El programa de la austeridad
Recortar el gasto mientras la econom¨ªa est¨¢ en recesi¨®n es una estrategia contraproducente
"El auge econ¨®mico, y no la crisis, es el momento adecuado para la austeridad¡±. Eso afirmaba John Maynard Keynes hace 75 a?os, y ten¨ªa raz¨®n. Aun cuando se tenga un problema de d¨¦ficit a largo plazo ¡ª?y qui¨¦n no lo tiene?¡ª, recortar dr¨¢sticamente el gasto mientras la econom¨ªa est¨¢ profundamente deprimida es una estrategia contraproducente porque no hace m¨¢s que agravar la depresi¨®n.
?Y por qu¨¦ el Reino Unido est¨¢ haciendo exactamente lo que no deber¨ªa hacer? A diferencia de los Gobiernos de, por ejemplo, Espa?a o California, el Gobierno brit¨¢nico puede adquirir pr¨¦stamos con total libertad a unos tipos de inter¨¦s m¨¢s bajos que nunca. As¨ª que, ?por qu¨¦ el Gobierno est¨¢ reduciendo dr¨¢sticamente la inversi¨®n y eliminando cientos de miles de puestos de trabajo en el sector p¨²blico en vez de esperar a que la econom¨ªa sea m¨¢s fuerte?
En los ¨²ltimos d¨ªas he planteado esa pregunta a algunos defensores del Gobierno del primer ministro David Cameron, unas veces, en privado, y otras, en la televisi¨®n. Y todas esas conversaciones han seguido la misma pauta: han empezado con una mala met¨¢fora y han terminado con la revelaci¨®n de los motivos ocultos.
La mala met¨¢fora ¡ªque seguramente habr¨¢n escuchado muchas veces¡ª equipara los problemas de deuda de una econom¨ªa nacional con los problemas de deuda de una familia individual. Una familia que ha asumido una deuda excesiva, cuenta la historia, debe apretarse el cintur¨®n. De modo que si el Reino Unido en su conjunto ha asumido una deuda excesiva (cosa que ha hecho, aunque es, en su mayor¨ªa, deuda privada, m¨¢s que p¨²blica), ?no deber¨ªa hacer lo mismo? ?Qu¨¦ tiene de malo esta comparaci¨®n?
Keynes advert¨ªa que el auge? era el momento para la austeridad?
La respuesta es que una econom¨ªa no es como una familia endeudada. Nuestra deuda es en su mayor¨ªa dinero que nos debemos unos a otros; y lo que es a¨²n m¨¢s importante, nuestros ingresos provienen principalmente de lo que nos vendemos unos a otros. Sus gastos son mis ingresos y mis gastos son sus ingresos.
?Y qu¨¦ pasa si todo el mundo simult¨¢neamente reduce dr¨¢sticamente el gasto en un intento de pagar lo que debe? La respuesta es que los ingresos de todo el mundo se reducen; mis ingresos disminuyen porque ustedes est¨¢n gastando menos, y sus ingresos disminuyen porque yo estoy gastando menos. Y, a medida que nuestros ingresos se hunden, nuestro problema de deuda se agrava, no mejora.
Esto no es nada nuevo. El gran economista estadounidense Irving Fisher ya lo explic¨® all¨¢ por 1933, y resumi¨® lo que ¨¦l llamaba ¡°deflaci¨®n de la deuda¡± con el conciso y expresivo eslogan: ¡°Cuanto m¨¢s pagan los deudores, m¨¢s deben¡±. Los acontecimientos recientes, sobre todo la mortal espiral de la austeridad en Europa, han ilustrado de manera tr¨¢gica la verdad de las ideas de Fisher.
Y hay una moraleja clara en esta historia: cuando el sector privado intenta desesperadamente pagar lo que debe, el sector p¨²blico deber¨ªa hacer lo contrario, y gastar cuando el sector privado no puede o no quiere. Desde luego que debemos equilibrar nuestro presupuesto una vez que la econom¨ªa se haya recuperado, pero no ahora. La expansi¨®n, y no la crisis, es el momento adecuado para la austeridad.
Si el sector privado intenta pagar lo que debe, el sector p¨²blico deber¨ªa hacer lo contrario
Como ya he dicho, esto no es nada nuevo. As¨ª que ?por qu¨¦ tantos pol¨ªticos insisten en aplicar medidas de austeridad durante la crisis? ?Y por qu¨¦ no cambian de estrategia ni siquiera cuando la experiencia confirma las lecciones de la teor¨ªa y la historia?
Bueno, aqu¨ª es donde la cosa se pone interesante. Porque cuando uno presiona a los defensores de la austeridad haci¨¦ndoles ver lo malo de su met¨¢fora, casi siempre se refugian en afirmaciones como: ¡°Pero es esencial que reduzcamos el tama?o del Estado¡±.
Ahora bien, estas afirmaciones suelen ir acompa?adas de aseveraciones sobre que la propia crisis econ¨®mica demuestra la necesidad de reducir el Estado. Pero eso es manifiestamente falso. F¨ªjense en los pa¨ªses europeos que han capeado mejor el temporal y, en lo alto de la lista, encontrar¨¢n naciones con grandes Estados como Suecia o Austria.
Y si se fijan, por otro lado, en los conservadores del pa¨ªs admirados antes de la crisis, encontrar¨¢n que George Osborne, ministro de Econom¨ªa y Hacienda del Reino Unido y arquitecto de la actual pol¨ªtica econ¨®mica del pa¨ªs, describe Irlanda como ¡°un magn¨ªfico ejemplo del arte de lo posible¡±. Mientras tanto, el Instituto Cato elogia los bajos impuestos de Islandia y espera que otros pa¨ªses industrializados ¡°aprendan del ¨¦xito de Islandia¡±.
As¨ª que la defensa de la austeridad en el Reino Unido no tiene en realidad nada que ver con los d¨¦ficits; tiene que ver con usar el p¨¢nico al d¨¦ficit como excusa para desmantelar programas sociales. Y esto es, por supuesto, exactamente lo mismo que ha estado pasando en EE UU.
Para ser justos con los conservadores del Reino Unido, no son tan toscos como sus hom¨®logos estadounidenses. No claman contra los males de los d¨¦ficits para, acto seguido, exigir enormes reducciones de impuestos para los ricos (aunque, de hecho, el Gobierno de Cameron ha rebajado considerablemente los tipos impositivos m¨¢s altos). Y, en general, parecen menos decididos que la derecha estadounidense a ayudar a los ricos y castigar a los pobres. Aun as¨ª, la direcci¨®n de la pol¨ªtica es la misma; y tambi¨¦n la esencial falta de sinceridad de los llamamientos a favor de la austeridad.
La gran pregunta aqu¨ª es si la evidente incapacidad de la austeridad para producir una recuperaci¨®n econ¨®mica conducir¨¢ a un plan B. Es posible. Pero sospecho que, aun cuando se anuncie dicho plan, no supondr¨¢ gran cosa. Porque la recuperaci¨®n econ¨®mica nunca ha sido el objetivo; la defensa de la austeridad siempre ha pretendido utilizar la crisis, no resolverla. Y sigue siendo as¨ª. J
Paul Krugman es profesor de Econom¨ªa de Princeton y Premio Nobel 2008.
(c) New York Times Service 2012.
Traducci¨®n de News Clips.
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