Demasiada Reserva Federal
Los intereses p¨²blicos y privados se mezclan en la gesti¨®n de la Reserva Federal
?Es tambi¨¦n la Reserva Federal demasiado compleja para manejarla? Esa suele ser una pregunta para los grandes bancos como JPMorgan, recientemente humillado por una p¨¦rdida de explotaci¨®n ocurrida por sorpresa. Pero tampoco es mala para la Reserva Federal. Desde la presencia del jefe de JPMorgan, Jamie Dimon, en la junta directiva de la Reserva Federal de Nueva York, hasta las incursiones del banco central de Estados Unidos en la pol¨ªtica inmobiliaria, no parece que la Reserva le caiga en gracia a nadie.
Una parte del problema de la Reserva Federal es que tiene muchas caras. Entre sus muchas funciones, act¨²a como defensor de bancos y prestamista de ¨²ltimo recurso a la vez que supervisa los bancos. Tambi¨¦n vigila los riesgos del sistema y se preocupa por los desastres macroecon¨®micos mundiales que se avecinan. Y por supuesto, determina la pol¨ªtica monetaria de EE UU, con la esperanza de controlar la inflaci¨®n. Su misi¨®n tambi¨¦n le exige tener como objetivo el m¨¢ximo empleo.
En lo que respecta a la pol¨ªtica monetaria, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, se encuentra atrapado entre los dem¨®cratas, que piensan que la Reserva deber¨ªa inundar los mercados financieros con m¨¢s capital todav¨ªa como forma de estimular la econom¨ªa, y los republicanos, que tienen miedo a la inflaci¨®n o simplemente piensan que se han imprimido demasiados d¨®lares. No es de sorprender que la Reserva tenga cr¨ªticos en muchos otros frentes tambi¨¦n.
Una parte del problema es que la autoridad monetaria tiene muchas responsabilidades
Por ejemplo, el martes, tres senadores liberales anunciaron un proyecto de ley que prohibir¨¢ a los ejecutivos bancarios ocupar cargos en las juntas directivas de las Reservas Federales regionales. La motivaci¨®n m¨¢s inmediata es el repentinamente sospechoso puesto de Dimon en la junta de la Reserva Federal de Nueva York. A los senadores les preocupa un posible conflicto de intereses, ya que la Reserva regula y presta dinero a JPMorgan y sus hom¨®logos.
Desde la derecha, mientras tanto, se reclaman reformas de otra ¨ªndole. La semana pasada, apenas la mitad de los republicanos del Senado votaron a favor de confirmar a Jerome Powell, tambi¨¦n republicano, como gobernador de la Reserva Federal. Eso huele m¨¢s a la preferencia del inconformista del Partido Republicano Ron Paul por deshacerse completamente del banco central.
Entretanto, a otros les preocupa que los intentos de la Reserva por hacer que la econom¨ªa se recupere la hayan conducido a unos debates pol¨ªticos normalmente reservados al Congreso (como la recomendaci¨®n de que las empresas de propiedad estatal concesionarias de hipotecas Fannie Mae y Freddie Mac deber¨ªan perdonar los saldos pendientes de las hipotecas).
En resumen, en la coyuntura actual, Bernanke parece estar exasperando a casi todo el mundo. A los defensores de la fragmentaci¨®n de los grandes bancos les gusta la idea de unas instituciones m¨¢s peque?as y sencillas. Resulta tentador plantearse si en un mundo paralelo se podr¨ªa aplicar la misma l¨®gica a la Reserva Federal.
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