada uno en su posici¨®n. El grupo presidido por Rato argument¨® que sus cuentas se incluyeron en el plan de saneamiento que se entreg¨® al Banco de Espa?a y este no hab¨ªa pedido que se redujera el valor en libros de Bankia. No obstante, el supervisor s¨ª advirti¨® al grupo Bankia que deb¨ªa incrementar su capital, si bien admiti¨® que era posible lograrlo mediante la venta de las participaciones preferentes y la mayor parte del grupo industrial.

El grupo cree que no hay que ajustar el valor porque no pretende vender

BFA tambi¨¦n argument¨® que no todas las entidades tienen reducidas sus participadas hasta el valor contable y, mucho menos, hasta la capitalizaci¨®n burs¨¢til. Tambi¨¦n consideraron que esos 3.500 millones de diferencia es una cantidad que el grupo podr¨ªa ir reponiendo poco a poco, con los beneficios anuales, una vez que se normalizara la situaci¨®n, tras el saneamiento de la entidad.

El grupo BFA-Bankia sostuvo que si consegu¨ªa dar una salida al problema del ladrillo (que supone que alguien asuma las p¨¦rdidas de su banco malo) podr¨ªa obtener unos resultados anuales de entre 1.700 y 2.000 millones. Con estas cantidades, dijeron, se podr¨ªa reponer el desfase.

Esta argumentaci¨®n rest¨® fuerza a Deloitte, aunque se mantuvo en su posici¨®n. Comunic¨® a Bankia que ten¨ªa dos posibilidades: rebajar el patrimonio en 3.500 millones o admitir la existencia de una salvedad en la auditor¨ªa, prueba de que el auditor cree que las cuentas revisadas no reflejan la imagen fiel de la entidad.

Otras empresas tambi¨¦n contabilizan sobre el valor de mercado

Con este debate abierto, el tiempo se ech¨® encima. La fecha l¨ªmite para presentar la auditor¨ªa era el 30 de abril. Ese d¨ªa, el grupo Bankia no la entreg¨® a la Comisi¨®n Nacional del Mercado de Valores (CNMV) porque segu¨ªan las discusiones con Deloitte. La excusa oficial del grupo, manifestada en una nota, fue que Deloitte no hab¨ªa tenido tiempo suficiente para analizar las cuentas ¡°por la enorme complejidad¡± que supone el grupo. Bankia intent¨® que se registraran las cuentas sin auditor¨ªa dentro del cap¨ªtulo de ¡°Cuentas Financieras Auditadas¡±, a lo que se neg¨® la CNMV. Para solucionar el problema, se acord¨® que Bankia enviara las cuentas sin auditar como hecho relevante, algo completamente inusual.

La falta de la auditor¨ªa bloqueaba a BFA-Bankia porque no pod¨ªa convocar la junta de ninguna de las dos entidades. Seg¨²n fuentes financieras, Deloitte ha aprovechado la llegada del plan de saneamiento del Gobierno, que incluir¨¢ la inyecci¨®n de entre 7.000 y 10.000 millones, para supeditar su auditor¨ªa a esta circunstancia, que realmente condicionar¨¢ el futuro y la contabilidad del grupo.